POV'S LILITH.
Una tarde iba entrando al gran comedor con mis hermanos y apenas me senté en mi lugar comenzaron a arrogarme heno.
-¿Qué mierda les pasa? –Mascullé al levantarme.
-Los unicornios comen heno –Respondió Ginny Weasley.
Su estúpida bromita del unicornio ya me estaba cansando, ¿A caso no tenía otra cosa que hacer?
-Ignórala y siéntate –Me ordenó Tom y eso hice.
-¿Ahora también eres una perra para seguir órdenes? –Se burló Ginny.
-Ya valió –Susurró Mattheo.
Me levanté de mi lugar, tomé la charola de pasta que estaba al frente mío y se la arrojé.
-Maldita –Me gritó Ginny.
-Aquí la maldita eres tú.
Ella me soltó una cachetada y la gente comenzó a acercarse, ¿Querían un espectáculo? Bien, yo se los daría.
En lugar de responder con otra cachetada yo respondí con un puñetazo que la desestabilizo y terminó cayendo de espaldas.
Se levantó y se abalanzó sobre mí, comenzamos a forcejar y caímos al suelo, ambas nos golpeábamos hasta que sentí que unos brazos me rodearon, me separaron de ella y me levantaron.
Ginny aprovechó y me golpeo en el abdomen, aquella persona no me soltaba y dejaba que ella siguiera golpeándome.
-Esto era entre ellas, pero con gusto nos unimos –Masculló Tom.
Mis hermanos se levantaron y fue Mattheo quién me arrebató de los brazos de Ron, los gemelos y mis hermanos comenzaron a pelear, ahora éramos los Shelby contra los Weasley, era obvio que teníamos ventaja sobre ellos y la mayoría de las personas nos miraban asombrados por la forma de pelear tan buena que teníamos.
-Suficiente –Gritó McGonagall y con ayuda de algunos prefectos nos separaron –Vamos al despacho de Umbridge –Pronunció y a regañadientes los ocho comenzamos a seguirla.
Los más afectados habían sido ellos, George tenía una pequeña abertura en la frente, Fred tenía un ojo morado, a Ron le sangraba la nariz y Ginny iba sosteniéndose la mano ya que se la había doblado. En cambio nosotros apenas y teníamos uno que otro rasguño.
Como era de esperarse el castigo más fuerte me lo llevé yo, a todos les pusieron un reporte disciplinario y yo tenía que traer a un tutor.
Tom se ofreció pero Umbridge se lo negó ya que él había estado involucrado en la pelea.
-Si papá se entera estoy muerta –Chillaba mientras me dejaba caer en la cama de Azael.
-Tengo una idea –Habló Mattheo.
-En otro caso te diría que te metieras esa idea por donde te cupiera –Lo interrumpió Tom –Pero no quiero que papá saqué a Lilith así que, ¿Cuál es tu idea hermano?
-Hay que decirle a Finn que venga.
-No es tan mala –Comentó Azael.
-Supongo que es eso o que se entere papá –Siguió Tom.
Ellos organizaron todo y el día de la cita yo me encontraba en el despacho de Umbridge esperando "a mi tutor".
-Buenas tardes –Se escuchó la voz de Finn y la cara de Umbridge fue invaluable –Profesora Umbridge.
-Joven Finn.
-Señor Shelby para usted –Respondió altanero mientras se sentaba a mi lado y yo reprimía una sonrisa burlona –Dígame ¿A qué debo el disgusto de volver a verla?
-Esperaba al padre de Lilith.
-Mi hermano tiene otros asuntos pendientes, pero tengo entendido que citó a un Shelby mayor de edad que no fuera hermano de Lilith, así que aquí estoy yo, su tío.
-Está bien, le he mandado a llamar ya que necesito que firme una suspensión de una semana.
-¿Motivo?
-Lilith agredió a una compañera y comenzó una riña.
-¿Y a qué compañera fue?
-Ginny Weasley.
-¿La pelirroja que te molestaba? –Me preguntó y yo asentí inocentemente –Por si no lo sabía, la joven Weasley lleva molestando a mi sobrina un buen tiempo, Lilith solo se defendió.
-No fue la manera de defenderse, fue muy agresiva, le fracturó la muñeca.
-¿De verdad? –Me preguntó de nuevo –Seguro usaste una buena llave –Umbridge se aclaró la garganta –Digo... Esa no era la forma de arreglar las cosas con tu compañerita.
Rodé los ojos y sonreí divertida.
-Tomé señor Shelby –Le extendió la hoja de suspensión y Finn firmó –Espero que hablé con su sobrina.
-Eso haré, le diré en qué lugares puede pelear sin ser vista.
Nos levantamos y salimos de la oficina.
-¿Y ahora qué? –Le pregunté.
-Bueno, no puedes quedarte aquí y obvio tampoco puedes irte a Birmingham o Cheshire, así que te vendrás conmigo a Londres.
-Genial.
Salí con él de la escuela.
-¿A dónde vas? La estación del tren está por acá –Le señalé el camino.
-¿En serio crees que vine en tren? Lilith, tu padre no pagó miles de libras por un avión como para no ser usado, vamos.
-Eres increíble.
-Lo sé –Me guiñó un ojo y luego se puso sus lentes oscuros.
Subimos al avión y en menos de una hora ya estaba en Londres, un auto nos llevó a su departamento.
-¿No le tienes miedo a papá? –Le pregunté mientras íbamos de camino.
-Mira he cubierto a tus hermanos miles de veces, la regla es simple, no salgas del departamento y todo bien ¿Entendido?
-Sí.
Llegamos a una zona de Londres algo concurrida, había varios bares cerca y he de admitir que se veía interesante, llegamos a su departamento y la verdad era muy lindo.
Durante esa semana me dediqué a leer, entrenar lo más que el espacio me lo permitía y a estudiar un poco.
El fin de semana tenía planeado leer un poco y ¿Por qué no? Tomar una copa de vino, pero todo se vio estropeado cuando Finn entró a la habitación que me había prestado con el traje desarreglado.
-Toma –Me entregó un fajo de libras.
-¿Qué haces?
-Vete y no regreses hasta mañana.
-¿De qué hablas? ¿Qué hay sobre no salir?
-Tu tío tendrá sexo rudo esta noche ¿Quieres quedarte a escuchar?
-Asqueroso –Mascullé y me levanté de la cama.
No me dejó ni cambiarme y me sacó del departamento en pans y con un top deportivo.