30.

8.4K 827 244
                                    

- No puedo, hoy fue un día muy estresante.- dijo Joel apagando su computadora; hablaba por teléfono con Frida.

- Sabes que puedo arreglarlo, puedo quitarte todo ése estrés de encima.- hablo seductora, apenas y podía escucharla debido al ruido de la fiesta en donde estaba.

- Mejor no me quites más el tiempo y disfruta la fiesta.- dicho ésto le colgó.


Y se quedó mirando la gran vista de la cuidad de noche a través del ventanal que se encontraba en su oficina, realmente estaba estresado y el siempre lo arreglaba con sexo y lo podría hacer con cualquier mujer no había una que se negará a él, pero el no quería a ninguna otra, quería a una en especificó; Juliana. Tenía que verla. Pareciera como si se estuviera volviendo adicto a estar con ella, lo cuál comenzaba a preocuparlo.

Salió de la empresa y en vez de ir a su casa se dirigió a la de ella, se encontraba un auto fuera suposo que podría ser de sus padres y que efectivamente no estaba sola. La luz de una de las habitaciones de arriba estaba encendida.


Justo iba a marcharse no tenia sentido que se quedará, ademas queria ser el intento de buscar a alguien mas, incluso en tomarle la palabra a Frida. Pero en ése momento la miró salir y esos pensamientos se borraron de su mente; ella tenia puesta una pijama de ositos, al verla sonrió, se miraba tan tierna y delicada ante sus ojos. Ella se dirigió a sacar la basura.

Mientras otras estaban embriagandose en fiestas, ella estaba ahí, justo ahí... usando pijama de ositos mientras saca la basura, eso en el fondo a Joel le gustaba y hacia que Juliana le causará interés por el simple hecho de que era diferente muy diferente a las demás.


El decidió bajar.


- Joel....- se sorprendió al verlo.




Narra Juliana.



No lo podía creer, era él, ¿que estaba haciendo aquí?, al verlo mi corazón se aceleró y estaba segura que mis pupilas estaban dilatadas con tan sólo verlo.


- Bonita pijama.- mencionó y rápidamente me avergonze y mis mejillas se pusieron rojas.


- ¿Qué haces aquí?.- respondí.


- Quiero que vengas conmigo.- se acercó.


- Sí sabes que hora es ¿no?.-

- Son exactamente las diez con veinte y dos minutos.- mencionó como si nada, mientras miraba su reloj de mano.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?.- dije sorprendída.


- No mucho, justo acabo de llegar.-

- Tienes que irte, pueden verte y a ninguno de los dos nos conviene.- hable bajito.

- Ven conmigo.- habló con autoridad.

Giré hacía mi casa y luego lo miré a él, me miraba seriamente, pero con un brilló en sus ojos, me encantaba, no se que era ésto pero me gustaba realmente me encantaba.

- Iré a cambiarme.- caminé hacia mí casa.

- No.- respondió y me detuve.- Así quédate, vamos.- caminó hacia su auto.

No me importas. | Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora