Papá, te presento a...

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POV'S LILITH.

Al día siguiente no tenía ganas de hablar con Cedric, su actitud no me gustaba y decidí que no quería aguantarlo así.

-Buenos días hermosa –Dijo cuando entro al comedor y me dio un beso en la mejilla pero yo solo fruncí el ceño -¿Estás enojada?

-¿Esto te parece un chiste?

-¿A qué te refieres linda?

-Cedric ayer técnicamente me dijiste que te sentías como una marioneta por mi culpa y ahora vienes como sin nada –El apenas iba hablar pero no lo deje –No sé qué pretendas pero será mejor que pienses bien tus palabras a la próxima, ahora con permiso, tengo clase –Me fui dejándolo solo.

Parecía que no pero el hecho de que Cedric me confesará que se sentía controlado me afecto ya que no me gustaba que al menos él me viera de esa forma.

-Lilith –Luna me sacudió y me sacó de mis pensamientos.

-¿Sí?

-Ya acabo la clase.

-Oh, perdón Moony no sé en qué mundo estoy –Contesté mientras sacudía mi cabeza.

-¿Quieres que demos un paseo?

-Claro, eso me haría bien –Respondí con una sonrisa y salimos del castillo en dirección al lago negro –Moony ¿puedo preguntarte algo?

-Por supuesto.

-¿Crees que soy controladora?

-¿A qué viene la pregunta?

-Tuve una pequeña discusión con Cedric y él dijo eso de mí ¿Es cierto?

-Bueno, no niego que eres algo mandona pero creo que controladora no es el término.

-¿Crees que deba cambiar por él?

-Dicen que el amor cambia a las personas, si lo quieres supongo que vale la pena intentar.

-Por cierto, me encantó el disfraz que usaste anoche.

-¿De verdad? Tu hermano lo escogió.

-¿A si?

-Sí, fue muy creativo de su parte.

-Ya lo creo.

A la hora de la cena me encontré a Cedric cuando íbamos entrando al gran comedor.

-Cedric ¿podemos hablar?

-¿Qué ocurre?

-Quiero disculparme contigo, no estuvo bien como te hable en la mañana.

-Creo que yo también actué muy mal y te estaba buscando para darte esto –Dijo mientras me daba un oso de peluche.

-¿Es en serio? Es demasiado cursi.

-Entonces tendrás que aguantar mis cursilerías.

Después de ese día decidí que tal vez debía comenzar a cambiar un poco en base a mi actitud y deje de ser ruda y grosera.

-Ay cariño ¿Estás bien? –Dije mientras ayudaba a levantar a un pequeño niño.

-Sí, estoy bien.

-¿Por qué te caíste? ¿Te resbalaste? –Pregunte y el niño solo miro hacia arriba, seguí su mirada y vi que Malfoy iba subiendo –Ve con madame Pomfrey para que te de díctamo y no te queden cicatrices.

Al llegar a la sala común pude ver a Draco con mis hermanos en los sillones.

-Malfoy ¿podemos hablar?

La quinta Shelby.  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora