89. Steve Rogers

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Volver a la normalidad era muy difícil pero se hacía lo que se podía, fue un trauma para toda la población y era difícil de sobrellevar.

Aún pasado este tiempo, no volví a hablar con mis padres desde que les dije que estaba bien, era complicado.

Aún así ahora sentía que mi vida mejoraba, desde que Steve entro a mi vida sentí un respiro totalmente y agradecí tanto por que nuestros caminos se hayan cruzado.

Todo iba bien hasta que decidí visitar a mis padres, mi relación parecía ser el fin del mundo para Tony y no esperaba menos de él.

—¿Por que no me lo dijiste?

—Es mi vida y si quiero reservarme algunas cosas lo haré, no tienes que saberlo todo papá.—Me cruce de brazos pese a la dura mirada de mi madre.

—Un día me vas a venir matando, Nat dile algo...

—Me duele mucho que no hayas tenido la confianza para decirme sobre tu relación y más aún cuando es alguien cercano.—Me sentí mal en ese momento pero intenté disimularlo.

—Lo siento mamá, tenía miedo de tu reacción y sabía que mi papá se iba a poner como ahora solo... lo siento.

Ella me sonrió con tanto cariño como siempre antes de abrazarme y decirme que estaba bien, Tony por su parte se hacía el indignado pero seguramente se le pasaría en unas horas.

Cuando por fin aclaré las cosas con mis padres salí hacia donde Steve y lo encontré con Yelena.

—Y si te atreves si quiera a decir algo que la lastime te juro que...

—Yo creo que ya lo entendió perfectamente Yel...

Ella volteó a verme y me envolvió en un fuerte abrazo que sentí mi respiración irse por unos segundos.

—Está bien cariño, ya estás advertido soldado.

Y sin más se alejó de nosotros, Steve estaba incómodo se notaba a leguas y eso se me hizo bastante gracioso.

Tome su mano alejándonos de mi familia y bese sus labios con cariño.

—De haber sabido que eras hija de Tony...

—¿Que pasaría? ¿Te hubieses alejado de mi?

—Le hubiese pedido permiso para salir con su hija.—Me corrigió, tomó mi cintura acercándome más a él.—No podría alejarme de ti ni aunque quisiera.

—Ya lo se cariño.—Sonreí haciendo que el rodara los ojos.

—Me debes una compensación por esto.—Susurro en mi oído.

—Por supuesto, pero será en otra ocasión, te veo en la noche.—Deje un último beso en sus labios pese a su reniegos.


                                       (...)

Al salir del hospital el ya me estaba esperando, subí al auto dando un largo suspiro lleno de cansancio.

—¿Cómo te fue hoy?—Me pregunto Steve conduciendo hacia casa.

—Fue un día difícil, ya sabes cómo es.

—¿Qué puedo hacer para hacerte sentir bien?

—Se me ocurren varias cosas.—Sonreí.

Steve parecía darse cuenta de mis intenciones, todo el camino se sintió eterno y la tensión cada vez era más insoportable.

Tenía tantas cosas en mente para hacer que en cuanto llegamos salimos días parados del auto hacia el departamento.

ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora