ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 ll

93. Baron Zemo/ Ivy

La puerta se abrió dejándome ver a los tres hombres entrando, parecían irritados pero sinceramente no tenía ganas de sentirme estresada yo también por lo que no pregunté absolutamente nada.

—Aquí está.—Dijo Helmut entregándome una bolsa de regalo.—No me digas que no es ese porque no comprare otro Ivy.

—Ambos sabemos que si lo harás.—Le sonreí abriendo la bolsa.—Gracias.

El simplemente hizo un ademán de restarle importancia y fue hacia la barra del mini bar.

—¿Que de supone que son?—Pregunta Sam sentándose en el lugar frente a mi.

—No es de tu incumbencia.—Declara Zemo desde la barra.

Bucky se mantiene en silencio como casi siempre lo hace, dando miradas agresivas a todos pero la verdad es que yo no me he topado con ninguna.

Aún así la presencia de ambos hombres me molestaba, no me malinterpreten me agradan pero simplemente no puedo tener tiempo a solas con quien deseo.

Y no toleraría más personas para ser sincera.

Los tres hablan de alguna cosa de la cual no presto atención, me enfoque en abrir el regalo que Zemo me dio.

Yo le había pedido esto hace algunos días pero creí que no me había escuchado ya que estaba medio dormido, aún así sostengo el aparato en mis manos y comienzo a chequearlo.

—¿Te gusta?—Me pregunta sentándose a mi lado mientras Sam y Bucky hablan entre ellos.

—Si, gracias.—El toma el teléfono en sus manos  y comienza a hacer lo que yo ya había hecho hace unos segundos.

—No quiero que lo arruines de nuevo, ¿entendido?—Me regresa el teléfono.—No quieres saber lo que costó y hablo enserio cuando te digo que es el último.

—Deja de hacerte el duro.—Le digo acariciando su cabello.—Siempre me das lo que quiero.

El rueda los ojos tomando de su trago mientras yo me levanto para ir a recostarme un poco.

El sueño poco a poco se apodera de mi y no hago más que dejarme abrazar por el cansancio.

                                    (...)

Abro mis ojos con lentitud y miro la hora, era de madrugada y Zemo ya se encontraba durmiendo a mi lado.

Me abrazo a su cuerpo mientras intento dormir pero me es imposible conciliar el sueño.

Comienzo a removerme en la cama con la incomodidad en mi cuerpo, no se cuanto tiempo dormí pero supongo que fue mucho para que esté pasando esto.

—¿Puedes dejar de moverte?—Escucho la voz adormilada de mi acompañante.

—No puedo dormir...

—Sigue intentándolo linda.

—Es que no puedo.

El suspira antes de posarse sobre mi con sus labios a centímetros de mi boca.

—Si no te sientes cansada pues yo haré que gastes esas energías cariño.—Susurra besando castamente mis labios.—Así que tú decides si es por las buenas, o por las malas.

—Por las buenas no es divertido.—Recibo una sonrisa antes de que el besara con intensidad mis labios.—¿Que pasa con tus amigotes?

—No me interesa, no hables de ellos.—Siento sus manos colarse por debajo de mi ropa interior.—Extrañé tanto tu cuerpo...

Sus expertos dedos me acariciaron, solté un silencioso gemido ante esto y la maravillosa sensación de sus labios sobre los míos regresó.

Mis piernas se tensaban con cada movimiento que el hacía, sabía exactamente en donde y cómo tocarme para tenerme a su merced.