XLV

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Mi cabeza estaba apoyada en la palma de mi mano, mientras veía a mi alrededor con aburrimiento. No había mucha gente afuera, aunque aquello tampoco era muy sorprendente, apenas hace media hora que el sol estaba empezando a subir. Por lo que era normal ver a tan solo unas cuantas personas, quienes empezaban a abrir su tiendas y restaurantes para trabajar un nuevo día.  

Por eso mismo me encontraba sentada, a tan solo unos pasos de la cafetería esperando que los dueños dentro de esta abrieran sus puertas. Los chicos me habían mandado a comprar algo para que desayunase, e Iggy específicamente me había dicho que comprase una bebida caliente para que me ayudase con mis cólicos. 

Estaba agradecida con el de lentes porque no solo se preocupaba por mí, sino que hasta su conocimiento en la menstruación y cólicos era mucho mayor al mío. Aquello solo hacia que sintiera un poco de pena, ya que hasta me había llegado a explicar mejor los diferentes funcionamientos que tenían las toallitas, tampones, entre otras cosas. Como si fuera poco, me llegue a sorprender cuando el mismísimo rubio oxigenado amante de los chocobos dio uno que otro dato, los cuales ya sabía, sobre el tema. 

Un momento que disfrute al ver la cara del rubio avergonzaba, y hasta llegue a vengarme de el diciéndole lo mismo que me había dicho a mi la primera vez que tuve mi periodo con ellos, si estaba sufriendo diarrea. Prom, entre broma y broma, me explico que tanto él como Noctis había recibido un refuerzo sobre qué es la menstruación de parte de Ignis después del primer incidente que tuve, todo aquello para evitar que yo me sintiera avergonzada y que si llegase a necesitar ayuda con algo, ellos supieran más o menos qué hacer. 

Solté otro suspiro cuando en mis pensamientos el príncipe volvió a estar presente, algo que se había vuelto una costumbre en las últimas horas, junto al sentimiento de preocupación y estrés que dominaban mi cuerpo. Quería saber su bienestar, si se había lastimado, estuvo apunto de hacerlo o volvería pronto. Sin querer, una pequeña sonrisa apareció en mis labios, quién hubiera dicho que meses después de haberlo conocido por primera vez, lo consideraba mi amigo y uno que se había ganado mi confianza al haber guardado mi secreto.

Lamentablemente no podía decir que había confiado en el secreto de mi don, se lo había contado aquella noche porque sentía que se lo debía después de la pérdida de su padre. Pero el que el guardase el secreto, aun cuando Gladio, Ignis y Prom eran quienes mantenía su confianza y eran mucho más cercanos a él, había hecho que mi confianza en él empezara a florecer.

El hecho de que me había consolado en uno de los momentos más difíciles desde el inicio del viaje, que me hubiera escuchado sin juzgar... Que me hubiera salvado más de una vez y saltado a lo desconocido solamente para evitar que me lastimaran, había logrado que no solo tuviera mi confianza, sino que llegará al punto depositar mi vida en sus manos. Y no, no llegaría a hacer eso por el simple hecho de que es el rey, o bueno futuro rey. Sino que pondría mi vida en sus manos como Noctis, el chico el cual llegue a conocer y el cual quería descubrir nuevas cosas sobre el. 

Era sorprendente como unos meses y situaciones extremas podían llegar a hacer que mi total confianza se depositarán en cuatro chicos, los cuales antes del viaje, no eran más que simples desconocidos. El como cuatro chicos que nunca antes había llegado a conocer en persona, confiaban más en mi y yo en ellos que mi propio hermano.

Mi hermano... Otro problema que quería resolver y es que el ver la relaciona que Gladio tenia con Iris y de como el me trataba, me daban ganas de saber el porque la persona que se hacia llamar mi hermano no tenía una buena relaciona conmigo. Por que prácticamente ambos éramos prácticamente desconocidos cuando teníamos lazos sanguíneos y habíamos crecido juntos? Quería saber qué había hecho mal?

Final Fantasy XV [Noctis y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora