XXXIV

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Estábamos los seis sentados en el Regalia, yo al haberme levantado temprano junto a Glad y al no estar acostumbrada, cambie de lugar con Prom para estar al lado de la puerta para poder apoyar mi cabeza. Pero cuando Prom vio lo incómoda que estaba por no tener mucho lugar, me permitió descansar mi cabeza en su hombro con los ojos cerrados. Obviamente no estaba durmiendo, con la luz del sol en mi cara era complicado, pero por lo menos descansaría con los ojos cerrados y disfrutando del aire en mi rostro.

─Están emocionados de visitar Altissia? ─ preguntó Iris de la nada, logrando que abriera los ojos con curiosidad por lo que responderían.

─Supongo ─ respondió el príncipe encogiéndose de hombros.

─Que envidia me dan! ─exclamó la más pequeña de nosotros, mientras yo despegaba mi cabeza del hombro de Prom para mirar el cielo pensativa.

─No vamos de vacaciones ─ contestó el grandote, devolviendo a la pequeña a la realidad y de paso haciéndolo conmigo también.

─Ah, sí. Tienes razón ─ la forma en la que la hermana de Glad contesto logró preocupar a los chicos, quienes dirigieron su vista a ella incluyéndome, a excepción de Ignis, quien era el que estaba conduciendo.

─Iris? ─ la llamo el de lentes.

─Te pasa algo? ─ pregunto el rubio con preocupación.

─Que? No, estoy bien. No estoy celosa... ─ empezó a decir la pequeña de 15 años. ─Es solo que me divertí mucho saliendo con ustedes, pero que todo esté en el pasado cuando lleguemos a Caem.

Con aquella respuesta que dio, logro recordarme que sería lo mismo que pasaría conmigo cuando llegase a Altissia. El rey me habia pedido que fuera al viaje para poder hablar con la dama Lunafreya y acompañar a los chicos a la boda del príncipe con ella. Pero todo acabaría cuando la princesa hablara conmigo, ya que yo me iría a buscar a mi familia, dejándolos atrás.

De pronto empecé a sentirme confundida, amaba a mi madre y estaba claro que quería encontrarme otra vez con ella, también para ver si encontró una respuesta de lo que soy y qué pasaba conmigo y mis visiones. La extrañaba y quería volver a estar con ella despues de muchos años de no haberla visto, comer su deliciosa comida, que me abrazara y besara, sentirme segura en sus brazos.

Pero tampoco quería dejar a los chicos, me habia encariñado con ellos un montón, no quería dejarlos, quería seguir viviendo mil y una aventuras junto a ellos. Comer la comida de Ignis, bromear junto a Prompto,  continuar siendo la hermana de Gladio y seguir mejorando la relación de amistad que el príncipe y yo habíamos empezado.

Sacudí mi cabeza ante la duda, no podía quedarme con los chicos. Mi madre desde pequeña me habia enseñado que la familia es lo primero, que siempre tenemos que estar para ellos, que nada se compara a la familia. No podía dudar, no ahora que cada vez estábamos más cerca de terminar con la aventura y podría empezar a buscar mi elegido. Estaba segura que si el destino lo quería, mi camino y el de los chicos volvería a cruzar.

─Pequeña castaña ─ me llamo Prom, con el apodo que hace tiempo no habia escuchado salir de sus labios. ─ Los chicos y yo estábamos diciéndole a Iris que cuando todo esto termine, saldremos juntos otra vez, que dices?

Me quede callada ante su pregunta, sin saber qué responder. No quería mentir ya que era probable que yo no esté con ellos cuando ellos decidan volver a salir con Iris cuando acabe, pero tampoco quería poner el ambiente incomodo ni que los chicos me preguntasen el porqué de que aquello no sería posible.

Mi silencio logró preocupar a los chicos, por lo que les trate de sonreír con felicidad, pero era difícil ya que la tristeza empezó a abundar.

─Seria algo grandioso ─ les dije, tratando de sonar animada y logrando tranquilizarlos un poco.

Final Fantasy XV [Noctis y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora