LVII

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Me moví con incomodidad en el asiento de copiloto, mientras intentaba concentrarme en el pequeño libro que Gladio me había prestado y me encontraba leyendo. Pero cierta mirada azulada del conductor de la Regalia me mantenía distraída. Por lo que me encontraba atorada en el mismo párrafo, misma linea y palabra desde hace ya cinco minutos, llevando mi absoluta y total atención a mi manos para evitar que temblasen. Por mi rabillo del ojo izquierdo, podía notar su seria mirada que cada cierto tiempo la dirigía a mi, manteniendo su vista mas en la carretera para no chocar. 

Percibía por su seriedad que el ya se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo. No era tampoco de extrañar, ya habían pasado un par de horas desde medio día y desde que nos acercamos, no había pasado tanto tiempo de que no hablábamos o por lo menos nos mantuviéramos uno parado al lado de la otra. Algo que me traía una malestar, porque aun teniéndolo relativamente cerca, lo extrañaba. Extrañaba nuestras conversaciones y bromas, noches de silencio bajo la luna y estrellas o cuando nos juntábamos para molestar a cierto rubio. Era estresante porque era algo que no estaba acostumbrada a sentir. Quiero decir, ni con mi madre cuando me peleaba con mi madre y cada una se iba a su lado la extrañaba. Sera por que sabia que con ella volvería a hablar al final del día y con el príncipe no podía ser así?

Cambie de hoja con frustración, tratando de no llamar la atención y actuar como si en realidad estuviera leyendo. Pero como ya era costumbre, mi mente estaba hecha un caos tratando de entender que sucedía y el estar sentada al lado de la persona que intentaba evitar no ayudaba. En que momento se le había ocurrido empezar a manejar. Demonios, porque casi siempre qué lo hacia yo tenia que estar de copiloto?

"Hubiera sido mejor si me hubiera alejado de el paso a paso y no de golpe?" Pensé, tal vez de ese modo el no se extrañaría tanto de mi distanciamiento y de cierta manera cerraría esta etapa... aunque en realidad no quería cerrarla y sabia que el crear una distancia poco a poco seria aun mas difícil que haciéndolo de golpe. 

Hace ya mas o menos una hora que estábamos en el coche con destino a Hammerhead, y por el paisaje a través de mi ventana, podía notar que estábamos cerca de llegar. Por lo que tratando de aliviar un poco el dolor de cabeza que me empezaba a dar por tanto pensar en las diferentes razones de porque su alteza pudiera tener tal poder sobre mi, dirigí mis pensamientos hacia mi querida rubia. Apaciguando de ese modo mi ansiedad, y sacándome una pequeña sonrisa. ya que si lo pensaba mas a fondo, la persona que le conté la verdad en realidad había sido primero Cindy. 

"Parece que tampoco fuiste el primero en eso" Pensé algo divertida, mirando por el rabillo del ojo a cierto principe, quien arrugo la nariz ligeramente dirigiendo su mirada a mi, logrando que yo desviara la mía con rapidez. "Pero si en verdad eres mi elegido, supongo que ya no tendrías que buscar otra cosa para ser primero..."

Quise soltar un suspiro y probablemente lo hubiera hecho si el auto no se hubiera detenido. Por lo que levantando la mirada del libro, una pequeña sonrisa apareció en mis labios al notar el restaurante en donde los chicos y yo comimos por primera vez. Por lo que era un hecho de que ahora estábamos en el taller de Cindy.

Abrí la puerta del auto sin dirigirle ni una mirada a ninguno de mis compañeros y saltando de esta, me dirigí en busca de mi querida amiga. 

─Eh! Guapa! ─ levanto ligeramente la voz Cindy cuando me vio, por lo que girando ligeramente mi cabeza, me encontré con ella limpiando sus manso con un pañuelo. Por lo que sin esperar ni un segundo mas, ambas caminamos hasta encontrarnos y fundirnos en un fuerte abrazo. 

─Oh Cindy es tan bueno verte ─murmure en su oído, recibiendo una pequeña risita de su parte para después apretarme los hombros. ─Tengo algo que contarte...

Final Fantasy XV [Noctis y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora