13.

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- ¡Richard!.- salí corriendo hacia el, al verme sonrió.- Hasta que vuelves.-


- Ya te extrañaba hermosa.- me abrazó.


- Yo también, pero estoy enojada contigo.- me cruze de brazos.

- ¿Por qué?.- preguntó confuso.

- Porqué te fuiste sin despedir.-

- Lo siento pero es que fue de imprevisto, mi papá me llevo para resolver unos problemas que tenía con su empresa.-


- Aún así sigo enojada.- hize un puchero.

Entonces miré que Richard se quitó su mochila y de ella sacó una cajita plateada.

- Ésto es para ti.- me la entregó.- Un recuerdo de Italia.-


Abrí la cajita y eran una pulsera finita de plata.


- Rich es preciosa, pero no te hubieras molestado.-

- Ninguna molestia.- Richard tomó mi brazo y me puso la pulsera.


En ese momento miré al Profesor Pimentel que pasó aún lado de nosotros, sentí su mirada e hicimos contactó visual.

- Tengo que irme en cinco minutos comienza mi clase.- le di un besó en la mejilla.

- Sí de echo la mía ya comenzó.- Mencionó y yo me reí, Richard se fue para el lado contrario.


Giré y ya no miré a Pimentel, entonces comenze a caminar y a mirar por todos los pasillos hasta que lo miré con Frida al parecer ella se miraba molesta y el miraba para ambos lados cuidando de que nadie los estubiera viendo. De rato el se fue y entró a su salón dónde imparte su clase y Frida se perdió.

Era el momento tenía que hablar con él, y sacarme está duda que no me había dejado dormir toda la noche.
Entre a su salón sin tocar, el estaba leyendo unos documentos al darse cuenta de mí repentina entrada me miró serio.

- ¿Quién le dio permiso de entrar?.- mencionó.

Si que era raro, ayer me habló de "tú" ahora de "usted".

- Nadie.- dije firmé, el me miró por unos segundos, luego decidió hablar.

- Ordenó que salga, y toqué la puerta.- dijo serio.

- No pienso hacer éso.- dije, y miré como apretó sus labios.

- Entonces no volverá entrar definitivamente a mi clase.-

Rodee mis ojos, no quería que eso volviera a pasar, así que salí y toqué la puerta.

- ¿Puedo pasar?.- dije perdiendo dignidad.

- Adelanté.-


Me paré frente a su escritorio, no encontraba la manera de decirlo, mis piernas temblaban de nervios.

El seguía viendo los papeles, ignorando mi presencia frente a él, pero al ver que de mi boca no salía nada, levantó la mirada para verme, esperando que hablara.

- Sí tiene algo que decirme hágalo, ya que sólo me está quitando mi tiempo.-

- Quiero que me diga como es que entró a mi casa.- solté sin más.

- ¿De qué está hablando?.- Soltó los documentos en su escritorio, y su mirada penetrante se posó en mí.

- Sabé bien a lo que me refiero, o me va a negar que está no es su letra.- puse la nota en el escritorio la que había aparecido en el regaló.-

Me miró e hizo una sonrisa burlóna.

- Por supuesto que esa no es mi letra.- tomó la nota.- Es perfecta para ti, merecias tenerla.- leeyo en voz alta y dejó caer la nota al suelo.

Me agache a recoger la nota del suelo, y lo mire.

- ¿De qué hablaba el remitente?.- dijo en tono de burla, lo cuál me molestó.

- Dejé de burlarse, esto es muy encerio.- mencioné.

- Me causa gracia que usted piense que el Profesor Pimentel de Leon, se tomaría el tiempo de andar enviando un regaló a una alumna.-

- No sólo enviar regalos, si no también tener sexo con ellas.- Tomé la nota y salí de ahí, dejándolo sin poder responderme.





Narrador Omniciente.

Joel la miró salir molesta, se había sorprendido por lo que había dicho, éso hizo que su miembro comenzará a sentir punzadas.

- Y muy pronto lo tendré contigo.- susurró mirando el gran trasero de Juliana, pero está no escuchó.










Al fín capítulo ahre.《
Una buena noticia es que está semana la tendré libre así que tendré tiempo de actualizarles amikas

No olviden votaaaar, hay muchas lectoras fantasmas así que por éso pongo una determinada cantidad de votos, para continuar.

☆200 Y YA SABEN☆

No me importas. | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora