el viaje desde el anden 9¾

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-¡No más de seis por bote! -gritó Hagrid, señalando a una flota de

botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Harry y Ron subieron a uno, acompañados de los gemelos y seguidos por Neville y Hermione.


-¿Todos habéis subido? -continuó Hagrid, que tenía un bote para él


solo-. ¡Venga! ¡ADELANTE!


Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el

lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando

el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada

vez más al risco donde se erigía.


-¡Bajad las cabezas! -exclamó Hagrid, mientras los primeros botes

alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte


delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos

justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle


subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.


-¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? -dijo Hagrid, mientras vigilaba los

botes y la gente que bajaba de ellos.


-¡Trevor! -gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos. Luego

subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo

finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.

Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta


de roble.


-¿Estáis todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo?


Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del


castillo.

(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora