el espejo de oesed

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-Entonces de vuelta otra vez, ¿no, Harry?


Harry sintió como si se le helaran las entrañas. Miró para atrás. Sentado en un pupitre, contra la pared, estaba nada menos que Albus Dumbledore. Harry


debió de haber pasado justo por su lado, y estaba tan desesperado por llegar

hasta el espejo que no había notado su presencia.


-No... no lo había visto, señor.


-Es curioso lo miope que se puede volver uno al ser invisible -dijo


Dumbledore, y Harry se sintió aliviado al ver que le sonreía
-. Entonces -

Continuó Dumbledore, bajando del pupitre para sentarse en el suelo con


Harry-, tú, como cientos antes que tú, has descubierto las delicias del espejo de Oesed.


-No sabía que se llamaba así, señor.


-Pero espero que te habrás dado cuenta de lo que hace, ¿no?


-Bueno... me mostró a mi familia y...


-Y a tu amigo Ron lo reflejó como capitán.


-¿Cómo lo sabe...?


-No necesito una capa para ser invisible -dijo amablemente


Dumbledore-. Y ahora ¿puedes pensar qué es lo que nos muestra el espejo

de Oesed a todos nosotros?


Harry negó con la cabeza.
-Déjame explicarte. El hombre más feliz de la tierra puede utilizar el

espejo de Oesed como un espejo normal, es decir, se mirará y se verá

exactamente como es. ¿Eso te ayuda?


Harry pensó. Luego dijo lentamente:


-Nos muestra lo que queremos... lo que sea que queramos...


-Sí y no -dijo con calma Dumbledore-. Nos muestra ni más ni menos

que el más profundo y desesperado deseo de nuestro corazón. Para ti, que

nunca conociste a tu familia, verlos rodeándote. Ronald Weasley, que siempre

ha sido sobrepasado por sus hermanos, se ve solo y el mejor de todos ellos.


Sin embargo, este espejo no nos dará conocimiento o verdad. Hay hombres

que se han consumido ante esto, fascinados por lo que han visto. O han

enloquecido, al no saber si lo que muestra es real o siquiera posible.

Continuó:


-El espejo será llevado a una nueva casa mañana, Harry, y te pido que no

lo busques otra vez. Y si alguna vez te cruzas con él, deberás estar preparado.


No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo.

Ahora ¿por que no te pones de nuevo esa magnífica capa y te vas a la cama?


Harry se puso de pie.

-Señor... profesor Dumbledore... ¿Puedo preguntarle algo?


-Es evidente que ya lo has hecho -sonrió Dumbledore-. Sin embargo,

puedes hacerme una pregunta más.


-¿Qué es lo que ve, cuando se mira en el espejo?


-¿Yo? Me veo sosteniendo un par de gruesos calcetines de lana.


Harry lo miró asombrado.


-Uno nunca tiene suficientes calcetines -explicó Dumbledore-. Ha

pasado otra Navidad y no me han regalado ni un solo par. La gente sigue

insistiendo en regalarme libros.


En cuanto Harry estuvo de nuevo en su cama, se le ocurrió pensar que tal

vez Dumbledore no había sido sincero. Pero es que, pensó mientras sacaba a

Scabbers de su almohada, había sido una pregunta muy personal.

(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora