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Narrador Omnisciente.


Joel se encontraba fuera de la casa de Juliana, en su mano sujetaba un gran ramo de rosas, sabía perfectamente bien que ella estaba molesta con el por lo que había ocurrido la noche anterior pero estaba decidido en arreglar las cosas.

Sin más toco el timbre, una, dos, tres veces, hasta que finalmente la puerta fue abierta, dejando ver a una Juliana despeinada y en pijama, se sorprendió al verlo.

- ¿Que haces aquí?.- pregunto con seriedad.

- Estoy aquí para arreglar las cosas... discúlpame por haberte hablado de esa manera.- suspiro triste.

- No tienes porque pedir disculpas cuando te da igual lo que yo piense.- repitió las palabras que le había dicho.

- Juliana...- suspiro e iba a continuar hablando pero ella lo interrumpió.


- Yo no te he engañado con Zabdiel, en cambio, tu a mi sí.- dijo con tristeza.- Leticia estuvo en tu casa.-


- Lo estuvo.- suspiro.- Pero no de la manera que piensas, el arete se le cayó accidentalmente, cuando se dio cuenta que se le había perdido, me pidió que se lo guardará si es que lo llegase a encontrar... confía en mi.-

- ¿Así como tu lo haces conmigo?, estoy cansada que pienses que entre Zabdiel y yo existe algo.- dijo con fastidio.

- Se que he fastidiado mucho con eso pero entiéndeme, no confío en el después de que supe que le gustas.-

- Zabdiel entendió que entre el y yo solo habrá una amistad, no pretende nada más.-


- Te creo... confiaré en ti pero ya no quiero que estemos peleados.- la miro con suplica.


En su mirada noto que si había sinceridad en sus palabras, así que decidió creerle y confiar en el, pues después de todo no le gustaba estar en malos términos con Joel, eso le hacía mucho daño.

- Yo también... confío en ti.- Juliana asintió y sin dudarlo sus rostros se acercaron para darse un largo beso que fue finalizado por la falta de aire.

- Hay algo más que quiero decirte.- mencionó Joel.

- ¿Que sucede?.- pregunto confundida.

- Tu amigo Zabdiel fue a decirme que me alejará de ti, ya que solo estoy jugando contigo.- suspiro.

- ¿De verdad?.- pregunto sorprendida, Joel asintió.- Mañana hablo con el.-

- Lo más seguro es que Frida le esta metiendo ideas a la cabeza, ya sabes ella no deja de fastidiar.- mencionó Joel.

- Pero Zabdiel ya no confía en Frida.- hizo una mueca.- Bueno dejemos eso de lado, de verdad me sentía muy mal por lo que había pasado entre nosotros.- hizo un puchero.

- Yo también mi amor.- acaricio su mejilla.

Entonces Juliana se acerco a él y comenzó a besarlo tiernamente, después el beso se fue elevando y se convirtió en un beso apasionado, entraron a la casa y cerraron la puerta, ella comenzó a besar su cuello.

- Pequeña traviesa, aquí no podemos.- mencionó Joel deteniéndola.

- ¿Por qué no?.- Juliana alzó una ceja.

- Es la casa de tu madre, por respeto a ella no podría.-


- Eso no importa, mi mamá no está.- respondió.- Además lo haremos en mi habitación.- Juliana lo tomó de la mano y subieron las escaleras hasta llegar a su habitación.

No me importas. | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora