26. El hurón y la leona.

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Me levante con la luz del sol dándome en la cara, y ademas, por un ruido de picoteo en mi ventana, me levante y me acerque hasta la ventana para ver a la lechuza chocolate llamada Brownie de Michael. Abrí la ventana y la lechuza voló hasta mi. Tome la carta y fui hasta mi escritorio y le dí un dulce para después soltarla. Leí la carta.

Avellanita:

Dado que al parecer lo que debes contarme (obligatoriamente) es muy importante (o eso parece, valga la redundancia)... pienso o mas bien estipulo que hoy es día únicamente para el hurón y la leona. Nada de otros leones u perros, aunque eso cause una maratón... ¡Nos vemos en el desayuno, avellanita!

-El hurón.

Sonreí y me dirigí al baño, me bañe en unos cinco minutos, me vestí con una camisa a cuadros celeste, unos jeans algo gastados y unas zapatillas de lona rojas. Me hice una trenza cocida de costado y salí. Desperte a Barbara y baje a la sala común, diciendole que iria a la mesa de Hufflepuff. En la sala común estaban los chicos (menos Sirius), charlando sobre quien sabe que. Me acerque a James y lo salude con un beso en la mejilla y una despeinada de cabello. A los demás los salude con la mano y salí. Camine hasta el Gran Comedor, cuando entre mire a todas las mesas, me fije en la mesa de Hufflepuff, donde Michael ya se encontraba. Al notar mi mirada volteo y me sonrió, yo camine hasta la mesa de Hufflepuff y me senté junto a él.

Michael: Buen día, avellanita - dijo sonriéndome y pasando un brazo por mis hombros.

____: Buen día, azulito - dije sonriéndole abiertamente.

Michael: Tenemos muchas cosas de las cuales conversar, ¿no es así? - dijo sacando su hombro y agarrando una tostada.

____: Si... bueno... ¿trajiste pergamino y pluma como dije? - él asintió y saco un pergamino y una pluma sonriendo aun mas. Yo lo tome y tal y como hice con Emma, le conté todo lo ocurrido ayer. Le pase el pergamino una vez termine y el comenzó a leerlo mientras agarraba un vaso de jugo de calabaza. Fue muy claro cuando llego a la parte importante, ya que escupió todo el jugo de calabaza.

Michael: Osea que... casi...

____: ¡Si! ¿Qué demonios es lo que todos tienen con el casi? - pregunte algo fastidiada. Michael solo se encogió de hombros.

Michael: ¿De qué otra forma pretendes que se diga? ¿Si pero no? ¿Amago pero no pudo? ¿Murio en el intento? - comenzo a decir otras cosas hasta que alce una ceja y se callo - Lo siento. Pero... ¿Cómo es que...?

____: ¡No sé! Bueno... ¡No sé! La cuestión es que gracias a las barbas de Merlín y Dumbledore que no ocurrió...

Michael: Yo diria a los calzones de Merlín y Dumbledore, pero como tu quieras - yo lo mire de reojo y solte una risita para después pasar un brazo por sus hombros.

____: En verdad necesito un día hurón-Leona...

Michael: Pues un día hurón-leona tendrás, avellanita - dijo sonriente, pasando un brazo por mis hombros. Seguimos charlando y riendo, cuando entraron los chicos. Remus, Peter y James estaban desternillándose de risa. Y atrás de ellos apareció Sirius, con el cabello mojado y una gaza en las orejas. Con Michael lo miramos por unos segundos, luego nos miramos, luego volvimos a mirarlo y ahora si, nos atragantábamos de risa.

El desayuno siguió así, riéndonos a carcajadas por la cara y gesto de Sirius, y por el hecho reciente sobre las pulgas. Hasta que se me ocurrió algo.

____: Azulito, un momento... ¿Los hurones tienen o pueden llegar a tener pulgas? - pregunte mirándolo. Él detuvo su risa al instante, me miro asustado.

Michael: Pues... no sé. Yo no tengo... casi nunca cambio a mi forma animaga - dijo poniendo una mano en su mentón, pensando - ¿Y los leones? - ahora fui yo la que abrió los ojos como platos y lo miro asustado.

Pensando en Voz Alta (Primera generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora