28. Howard Stark

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Camine por la oficina sin importarme las miradas de negación de los demás y las miradas celosas de las secretarías, en especial la mirada de superioridad que lleva la secretaría de mi esposo.

—Howard.—Salude sentándome frente a su escritorio.

—Estas aquí.—Respondió con una sonrisa arrogante como siempre.

—Bueno, que te puedo decir.—Me encogí de hombros.— No te desharás tan fácilmente de mi.

Howard sonríe y se levanta de su lugar para posarse frente a mi, su cabello negro perfectamente como siempre reluce y su mirada penetrante me hace sentir espiada en mi interior.

—¿Que haces aquí cariño?—Se cruza de brazos, realmente este hombre tiene un encanto natural.

—Te espere anoche.—Respondí arqueando una ceja.—Y hoy en la mañana también.

Howard suspira, se que está cansado pero yo también.

—Howard, de que me sirve estar en una casa sola, comer sola y dormir sola.—Me levante intentando verme más intimidante aunque el tenía que seguir viendo hacia abajo para verme a los ojos.

—Lo siento.

—Se que eres un hombre ocupado.—Acaricie su rostro.—Se que ahora mismo estás muy estresado y créeme que desearía encontrar la manera de ayudarte. Pero no la tengo así que lo único que espero es que llegues a casa y me abraces.

Me doy la vuelta caminando hacia la salida sabiendo que obtendría resultados con mis palabras.

—Oh y por cierto, deja de coquetear con la secretaria. Comienza a creerse superior.—Escucho la risa de Howard antes de cerrar la puerta.

                                  (....)

La noche llegó y escuché la puerta cerrar, con una sonrisa de satisfacción me levante de la cama y recibí a Howard.

—Por alguna razón siempre consigues tenerme a tu Merced.—Acaricia mi mejilla antes de besar mis labios.

—Tal vez porque me amas mucho.—Me estiro para poder besarlo de regreso.

—Puede que eso tenga mucho que ver...

Comencé a quitarle la corbata incluyendo también su traje.

Howard comenzó a desvestirme y logró desnudarme rápidamente debido al camisón que llevaba.
Comencé a desabrochar su camisa y seguido su pantalón mientras mis labios eran atrapados por los suyos.

Me pego a la pared y me levanto por los muslos mientras su ereccion de frotaba en mi sacándome un jadeo.

—¿Para esto me querías en casa eh?—Su ronca voz me humedeció aún más.—Para follarte tan duro como te lo mereces...

—Por favor...—Suplique buscando sus labios para besarlos, una arrogante sonrisa adornaba su rostro.—Howard por favor.

El soltó un gruñido antes de llevarme a la mesa y recostarme en esta, mis piernas abiertas le dejaban una perfecta vista a mi mojada femineidad.

Su mirada directa a la mía y sus dedos comenzando a meterse en mi interior, un gemido salió de mi mientras me arqueaba levemente. Su otra mano se dirigió a uno de mis pechos pellizcándolo hasta dejarlo erecto.

—¿Te gusta esto?—Susurro metiendo otro dedo y cerré los ojos disfrutando de la sensación.

Howard saco sus dedos y los remplazó con su longitud hundiéndose en lo profundo de mi.

Mis manos tapan mi cara mientras suelto un alto gemido lleno de placer.

—Oh por Dios.—Susurró mientras siento sus manos en mis caderas.

—No creo que debas mencionarlo ahora mismo.—Escucho la agitación en su voz y el toma mis manos para posarlas por encima de mi cabeza.—Porque ahora mismo té voy a dar tan duro que sollozaras por más.

Gemí suavemente ante sus palabras, mis caderas se movieron buscando placer y Stark solamente jadeo.

Beso con fervor mis labios antes de embestirme con fuerza, mis piernas se enredaron alrededor de su cintura mientras comenzaba a besar mi cuello.

El sonido se su cuerpo chocando con el mío me llenaba de excitacion.

—Déjame tocarte.—Pedí escuchando sus gruñidos.

El me soltó sin decir alguna palabra y vi cómo tensaba con fuerza su mandíbula y miraba mis pechos antes de masajearlos mientras me penetraba con dureza.

Mis manos acariciaron sus brazos antes de comenzar a arañarlos por el placer que me recorría de los pies a la cabeza.

Entonces en medio de todo esto El tocó mi punto dulce haciéndome arquear mi espalda y gemir alto su nombre, mi garganta ardió y una que otra lágrima salió de mis ojos.

Mis piernas dolían, el placer era mucho y mis gemidos no dejaban de salir, Howard tomó mi cuello con fuerza hundiéndose profundamente en mi.

Sus gemidos le hacían el amor a mis oídos provocando tantas cosas en mi. Mi cuerpo comenzó a temblar, mis manos fueron a mi cabello y arqueándome en el transcurso.

Mis gemidos salieron más altos, mientras las lágrimas de dolor y placer salían de mi.

—Por favor...—Gemí moviendo mis caderas.

—Vamos amor.—Gimió el moviéndose más rápido.

No tarde mucho en lloriquear cuando el orgasmo me golpeo con intensidad.

Mis gemidos ya casi no se oían debido al ardor en mi garganta pero el continuo embistiéndome hasta sentir su semilla inundarme completamente.

Un segundo orgasmo me arraso con dulzura.

—La imagen que me das cuando gimes mi nombre es lo más hermoso que he visto.—Beso mis labios saliendo de mi.

—Te amo.

—Yo también.

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¡Howard cásate conmigo please!
Espero les haya gustado, nos vemos<3
                               

ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora