(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofal

novia de draco?

-- asi que te gusto no.- ella río y el se sonrojo, aunque el estaba arriba de ella, pero no le importo y solo la siguió besando, ella solo lo miro y decidió seguirle el beso, de todas formas, el seria su esposo dentro de poco, había momentos en los cuales se detenían y charlaban sobre ellos y luego se besaban otra vez. Hasta que draco pregunto,
-- ___, ¿quieres ser mi novia? Si no estas lista. Puedo esperar, se que te gusta potter, y que antes te gustaba weasly, si quieres intentar algo con ellos, hazlo, pero prometeme que a los 14 volverás a mi, me tengo que casarme contigo, y quiero que nuestro amor veela, quede entre nosotros.
___ asintió y lo abrazo muy fuerte, solo dijo
-- Gracias por entender draqui, te adoro.
Y lo beso...
En todo ese tiempo, __ se la pasaba pensando en harry y en george, los que siempre quiso, tendría que volver y andar con Harry o george? Como se lo tomarían ellos? Además de que, ella y draco no eran novios, ellos salían al callejon diagon a comprar helado, o se iban a comprar ropa juntos, claro no todo el tiempo, aveces draco iba con su padre, y regresaba muy tarde, pero siempre iba a hablar con __ y le compraba cosas cuando iba con su padre, pero aun no eran novios, sin embargo a ___ le estaba empezando a gustar.
Un día, en la mansión malfoy, era sábado, como de costumbre draco salió con lucius, los miércoles, viernes, sábados y domingos siempre salían, __ bajo como de costumbre a saludar a cissy y a su hermano.

-- ___ querida, como van las cosas con draco? Eh visto que han estado saliendo mucho, en verdad lo quieres, o por ser un mortifago lo odiaras?
-- oh, las cosas van bien, solo que decidimos que en este tiempo saldremos con alguien mas y entonces a los 14 años, volveremos a estar juntos, para unir nuestro amor veela, además, yo también seré mortifaga, si los dos somos iguales, todo estará bien.
---bueno querida, siempre estaré aquí para ti, los quiero mucho mis niños.- y nos abrazo a salazar y ami.
Mientras en hogwarts
-Podías haberme despertado -dijo malhumorado Ron.
-Puedes venir esta noche. Yo voy a volver; quiero enseñarte el espejo.
-Me gustaría ver a tu madre, a tu padre y a tu futura esposa -dijo Ron con interés.
-Y yo quiero ver a toda tu familia, todos los Weasley. Podrás enseñarme a tus otros hermanos y a todos.
-Puedes verlos cuando quieras -dijo Ron-. Ven a mi casa este verano. De todos modos, a lo mejor sólo muestra gente muerta. Pero qué lástima que

no encontraste a Flamel. ¿No quieres tocino o alguna otra cosa? ¿Por qué no comes nada?

Harry no podía comer. Había visto a sus padres y los vería otra vez aquella noche. Casi se había olvidado de Flamel. Ya no le parecía tan importante. ¿A quién le importaba lo que custodiaba el perro de tres cabezas? ¿Y qué más

daba si Snape lo robaba?

-¿Estás bien? -preguntó Ron-. Te veo raro.

Lo que Harry más temía era no poder encontrar la habitación del espejo.

Aquella noche, con Ron también cubierto por la capa, tuvieron que andar con

más lentitud. Trataron de repetir el camino de Harry desde la biblioteca,

vagando por oscuros pasillos durante casi una hora.

-Estoy congelado -se quejó Ron-. Olvidemos esto y volvamos.

-¡No! -susurró Harry-. Sé que está por aquí.

Pasaron al lado del fantasma de una bruja alta, que se deslizaba en dirección opuesta, pero no vieron a nadie más.

Justo cuando Ron se quejaba de que tenía los pies helados, Harry divisó la

pareja de armaduras.

-Es allí... justo allí... ¡sí!