¿Todo era mentira?

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Las preguntas estallaban en la cabeza de Harry como fuegos artificiales, y

no sabía cuál era la primera. Después de unos minutos, tartamudeó:


-¿Qué quiere decir eso de que esperan mi lechuza?


-Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo -dijo Hagrid, golpeándose la

frente con tanta fuerza como para derribar un caballo. De otro bolsillo sacó una

lechuza (una lechuza de verdad, viva y con las plumas algo erizadas), una gran


pluma y un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una

nota que Harry pudo leer al revés.

Querido señor Dumbledore:


Entregué a Harry su carta. Lo llevo mañana a comprar sus cosas.


El tiempo es horrible. Espero que usted esté bien.


Hagrid

Hagrid enrolló la nota y se la dio a la lechuza, que la cogió con el pico.

Después fue hasta la puerta y lanzó a la lechuza en la tormenta. Entonces

volvió y se sentó, como si aquello fuera tan normal como hablar por teléfono.


Harry se dio cuenta de que tenía la boca abierta y la cerró rápidamente.


-¿Por dónde iba? -dijo Hagrid. Pero en aquel momento tío Vernon,

todavía con el rostro color ceniza, pero muy enfadado, se acercó a la

chimenea.


-Él no irá -dijo.


Hagrid gruñó.


-Me gustaría ver a un gran muggle como usted deteniéndolo a él -dijo.


-¿Un qué? -preguntó interesado Harry


-Un muggle -respondió Hagrid-. Es como llamamos a la gente «no-


mágica» como ellos. Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de los más grandes muggles que haya visto.


-Cuando lo adoptamos, juramos que íbamos a detener toda esa


porquería -dijo tío Vernon-. ¡Juramos que la íbamos a sacar de él! ¡mago, ni más ni menos!


-¿Vosotros lo sabíais? -preguntó Harry-. ¿Vosotros sabíais que yo


era... un mago?


-¡Saber! -chilló de pronto tía Petunia-. ¡Saber! ¡Por supuesto que lo

sabíamos! ¿Cómo no ibas a serlo, siendo lo que era mi condenada hermana?


Oh, ella recibió una carta como ésta de ese... ese colegio, y desapareció, y

volvía a casa para las vacaciones con los bolsillos llenos de ranas, y convertía


las tazas de té en ratas. Yo era la única que la veía tal como era: ¡una

monstruosidad! Pero para mi madre y mi padre, oh no, para ellos era «Lily hizo

esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estaban orgullosos de tener una bruja en la

familia!


Se detuvo para respirar profundamente y luego continuó. Parecía que

hacía años que deseaba decir todo aquello.


-Luego conoció a ese Potter en el colegio y se fueron y se casaron y te

tuvieron a ti, y por supuesto que yo sabía que ibas a ser igual, igual de raro,

un... un anormal. ¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y

nosotros tuvimos que quedarnos contigo!


Harry se había puesto muy pálido. Tan pronto como recuperó la voz,

preguntó:

(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora