Palear Mierda.

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El siguiente capitulo tiene contenido sensible para algunas personas, se recomienda discresión.

POV'S THOMAS.

-Aquí está todo lo que debes saber –Decía Theseus mientras me entregaba un paquete –No hemos oído los vociferadores y seguimos tus instrucciones de investigar a toda la familia Gonzales.

-Siempre tan eficiente –Comenté mientras le entregaba el fajo de libras.

-Yo le soy leal a la familia Grindelwald –Respondió mientras subía a su auto.

Tomé el paquete y subí a mi caballo, cabalgué hasta llegar a casa y en cuanto entré pedí que nadie me molestara.

Saqué los vociferadores y coloqué le primero, sin saber que lo que escucharía me mataría.

-Lilith Shebly Grindelwald, hija de Thomas Shelby –Reconocí la voz de Campbell –Ella es la representación de la frase "Hasta el más fuerte puede caer" sé que estás escuchando esto Thomas y realmente me hubiera gustado ver tu rostro pero me quedaré con la satisfacción de haber sido yo el portador de esta no tan grata noticia para ti, antes que nada quiero comentar que no importa que tantos lujos le compres a tu hija ella jamás será una dama, ya que aquellas merecedoras de ese título conservan algo sagrado, esa "pureza" -¿De qué mierda estaba hablando? –Tú hija no es más que una chica impura, ya que fue tocada por un hombre –Mi corazón se paralizó y mi sangre se congeló

No podía creer lo que había escuchado, yo quería que fuese mentira, que ese bastardo solo me había mentido.

Saqué el otro vociferador y lo coloqué en seguida y parecía ser una especie de entrevista, era en español por lo que tomó todo de mí tratar de entenderla.

-¿Cuál es su nombre?

-Juventino –Respondió aquella persona con un tono de ebriedad.

-¿Usted conoció a Lilith?

-¿Cómo me olvidaría de mi muñequita?

-¿Puede contarnos como la conoció?

-Esa pequeña ramera llegó al rancho de mis abuelos hace años, llegó con una mujer a la que no recuerdo.

-¿Es cierto que la tocabas?

-¿A caso son policías?

-Vamos camarada, solo queremos saber.

-Mi muñequita era hermosa, a sus doce años sus caderas comenzaron a ensancharse y se robó mi atención, decidí acercarme a ella para ganarme su confianza, recuerdo que ella solía atar su cabello con listones y yo le reglaba muchos, también solía temerle a la oscuridad así que una noche le dije que la ayudaría a superar su miedo, me metí a su habitación y sus gritos solo me incitaron más y la toqué como quise, jamás la hice mía porque era muy pequeña, sin embargo goce de su cuerpo durante mucho tiempo hasta que se hizo novia de mi estúpido primo, Manolo era posesivo y jamás la dejaba sola, él comenzó a dormir con ella y mi diversión terminó.

El vociferador terminó y un ataque de ira se apoderó de mí, cegado por la rabia arrasé con todo lo que había en mi escritorio y no conforme con eso me dediqué a destruir mi oficina entera, tratando de encontrar la calma que jamás volvería a tener.

Mi cuerpo no lo soportó y luego de beber dos botellas de whisky me senté en el piso llorando por mi pequeña niña, por mi Lilith.

Ese bastardo la marcó de por vida pero yo la iba a vengar, tomé los expedientes de los Gonzales y cuando por fin encontré la foto de Juventino clave mi navaja una y otra vez hasta dejar la imagen completamente destrozada, él pagaría por todo lo que le hizo a mi hija, ya que no pude protegerla, me tocaba vengarla y hacer pagar a ese mal nacido.

La quinta Shelby.  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora