💲Nuestra Gucci💲🍼Taekook🍼

Capítulo 50

Taehyung se fue corriendo.

Con la enorme presión y la sinceridad a punto de salir, no pudo con su mente y tuvo miedo de decepcionar a Jungkook.

El castaño llegó a un parque cercano a sentarse en el césped y reflexionar en lo que había pasado.

Soy un gran estúpido... ¿Porqué lo dejaste con las dudas?

Se lamentó mucho al arrancarse su cabello por la impotencia y la desesperación del momento.

¿Porqué todo es tan difícil?... -Su voz se estaba cortando con las ganas de querer llorar en silencio.- ¿Porqué me dueles tanto Jungkookie?...

Sus lágrimas cayeron en sus mejillas muy lentamente y un dolor en su corazón se le presentó.

Quiero una familia... Una verdadera familia contigo Kookie... -Se susurró muy despacio al darse cuenta por lo que acababa de decir.- Pero... El destino es cruel...

Pensó en un futuro que podría lastimarlo si uno de los dos se enamorarian de alguien y quieran pelear por la custodia de la bebé.

¿Qué me pasa?... -Se dijo así mismo al poner su palma en su pecho y oír su corazón muy alterado.- Dios... ¿Qué hago? ¿Qué tengo que hacer?

De repente miró a una pareja lejana divirtiéndose con una niña de cinco años jugando a las escondidas.

Y lo que más le llamó su atención es que eran dos hombres. ¿Eran amigos? ¿Eran pareja? Ni sabía. Pero solo verlos jugar se imaginó lo mismo con Jungkook y Gucci a su lado.

Y sus ojos brillaron de esperanza.

Su corazón pensaba en Jungkook y su inestabilidad emocional por su culpa.

Kookie...

El castaño se levantó rápido al limpiarse sus lágrimas y correr con la mayor velocidad al ver lo último de esos chicos.

Ambos se tomaron de las manos escondidos detrás del árbol esperando que la niña los encontraran, Taehyung dedujo que son novios, ya que se veían con mucho amor y eso algo le nació a él irse por Jungkook.

No sabía si así miraba a Jungkook, pero lo que sí notó fue la bonita complicidad de esa pareja.

Y Taehyung quería tener esa complicidad con su pelinegro.

Llegó agitado cuando abrió la puerta del apartamento y se fue a la habitación, ya que no verlo en la sala presintió que él seguía allí.

Y no sé equivocó cuando lo encontró, pero sentado en la cama con la vista hecha a pedazos por las lágrimas caídas en su bello rostro. Eso lo mató al castaño. El menor se sorprendió al verlo allí en la puerta. Ni cuenta se dio cuando regresó.

T-Tae... -El menor se levantó angustiado para ir hacia él.- ¿Verdad que no me la quitarías?

Jamás. -Le sonrío muy suave y éste dejó caer más sus lágrimas por la alegría de oír eso.- Jamás te quitaría lo más preciado que tienes en tu corazón, Kookie. -El menor bajó su mirada al agarrarle su camisa con fuerza.- Perdón por irme cobardemente de esa manera, no fue justo dejarte con esos feos pensamientos.