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Narrador Omnisciente.


Ha pasado una semana desde que Frida le envió aquella foto provocativa a Joel, desde entonces le ha estado enviando una diaria cada noche, la cual no obtiene ninguna respuesta por parte de él, simplemente obtiene el visto pero para ella eso es ganancia puesto que sabe que a Joel le encanta recibir esas fotos porque de otra manera ya la hubiera bloqueado o simplemente le hubiera puesto un alto pero no es así, y eso le encantaba a ella.

El día de ayer no le había enviado foto, ahora mismo se encontraba buscándolo, lo vio salir del salón de Johann así que camino rápidamente para ponerse a su lado.

- ¿Extrañaste tu foto anoche?.- hablo bajo.

Joel la vio sorprendido y después la miró mal, siguió caminando sin decirle nada.

- Se que te han estado encantado mis fotos.- dijo seductoramente, acercándose a él.

- Basta Frida.- la alejo.- Deja de fastidiar, y no, no me gustan tus fotos.-

- Si claro.- se detuvo frente a él, ahora dilo mirándome a los labios.

- Estas loca, sabias que eso es acoso?.- alzó una ceja.- No puedes estarle enviado fotos así a las personas sin su consentimiento.-

- Pues resulta que a la persona a la que se las envió no parece molestarle al contrario se que le encantan.-

- Estas equivocada.- miro a los lados para verificar que nadie estuviera cerca.- No me encantan, me gustan solamente.- y sin más la acorralo sobre los casilleros.

- Sabía que al menos seguía provocando algo en ti.- dijo acariciando su rostro.- Ya deja de hacerte el difícil y hazme tuya.-

- Eso no pasará.- río incrédulo.- Conformate sólo con esto.- entonces la beso de una manera apasionada.

A lo que Frida no dudo ni un poco en continuar el beso, pues era algo que deseaba tanto desde hace mucho tiempo.

Narra Juliana.

De nuevo me encontraba saliendo del consultorio, esta vez había pedido una pastilla para los mareos, ya comenzaba a preocuparme creo que si tendré que realizarme esos estudios de sangre para verificar si todo esta bien en mi organismo.
Caminaba por los pasillos cuando de repente mire una escena que realmente me dejó perpleja, sentí como el corazón se detenía por un momento y se rompía en mil pedazos, era Joel besándose con Frida.
Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, no podía creerlo, se estaban besando de una manera tan profunda como si ambos hubieran estado necesitados de ese beso.
Salí corriendo hacia el baño más cercano entre y me senté en el piso, me recargue en la pared donde pude llorar con más desahogo, Zabdiel tenía toda la maldita razón, Joel solo estaba jugando conmigo. 

- Porqué a mi, porque, porque.- repetía una y otra vez, jalando un poco mi cabello y llorando desconsoladamente.

Salí del baño, necesitaba tomar aire fresco así que decidí salir y me senté en una de las bancas entre los árboles; mis lágrimas no dejaban de cesar, simplemente esto era mucho para mi.
Sentí como alguien se detuvo frente a mi.

- ¿Estas bien?.- escuche y rápidamente reconocí esa voz.

- Tú... tenias razón.- dije limpiando mis lágrimas.

- ¿Que sucedió?.- pregunto un Zabdiel preocupado.

- Acabo de ver a Frida y Joel besándose...- dije en un susurró.

No me importas. | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora