El siguiente capítulo contiene temas que pueden causar conmoción en algunas personas, se recomienda discreción.
POV'S LILITH.
Al final del día las cosas habían salido bien, mis hermanos y yo terminamos divirtiéndonos, nos embriagamos un poco y entre los tres nos apoyábamos para poder llegar a nuestras habitaciones.
Acompañé a los chicos hasta su dormitorio y ver la cama vacía de Azael más el alcohol en mi sistema me pusieron melancólica.
-¿Fui una mala hermana? –Pregunté en voz alta mientras pasaba mi mano por las sábanas que desprendían su aroma.
-No fue tu culpa –Respondió Tom mientras se posicionaba a mi lado –Azael era una bomba de tiempo que en algún momento iba a explotar.
-Lo extraño.
Mi hermano se alejó un poco, escuché que sacó algo de su cajón y regresó conmigo al momento que me entregaba un vociferador.
-Te dejó eso a ti.
-¿Dónde puedo escucharlo?
-¿Qué te parece si el próximo fin de semana vamos a casa?
-¿Sabes a dónde fue?
-No.
-¿Crees que esté bien?
-Sí, es mejor que vayas a descansar.
-¿Puedo llevarme su suéter del equipo? Él solía prestármelo.
Tom asintió y yo tomé la prenda de su armario para luego irme a mi habitación y la usé como pijama.
Al día siguiente a la hora del desayuno Paola llegó corriendo con lágrimas en los ojos buscando el consuelo de Manolo.
-¿Qué sucede? –Preguntó el mexicano.
-Se fue, Juventino, se fue –Respondió ella y mi cuerpo se tensó.
-¿De qué hablas?
-Escucha –Se calmó un poco para poder leer la carta que tenía en manos –Querida hermana, es hora de que haga mi vida y cumpla mi sueño, comenzaré a viajar por el mundo y no prometo que regresaré, estoy harto de ser tratado como un jodido peón, he renunciado a mi parte de la herencia y te la cedo a ti, no me busques y sigue tu vida.
-Algo anda mal, él jamás haría eso.
-Tú mismo escuchaste las peleas que seguido tenía con el abuelo, mi hermano lo amenazó y lo está cumpliendo.
-¿También te dejó un paquete?
-En realidad este es de Lilith.
Me lo acercó y cuando lo tuve entre manos mis hermanos se me quedaron viendo y la mirada de Paola me incitó a abrirlo.
Quité la envoltura y me tensé al ver que la tapa de la caja de madera decía "Muñequita", con manos temblorosas la abrí, mi corazón y respiración se agitaron al ver todos los listones con manchas blancas que me provocaron arcadas.
Tiré la caja y salí corriendo en busca de un baño.
Devolví todo mi desayuno, mientras lo hacía miles de imágenes y recuerdos comenzaron a aturdirme provocando en mí un ataque de pánico.
De pronto, mi cuerpo lo sentía sucio, los llamados de mis hermanos me confundía y sus perfumes masculinos me daban asco.
-Lilith por favor, abre la maldita puerta –Insistía Tom con voz desesperada.