XLII

950 102 195
                                    


Hola! Hoy día deje una nota algo larga, por favor si tienen tiempo, léanla. Me da curiosidad saber su opinión a las preguntas que hice. 


~ o ~ ☆ ~ o ~


Estaba parada en medio de Ignis y Noctis, después de haber tenido esa pequeña conversación con Ignis. Aumentado mi nivel de culpabilidad no solo por haberme salvado, sino que también por mentirles día a día en sus caras a mis amigos. Mis deseos de reunirnos con Gladdy crecían, queriendo por fin poder contarles mi secreto y con ello también mi temor a que no tomaran bien mi secreto y el haberles mentido por tanto tiempo.

─Con esto hemos terminado ─ dijo Ignis, cuando Noctis me tendió el objeto que habíamos estado buscando, mientras yo lo guardaba en mi mochila.

─Una cosa, comandante ─ habló el rubio, acercándose a la de cabellos grises, mientras todos dirigimos nuestra mirada a él con curiosidad.

─Aranea.

─Dijiste que el Imperio usa a los candentes como armas ─ siguió hablando el rubio, después de que Aranea le dijese su propio nombre. Indicando tanto a él como a nosotros que la llamáramos así y no comandante.

─Viste a los infantes Magitec, no? ─ preguntó ella, tanto ella como yo mirábamos al rubio con dos miradas distintas, ella entre seriedad y aburrimiento. Mientras yo lo hacía con confusión, sin saber a donde quería llegar.

─los I.M. ─ afirmó el principito, mientras yo inconscientemente me acercaba a él, buscando encontrar esa comodidad y seguridad que últimamente sentía solo con el o Gladio.

Necesitaba hablar con él, necesita escuchar de parte de él otra vez que nada de esto era mi culpa. Por mucho que quería a Iggy, no era igual ya que el no sabia la historia detrás de todo lo que había pasado, en cambio Noctis si y cuando el me decía que yo no era culpable de nada, por unos segundos, por muy pocos que sean, me permitía creerle esa mentira y dejar durante unos momentos sentir esa horrible culpa que me perseguía día y noche.

─Se crean en laboratorios a partir de cadentes ─ respondió ella, sorprendiéndome y llegando a que me preguntara que tan lejos están dispuestos a llegar los del Imperio.

─A partir de cadentes?! ─ exclamamos el rubio y yo al mismo tiempo, para después vernos durante unos segundos y regresar nuestra vista a la de cabellos grises.

─Solo nos queda esperar que nos devore la oscuridad ─ murmuró ella, para después mirar al Noctis. ─ Yo que tu iría con cuidado, príncipe... O sea, rey.

─Lo haré.


(...)


Suspiré recargándome en contra de una de las paredes del exterior. No había pasado mucho tiempo desde que habíamos salido de la cueva y me encontraba cansada, no habíamos dormido durante todo un día o mas y me encontraba muerta. Sentía como mis piernas se separarían en cualquier momento de mi cuerpo y mis manos se sentían mucho más pesadas de lo normal.

Lo peor de todo es que si no fuera porque me encontraba con sueño y pensando en lo largo que sería el camino de regreso al auto, estaría probablemente viendo el cielo y disfrutando de un rato de tranquilidad en el amanecer. Tal vez tomando un té o comiendo una galleta... aunque si me lo ponía a pensar más a fondo, aquello era un plan que no se podría volver realidad ya que no tenía galletas, y si fuera por mi, es más probable que me quedase durmiendo a levantarme tan solo para ver un amanecer.

Final Fantasy XV [Noctis y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora