Abrí los ojos completamente empapada de sudor, me sentía agitada y me levanté de la cama volteando hacia un lado para ver si Stephen estaba ahí pero no.
Nuevamente me sentí impotente, sabía que el no entendería el sentimiento que me inundaba cada vez que me dejaba y sería inútil explicárselo.
Todo estaba oscuro, el piso estaba helado y yo sentía frío. Me abrace a mi misma caminando por el pasillo que daba a la cocina, mire por la puerta corrediza que es transparente.
El jardín se iluminaba por la luna, observe con detenimiento y me pareció ver algo detrás de un arbusto pero seguramente era mi imaginación.Regrese a la habitación y hubo un instante en el que sentí una mirada observándome, me sentí totalmente incómoda e indefensa.
"—Estas sola.—Pensé.—Estas indefensa y cualquiera podría hacerte daño con facilidad."
Intente sacar esos pensamientos de mi cabeza, estaba paranoica desde hace algunas semanas.
Pero decidí llamar a Stephen para tranquilizarme.—¿Sucede algo cariño?—Escuche su voz tan calmada como siempre.
—¿Cuando volverás?—El suspiro y supe que sabía lo que pasaba por mi mente.
—Estas a salvo, volveré en un rato...
Un golpe de escucho a lo lejos, me levante rápido y coloque el seguro en la perilla del cuarto.
—Stephen.—Susurre.— Creo que alguien entró.
—Iré para allá a revisar.
La llamada terminó, no pude sentirme más asustada cuando escuché pisadas, intentaron abrir la puerta pero escuché el golpe de alguien contra la pared.
—¡¿Myra?!—La voz de Stephen resonó e inmediatamente abrí la puerta y lo abracé.—Tranquila... el estaba aquí para cuidarte lamento que allá sucedido.
—Pero...
—Parecía asustada y entre para registrar la casa, lo lamento.
—¿Por que...?—Susurre desentendida.—¿Por qué hay alguien cuidándome?
Stephen suspiro y el otro hombre se fue, algo andaba mal.
—Escucha, hay unas personas que saben sobre ti, pero no te preocupes yo te protejo, siempre.—Entramos a la habitación.—Deberías descansar.
—No puedo.—Susurro sentándome en la cama.—No puedo dormir hay algo no se.
—Escúchame.—Sus manos tomaron las mías.—No me iré, me quedare aquí, contigo.
Sus ojos, tan penetrantes como siempre, me fue imposible contener el impulso de probar sus labios, besarlo se sentía como la primera vez, tan adictivo, tan mágico.
No podía separar mis labios de los suyos, era como si todo mi ser quisiera estar cerca de él a cada segundo.
—Debes descansar...
Lo volví a interrumpir besándolos con desesperación, su cuerpo se colocó sobre el mío tocándome sin vergüenza alguna.
Su capa salió volando de la habitación y me quede observando por donde se había ido, era difícil acostumbrarse.
—Tú atención en mi.—Pidió volteando mi cabeza para mirarlo.
Rápidamente intente desvestirlo torpemente del traje que llevaba, el no tardo en dejarme desnuda y darme atención.
—Desnúdate Stephen.—Pedí ya desesperada y el ronco sonido de su risa provocó un cosquilleo en mi interior.
El acato mi pedido desnudándose por completo, me mordí el labio tocando con la yema de mis dedos su abdomen bajando hasta su longitud.
Cuando hice contacto con el, Stephen soltó un suspiro mirándome con deseo, mi mano se movía constantemente hasta sentirlo lo suficientemente erecto o para mi.
—Bien cariño.
Sus dedos acariciaron mi húmeda femineidad estimulándome sacándome un jadeo en el proceso.
Tomó una de mis piernas levantándola levemente para luego alinear su punta a mi centro y luego empujó hundiéndose en la calidez de mis paredes abrazándose a su masculinidad.
El gemido de satisfacción que solté fue alto, mientras que el soltó un gruñido colocando su cabeza entre el hueco de mi hombro y cuello.
Sus movimientos eran suaves, lentos pero placenteros. Su respiración agitada chocaba en mi cuello provocando leves cosquillas.
Pronto mis piernas se enredaron en su cintura con la adictiva sensación que me proporcionaba y me era inevitable no soltar sonidos obscenos en el transcurso.
Sus caderas chocaron contra las mías con más fuerza, mi boca decía cosas sin sentido completamente fuera de mi, su mera presencia me transmitía paz.
Stephen todo quedando debajo de mi y comenzó a moverme a su antojo, lograba tocar tan profundo en mi interior hasta que toco mi botón
La sensación que inundó a mi cuerpo fue totalmente mágica, mis uñas de encajaron en su abdomen susurrando cosas sin sentido.
—Stephen...—susurre cerrando los ojos, moviéndome a mi gusto.
Escuchaba sus silenciosos gemidos, su fuerte agarre en mis caderas.
Era como si tuviese electricidad en todo mi cuerpo, como si flotara llena de placer, lo mejor era que no terminaba.
—¿Que estas haciéndome?—Susurre entre cortada.
Las lagrimas de deslizaban por mis mejillas mientras mi cuerpo soportaba todas estas sensaciones hasta que mis piernas temblaron y aquellas sensaciones se redujo a un nudo palpitante en la boca de mi estomago hasta que exploto nuevamente.
El orgasmo me atacó sin pudor, mi interior se contrajo y Stephen gimió descontrolando las estocadas, sabiendo que el también estaba al borde del extasis y mientras esto sucedía yo no dejaba de gemir sin control, todo mi cuerpo quedó a su Merced.
Sus manos tomaron mi cuello con fuerza mientras apresuraba el momento hasta que se liberó dentro de mi trayéndome un orgasmo al instante.
—Deberías usar más tus poderes en este tipo de momentos.—Sonreí abrazándolo.
—Como órdenes.—Acarició mi cabello.—Te amo.
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Holaaa amores, espero hayan pasado una linda navidad y un buen fin de año, espero que este año sea mejor que el anterior para ustedes y traiga muchas buenas cosas para todos, las quiero y gracias por apoyar mi obra anterior al igual que esta. <3
Recuerden que pueden pedirme OS cuando quieran inclusive más de uno o dos, pueden tener sus nombres o como ustedes los quieran.
Y además estoy muy emocionada por esto:
Muchísimas gracias por esto, no saben lo feliz que estoy al ver que apoyan tanto lo que a mi tanto me ha gustado escribir, sin más nos vemos y cuídense <3
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ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 ll
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