57.

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Narra Juliana.

Al terminar las clases me despedí de los chicos y fui directo al gimnasio a lo lejos mire a las chicas y a la maestra, deje mi mochila en las gradas y me acerqué.


- ¿Que haces tú aquí?.- escuché la voz de Frida, gire y efectivamente era ella.


- Que te valga madre.- le di la espalda, ignorandola.


- Bien chicas, creo que ya están todas.- mencionó la maestra con una sonrisa.

- ¿Ella también estará con nosotras?.- Frida se dirigió a la maestra señalandome.

- Claro, algún problema?- la maestra nos miró a las dos.

- Asch, no puede ser.- dijo entre dientes, la maestra no la escuchó.

- Bien, iniciamos.-

Primero comenzamos hacer ejercicio para calentar el cuerpo y después comenzamos a entrenar, despues de dos horas el entrenamiento terminó me acerqué a las gradas para tomar mi mochila y beber agua.

- De verdad que no entiendo porqué la maestra te escogió.- Frida se acercó.

- Ya superalo no seas tan tarada, madura.- dije frustrada.

- Aquí la única tarada eres tú, enamorada de Joel cuándo el no te hace casó.-

- ¿Que tiene que ver el aquí?.-

- Toda estúpida enviandole mensajes en la noche, "es una falta de respetó irse sin despedir".- mencionó lo último con voz chillona y de burla.

- ¿Como sabes tu éso?.- dije sería.

- Querida.- suspiró.- Lo se porqué esa noche la estábamos pasando muy bien cuando en eso entró tu estúpido mensaje, ambos nos reímos de ti como no tienes una idea, terminaste de hacernos la noche con tu mensaje.- siguió burlándose.

Entonces tomé mi mochila y rápido salí de ahí, unas lágrimas silenciosas salieron de mis ojos, caminé hacía llegar a mi casa entre a mi habitación y me acosté en la cama y ahogue mis lagrimas en una almohada.
Se que no tenía porqué estar así porqué no somos nada y es libre de hacer lo que quiera pero es que era imposible y mas cuando me dijo que le hacía bien, era un maldito mentiroso.
No valía la pena llorar así que me levanté y me di un baño rápido, me vestí casual pero bonito, coloqué perfume y labial rojo en mis labios ya estába lista sólo esperé a que llegará la hora acordada para verme con Christopher sea lo que sea me agradaba además de que era lindo.
Le avisé a mamá que saldría con Zabdiel y ella como siempre me creyó.
Se llego la noche y salí de mi casa y al caminar un poco miré el auto de Joel, el estaba recargado en éste.


- ¿Que haces aquí?.- dije sería.

- Vine por ti.- mencionó.

- Te pido que te vayas.- seguí caminando pero el se puso enfrente.

- ¿Que te sucede?.- pregunto serio.

- Sucede que alguien me esta esperando y no quiero llegar tarde.- dije tratando de no verlo a los ojos.

- ¿Porque aceptaste salír con el?.- ahora nuestros ojos se vieron fijamente.

- Porqué quiero, éso a ti no te importa.-

No me importas. | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora