ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 ll

22. Clint Barton

Es ahora donde me encuentro observando el techo de mi habitación junto a Clint, realmente me gustan estas noches en las que solamente somos dos amigos disfrutando del momento.

Más sin embargo, comienzo a verlo con otros ojos y me asusta de verdad lo que recorre mi mente cuando mi corazón late sin parar al ver su rostro o escuchar su voz. Estoy asustada de lo que puede pasar entre nosotros.

—¿En que piensas?—El voltea a verme sin levantarse de la cama.—Me has estado mirando todo el rato y comienzo a sospechar que tengo algo en la cara o algo por el estilo...

Yo sonrió antes de responder a su pregunta.—No es nada solo... disfruto el momento.

Clint asiente no muy convencido, el sabe lo que siento puedo ver en sus ojos el temor de preguntarme realmente qué estoy pensando.

—¿Clint?—Susurro atrapando nuevamente su atención.—Esto no tiene porque volverse complicado, ¿verdad?

El no me responde solamente suspira, comienzo a sentirme pequeña, atrapada en las probabilidades y en los escenarios donde termino llorando.

—No tiene porque volverse complicado.—Respondió y una parte de mi se sintió asfixiada.—Solo somos amigos.

El se levanto y no pude hacer más que quedarme ahí observándolo de espaldas, como si no se atreviese a mirarme si quiera.

—Pero...

—Sin peros Lisa, no hay un nosotros, no hay un escenario en donde no termines llorando y no sea por mi culpa.—Suspira.— Entonces si te voy a lastimar que sea antes de que te aferres a mi.

No supe que decir y dejé que mis lágrimas salieran a pesar de que no quisiera que el me viera así.

Me abrace a mi misma mientras Clint se adelantaba a la puerta, el me volteó a ver y lamento que me viera así de frágil.

En toda la noche no hice más que lamentarme el hecho de haber tocada el tema pero una parte de mi creía que había una mínima posibilidad de que el me correspondiera.

                                      (....)

No había dormido nada pero aún así me levante de la cama e hice como si nada hubiese pasado, baje a donde los demás y me senté en silencio esperando a que alguien hablara.

—¿Todo bien?—Me pregunta Wanda notando mi rostro demacrado.

—Todo bien.—Le di una sonrisa mientras continuaban llegando los demás para asignar misiones.

Esta vez no me asignaron ninguna y agradezco internamente por eso, se que mi mente no está del todo centrada.

Al caer la noche me es inevitable seguir pensando, me atormento yo misma.
Pero prefiero mantener su amistad a perderla por una estupidez cómo está, con es idea en la cabeza caminé hasta su habitación.

A mitad del camino me lo encontré, no sabía que en ese momento me volvería a sentir pequeña con su presencia.

—Estoy dispuesta a olvidar lo que sucedió la otra noche si tú también lo haces.—Pronuncio intentando parecer calmada.

—Me parece bien.—Susurra y me mira directo a los ojos, el sabe exactamente lo que hace en mi y aún así no le importa.—Pero es injusto para ti... lo último que quería era verte así.

Aparto mi mirada sabiendo a lo que se refiere.

—Estoy bien Clint...

—No, no lo estás.—Suspiro.

Necesito consuelo ahora mismo, mi corazón se siente triste y el único amigo que me prestaría su hombro para llorar es el causante de mi dolor.

—Yo solo... no entiendo Clint.—Susurró conteniendo nuevamente las lágrimas.— ¿Que me falta? ¿Que me falta para que me quieras?

—No te falta nada.—Se acerca más a mi y yo me alejo.— Ese es el problema, eres todo lo que alguna vez pude desear... pero te voy a lastimar más de lo que ya lo hice.

—Pues hazlo.—Susurro.— Pero por favor no me rechaces.

—Cariño ambos sabemos lo mal que va a terminar esto.—Se vuelve a acercar a mi.—Si no te lastimo yo a ti, tú a mi me destrozaras de eso estoy seguro.

—Estoy dispuesta a arriesgar mi corazón si tú lo haces junto a mi.—Susurro.—Se que no funcionará pero déjame intentarlo.

Tomó sus manos apretándolas con fuerza mientras espero respuesta, el me mira dudoso pero sus manos aprietan las mías con fuerza también.

Me pongo de puntillas acercándome a su rostro pero el me toma en un rápido movimiento por la nuca y me besa con necesidad. Todo en mi se relaja, sus manos toman mi cintura con autoridad y cuando nos alejamos todo se vuelve diferente.

Ninguno de los dos dice nada hasta llegar a su habitación, sus labios toman los míos nuevamente. Me quedo atrapada en la adictiva sensación de sus labios sobre los míos.

Sus manos tocan mi cuerpo delicadamente mientras me desviste, cada roce se siente como si fuera la primera vez.

—Puedes arrepentirte ahora.—Susurra con sus labios en mi cuello.— Pídeme que me detenga por favor.

—No lo hagas.—Susurro sacándome la camisa.

No pasa mucho hasta que ambos estemos desnudos, el me observa con detenimiento antes de recostarme en la cama.

—Voy a romper tu corazón.—Susurra pegando su frente con la mía.

—Está bien.

Beso sus labios abriendo mis piernas y el se acomoda entre estas. Su punta choca con mi muslo y jadeo.

Bajo mi mano hasta tocarlo y comienzo a masturbarlo, Clint jadea cerrando los ojos y la mera imagen provoca incontables cosas en mi.

Lo guió a mi entrada pero el me detiene y comienza a besar mi cuello bajando por mis pechos hasta llegar a mi abdomen, lo observo bajar por mi vientre hasta pasear su boca por mis muslos haciendo que mis caderas se muevan buscando su tacto.

—Abre.—Obedezco y el acaricia mi femineidad con sus dedos antes de introducir uno sacándome un gemido ahogado.

Entonces su lengua hace contacto con mi centro y abro los ojos sorprendida, inmediatamente me arqueo deleitándome del placer que me recorre desde la punta de los pies hasta la cabeza, es diferente.

Acaricio su cabello cerrando los ojos mientras muevo mis caderas buscando más, mis gemidos salen silenciosos pero necesitados.

—Más por favor.—Susurro sin saber si lo soportaría más tiempo.

Clint se detiene y me observa antes de alienarse en mi y sumergirse en mi con fuerza, el gemido que suelto es más alto que los demás, sus brazos son arañados por mi y lo miro frunciendo el ceño incapaz de no abrir la boca para sacar los gemidos desde el fondo de mi garganta.

—¿Te gusta niña?—Me dice con una sonrisa embistiéndome nuevamente.

Mi cuello es atrapado por una de sus manos con fuerza y mis piernas se enrollan alrededor de su cintura, me arqueo con el vaivén de sus caderas.
Es imposible callarme a estas alturas, sus jadeos se escuchan menos que mis gemidos pero se lo mucho que lo disfruta al igual que yo.

Tapo mi cara intentando mantenerme centrada pero es imposible, cuando mis piernas tiemblan y mi estomago se contrae mientras lo aprieto en mi interior sacándole un gemido alto.
El se hunde con más intensidad en mi hasta que mi cuerpo colapsa del placer y mis gemidos salen sin control.

Sus embestidas se vuelven descontroladas por lo que se que se acerca hasta que lo hace y me toma con fuerza.

Un segundo orgasmo me arrasa y lloriqueó de placer antes de que el se recueste a mi lado.

—Estamos cometiendo un error Lisa.—Susurra.

—Lo se Clint.

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Hola, espero les guste y hasta pronto.
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