ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 ll

72. Charles Xavier

Aquí estaba de nuevo con esta sensación, mi habitación estaba oscura y me sentí pequeña y desolada.

Salí de esta caminando por los pasillos hasta llegar a la habitación de Charles, escuché su respiración sabía que estaba dormido.

Intentando hacer el menor ruido posible me metí en la cama y lo abracé, su mera compañía me hacía sentir completa.

Me removí un poco intentado acomodarme mejor en sus brazos y el suspiro.

—¿Otra vez aquí?—El me abrazo por la cintura.

—Lo siento...

—Está bien, es solo que me preocupas.—Me acurruque en su pecho.—No quiero que empieces a depender de mi.

—Charles...

—En algún momento no me tendrás más a mi para cuidarte y quiero que aprendas a ser dependiente...

—Deja de decir esas cosas sabes que es difícil para mi.—Susurre acariciando su mejilla.—Sabes que no puedo evitarlo.

El me observo por unos segundos, yo admiraba su rostro y seguía acariciandolo hasta que su semblante serio cambió y me miro extraño.

—Tiene que dejar de pasar no podemos seguir haciéndolo...

—Y tú debes dejar de entrar a mi mente.—Gruñi sentándome.

—Escúchame...

—No, tú escúchame a mi.—Pedí volteándome para verlo.—No puedo dormir y no es mi culpa que tú seas la solución ¿bien? Lo siento por pensar esas cosas pero se que tú también lo haces así que no intentes hacerte el inocente, no conmigo.

—¿Quieres cansarte? Pues lo voy a hacer.—Antes de poder asimilarlo bien el ya me había dejado bajo su cuerpo con una de sus manos en mi cuello.

Sus labios tomaron los míos con posesividad mientras su cuerpo se pegaba más a al mío, se acomodó entre mis piernas simulando embestidas.

—Charles...—Susurre levantando su camisa.

El me detuvo mientras se empeñaba en quitarme la ropa, lo hacía con tanta calma y paciencia la yema de sus dedos acariciaba mi cintura mientras su mirada me desnudaba el alma.

Me sentí tan diferente y el tiempo se detuvo por unos segundos, sus manos se paseaban por el resto de mi cuerpo ya desnudo y a su merced.

Lo mire atenta esperando más de su tacto pero el me miro con una media sonrisa sin hacer nada más que acariciarme, mis caderas se alzaron buscando más de él pero Charles simplemente negó.

—¿Por que me haces esto?—Susurre llevando su mano a mi entrepierna.—Tócame.

—Aquí no se hacen las cosas como tú las quieres.—Su mano descansó nuevamente en mi cuello y sus labios se acercaron a mis pechos.

Su lengua se paseó por mi pezon dejándolo erecto y yo simplemente acariciaba su cabello, pero entonces sus dientes pellizcaron mi pezon haciéndome gemir y removerme por la sensación.

Sus besos fueron tomando curso por mi abdomen, mi vientre hasta llegar a mis muslos, su mirada tenía un destello travieso y eso me intrigó más.

Abrió mis piernas acariciandome en el transcurso, sus dedos se pasearon por mi femineidad y mis caderas se movían buscando placer, el sabía lo que hacía y le encantaba tenerme de esta manera.

—No lo retrases más.—Susurre.—Por favor.

Su boca se acercó a mis muslos lamiendo pero sin dirigirse a donde yo quería, acaricié su cabello pero el apartó mis manos.