Hora del castigo

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En medio del furor que sentía por los puntos perdidos, Harry había


olvidado que todavía les quedaban los castigos. De alguna manera esperaba

que Hermione se quejara por tener que perder una noche de estudio, pero la

muchacha no dijo una palabra. Como Harry y salazar, sentían que se merecían lo que les
tocara.

A las once de aquella noche, se despidieron de Ron en la sala común y

bajaron al vestíbulo de entrada con Neville. Filch ya estaba allí y también

Malfoy y __, tomados de la mano. Harry se enfureció al ver tal escena y también había olvidado que a Malfoy lo habían condenado a un


castigo.


-Seguidme -dijo Filch, encendiendo un farol y conduciéndolos hacia

fuera-. Seguro que os lo pensaréis dos veces antes de faltar a otra regla de la

escuela, ¿verdad? -dijo, mirándolos con aire burlón-. Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si queréis mi opinión... es una lástima que


hayan abandonado los viejos castigos... colgaros de las muñecas, del techo,

unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo


engrasadas por si alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no penséis en escapar, porque será peor para vosotros si lo hacéis.


Marcharon cruzando el oscuro parque. Neville comenzó a respirar con

dificultad. Harry y salazar se preguntaron cuál sería el castigo que les esperaba. Debía de


ser algo verdaderamente horrible, o Filch no estaría tan contento.


La luna brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándolos en la oscuridad.


Delante, Harry pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña de Hagrid.


Entonces oyeron un grito lejano.


-¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.


El corazón de Harry y salazar se animó: si iban a estar con Hagrid, no podía ser tan

malo. Su alivio debió aparecer en su cara, porque Filch dijo:


-Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno,

piénsalo mejor muchacho... es al bosque adonde iréis y mucho me habré


equivocado si volvéis todos enteros.


Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Malfoy, que tenía de la mano a __ se detuvo de golpe y la soltó para decir.
-¿El bosque? -repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre-

. Hay toda clase de cosas allí... dicen que hay hombres lobo.


__ se aferró de la manga de la túnica de Harry y dejó escapar un pequeño gemido.
-Eso es problema vuestro, ¿no? -dijo Filch, con voz radiante-.


Tendríais que haber pensado en los hombres lobo antes de meteros en líos.


Hagrid se acercó hacia ellos, con Fang pegado a los talones. Llevaba una

gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.


-Menos mal -dijo-. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry, Hermione, gemelos?


-Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid -dijo con frialdad Filch-.

Después de todo, están aquí por un castigo.


-Por eso llegáis tarde, ¿no? -dijo Hagrid, mirando con rostro ceñudo a

Filch-. ¿Has estado dándoles sermones? Eso no es lo que tienes que hacer.

A partir de ahora, me hago cargo yo.


-Volveré al amanecer -dijo Filch- para recoger lo que quede de ellos -

añadió con malignidad. Se dio la vuelta y se encaminó hacia el castillo,

agitando el farol en la oscuridad.


Entonces Malfoy tomo de la mano a ___ y se volvió hacia Hagrid.


-No iremos a ese bosque -dijo, y Harry tuvo el gusto de notar miedo en su

voz.


-Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts -dijo Hagrid con severidad-

. Hicisteis algo mal y ahora lo vais a pagar.


-Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Yo pensé que nos

harían escribir unas líneas, o algo así. Si mi padre supiera que hago esto, él...


-Te dirá que es así como se hace en Hogwarts -gruñó Hagrid-.


¡Escribir unas líneas! ¿Y a quién le serviría eso? Haréis algo que sea útil, o si

no os iréis. Si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al

castillo y coge tus cosas. ¡Vete!

(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora