Armería.

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Dedicado a LizethRiddle

POV'S AZAEL.

Luego del incidente de mi pierna papá vino un par de veces a verme, la primera vez me regañó y estuvo a nada de pedirme que regresara pero afortunadamente logró entenderme.

La segunda vez vino a despedirse, dijo que debía hacer un viaje en barco, no me especifico a dónde pero sabía que estaría fuera del país casi dos meses y medio, no me dio explicaciones pero me pidió que me cuidara.

Mi pierna sanó rápido y no tuve que usar bastón por mucho tiempo, la señora gitana que me ha cuidado me dio miles de brebajes y me untó muchas cosas gracias a eso me encuentro con un arma en mano listo para cazar algunos conejos y cenar algo rico.

Estás semanas también he venido mi terapeuta a verme, quiero creer que voy progresando, aunque a veces el sentimiento de soledad se apodera de mí.

-Hola Azael.

-Hola Mirna –Saludo a la chica de cabello rizado.

-Veo que ya vas por algo de carne.

-Así es.

-¿Te importa si te acompaño?

-Para nada.

Mirna es una chica del pueblo en el que he estado, es morena, de ojos cafés y tiene el cabello más rizado que he visto alguna vez; también es muy simpática.

-Mamá quiere que vayas a cenar pronto otra vez.

-Dile que ahí estaré –Respondí con una sonrisa.

-¿Qué te parece conejo en salsa de naranja?

-Acepto.

Nos adentramos en el bosque y luego de un par de hora logramos cazar cinco conejos.

Ella es una chica que vive solo con su madre, me han brindado muchas cosas durante mi estadía y yo estoy agradecida con ello.

-Azael.

-Señora Laidler, buenas tardes.

-Me alegra que hayas aceptado la invitación.

-Espero que con esto alcance –Dije mientras levantaba a los conejos.

-Será bueno, ya que Jack vendrá esta noche.

-Ahora entiendo porque Mirna esta tan emocionada –Ante mi comentario y mirada la morena se sonrojo.

-Lleva meses sin ver a su novio, es obvio que está emocionada –Siguió la señora Laidler.

-Prometido mamá, te recuerdo que Jack y yo nos casaremos y Azael será el padrino.

-Así será le seguí la corriente.

Mientras la señora Laidler se dedicaba a cocinar y Mirna la ayudaba yo me ofrecí a cortar un poco de leña.

-Así hasta parece que no eres un hombre que usa trajes de miles de libras –Comentó mi hermano y yo corté un tronco.

-¿Cómo me encontraste?

-Soy tu hermano mayor, no puedes esconderte de mí –Respondió Tom -¿Qué haces aquí?

-Pedí privacidad –Mascullé.

-Azael ya está la cena –Avisaba Mirna mientras salía y se quedó estática al ver a mi hermano bien vestido.

-Mirna, él es uno de mis hermanos –Me giré a ver a mi hermano y vaya con el traje que llevaba se parecía mucho a papá –Tom, ella es Mirna, una amiga mía.

La quinta Shelby.  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora