antes de subir al tren...

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Los primeros vagones ya estaban repletos de estudiantes, algunos


asomados por las ventanillas para hablar con sus familiares, otros discutiendo

sobre los asientos que iban a ocupar. Harry empujó su carrito por el andén,

buscando un asiento vacío. Pasó al lado de un chico de cara redonda que

decía:


-Abuelita, he vuelto a perder mi sapo.


-Oh, Neville -oyó que suspiraba la anciana.


Un muchacho de pelos tiesos estaba rodeado por un grupo.


-Déjanos mirar, Lee, vamos.


El muchacho levantó la tapa de la caja que llevaba en los brazos, y los que

lo rodeaban gritaron cuando del interior salió una larga cola peluda.


____ y salazar habían decidido hablarle en cuanto lo vieran, ya que seria su primer año, debían de tratar de hablar con el.
Harry se abrió paso hasta que encontró un compartimiento vacío, cerca del

final del tren. Primero puso a Hedwig y luego comenzó a empujar el baúl hacia


la puerta del vagón. Trató de subirlo por los escalones, pero sólo lo pudo

levantar un poco antes de que se cayera golpeándole un pie.


-¿Quieres que te eche una mano? -Era uno de los gemelos pelirrojos, a

los que había seguido a través de la barrera de los andenes.


-Sí, por favor -jadeó Harry.


-¡Eh, Fred! ¡Ven a ayudar!


Con la ayuda de los gemelos, el baúl de Harry finalmente quedó en un

rincón del compartimiento.


-Gracias -dijo Harry, quitándose de los ojos el pelo húmedo.


-¿Qué es eso? -dijo de pronto uno de los gemelos, señalando la


brillante cicatriz de Harry


-Vaya-dijo el otro gemelo-. ¿Eres tú...?


-Es él -dijo el primero-. Eres tú, ¿no? -se dirigió a Harry.
-¿Quién? -preguntó Harry.


-Harry Potter -respondieron a coro.


-Oh, él -dijo Harry-. Quiero decir, sí, soy yo.


Los dos muchachos lo miraron boquiabiertos y Harry sintió que se


ruborizaba. Entonces, para su alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta del compartimiento.


-¿Fred? ¿George? ¿Estáis ahí?


-Ya vamos, mamá.


Con una última mirada a Harry, los gemelos saltaron del vagón.


Harry se sentó al lado de la ventanilla. Desde allí, medio oculto, podía

observar a la familia de pelirrojos en el andén y oír lo que decían. La madre

acababa de sacar un pañuelo.


-Ron, tienes algo en la nariz.


El menor de los varones trató de esquivarla, pero la madre lo sujetó y

comenzó a frotarle la punta de la nariz.


-Mamá, déjame -exclamó apartándose.


-¿Ah, el pequeñito Ronnie tiene algo en su naricita? -dijo uno de los

gemelos.


-Cállate -dijo Ron.


-¿Dónde está Percy? -preguntó la madre.


-Ahí viene.


El mayor de los muchachos se acercaba a ellos. Ya se había puesto la

ondulante túnica negra de Hogwarts, y Harry notó que tenía una insignia

plateada en el pecho, con la letra P


-No me puedo quedar mucho, mamá -dijo-. Estoy delante, los


prefectos tenemos dos compartimientos...


-Oh, ¿tú eres un prefecto, Percy? -dijo uno de los gemelos, con aire de

gran sorpresa-. Tendrías que habérnoslo dicho, no teníamos idea.


-Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo -dijo el otro gemelo-. Una

vez...


-O dos...


-Un minuto...
-Todo el verano...


-Oh, callaos -dijo Percy, el prefecto.


-Y de todos modos, ¿por qué Percy tiene túnica nueva? -dijo uno de los

gemelos.


-Porque él es un prefecto-dijo afectuosamente la madre-. Muy bien,

cariño, que tengas un buen año. Envíame una lechuza cuando llegues allá. Besó a Percy en la mejilla y el muchacho se fue. Luego se volvió hacia los gemelos.


(Tn) en hogwarts, 1T, la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora