10. Llora flores.

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Alexby seguía pensando en quackity una y otra vez, ¿cómo era él? Cualquiera podía apostar a que estaba enamorado, pero en realidad le caía tan bien que le preocupaba, era sentido común el tratar de ayudar en una situación de abuso.

"¡No! No es abuso...¿o sí? Rubius no sería capaz" pensaba, el peor enemigo de él mismo era su cabeza, lo odiaba.

-Alex, haz estado así todo el tiempo- dijo el pelicastaño a un lado -¿Qué pasa?

-Perdón, hay algo en mi cabeza desde hace rato- el chico a su lado parecía confundido, aun así dejó de un lado sus cuadernos sentándose más cerca de alexby -Cuentame.

-Uhm?-

-Cuentame, así te sentirás mejor, quizás pueda darte un consejo- alexby rió en voz baja -¿Puedes pensar como Civil y no como policía por hoy?

Fargan asintió -Sí, lo haré.

-Tengo el presentimiento de que un gran amigo le hace daño a otro, pero no tengo pruebas ni testimonios, yo...tengo miedo de arruinar todo y terminar por equivocarme, y me da miedo pensar así de ese gran amigo.

Fargan lo analizó, miro el cielo, su cuaderno, su lápiz, sus manos y el rostro perplejo lleno de tristeza que cargaba alexby en ese momento -Yo creo que me arriesgaría.

-Eh?-

-Puede que sea mi gran amigo, pero en mi cuestión moral tanto como política debemos como sociedad proteger a cualquier víctima posible, no es tu culpa creer eso de tu amigo si te da señales, lo que haces y piensas está bien- alexby se sintió complacido, apoyado y mucho más seguro.

-Me da risa cuando estas así, alex.

-por qué?

-Porque hablas como adulto siendo tan solo un niño, creo que todos tenemos esa manía.

-...estúpido.

Alexby había cumplido 18 ese mismo año, era verdad que no sabía nada de la vida para tal apunto, pero era el más arriesgado, el que quería pintar como el rudo cuando en realidad tenía miedo de aquello, de hasta su sombra.

-¿quieres ir a comprar una malteada? Para que te sientas mejor- alexby asintió guardando sus cosas de estudio devuelta a su mochila que tenía decoraciones de Star Wars -¿Por qué después de decirte eso, no me preguntas qué amigo es como buen policía?

-Porque me dijiste que actuara como Civil, a menos que necesites a policía fargan para tus servicios- el chico río levantándose, caminaban juntos por la cerámica de las calles, se sentía lindo.

-Creo que ahora necesito a fargan amigo-

-Ese siempre está aquí aunque sea un Civil o un policía- sujetaron sus manos en un apriete fuerte, alexby se sentía cómodo, se sentía bien, seguro estando con él y no era solo porque era policía, era porque es su amigo.

El que ha estado allí cuantas veces sufrió por todo, cuantas veces tuvo que esconder lo que era, él estaba allí -Quiero una malteada con cafeína.

-Tienes una obsesión con la cafeína- respondió fargan guiandolo hasta lo que parecía ser la tienda de malteadas, era bien presentada con tonos pasteles, también daban postres deliciosos, aunque fuera caro a fargan no le importaba mientras podía sentir la sangre palpitar desde dentro.

Él realmente se sentía mal de estar enamorado de un recién adulto sin experiencia, pero no podía evitar querer estar cerca de alexby como si nada del otro mundo existiera.

(...)

A las 12 de la noche, quackity servía un poco de jugo en cada copa que bebían -Perdón, se me acabó el vino.

Dijo el omega sentándose de rodillas al lado del alfa cubierto con una manta, estaba usando una pijama de patos que el mismo quackity había prestado por ahora -Nah, me preocupa más que me vean con esto puesto.

-Pues a mi me gusta, te ves más amigable-

-Ya soy amigable por naturaleza- alardeó posando un cigarrillo entre sus labios, antes de sujetar el encendedor para poder quemar la punta quackity lo impidió sujetando sus dedos entre la figura -¿Siempre fumas tanto?

-...A veces, ¿por qué?-

-¿Estamos en confianza, no?- sonrió con una dulzura que le congeló los sentidos, luzu lo pensó -No del todo.

-¿¡qué?!- el alfa río un segundo dejando el cigarrillo a un lado -Perdón, solo no creo que estemos en la suficiente confianza, llevamos hablando como un par de horas tan solo.

-Es verdad, perdón- hizo un puchero, su cuerpo estaba frío, perdido, temblaba por las altas horas de la noche. Sintió un escalofrío cuando el alfa deslizó su mano hasta su espalda, posando la manta en su hombro, estaban allí, compartiendo una pequeña frazada para calentar sus cuerpos.

Y efectivamente, estaban cálidos, veían una serie peculiar en aquella televisión bebiendo jugo. En realidad, quackity mintió; si había alcohol, pero tenía miedo de confiar en la persona equivocada una vez más, el jugo sabía bien, y más tener un brazo quien abrazaba su espalda, como si lo fuera a proteger.

-Te ves cansado- dijo luzu.

-En realidad no lo estoy-

-¿Entonces por qué tienes ojeras?- quackity giró la mirada antes de casi sentir los dedos del alfa tocar sus pómulos, tener ese acercamiento le daba paz, pero le estremecía la idea de decir lo que lo inquietaba.

-Los estudios me quitan el sueño-

-Sabes, mi madre me contaba un cuento de amor cada vez que no podía dormir bien, me ayudaba con el insomnio y las pastillas- Quackity alzó una ceja abriendo su oído.

-Una vez, existió un soldado muuuy fuerte, que conoció a su esposa hace mucho tiempo, a los ojos de todos era una relación bonita y romántica, la mujer lo esperaba con la cena hecha.

-Pero la verdad es que ese soldado, después de cada guerra, se acostaba con las mujeres de cada región, sin importar cuantas veces la esposa mandara cartas de su amor.

-El soldado después de cada engaño, copa, aventura justificaba sus medios al decir que las guerras afectaban su cabeza, aunque siempre aseguraba haber amado a su esposa.

-Pero una vez, en la primavera fría, la mujer se había enterado; lloró, lloró flores secas en la tina de su baño, hasta que hizo un jardín entero de margaritas, algunas ya muertas.

-Se dice que después de eso, el marido nunca regresó para ver la cena en plato que le había hecho su mujer, o cómo ella había muerto por creer que podía cambiar su destino de soldado, como pensó que su esposo era distinto a los demás, murió, pero de forma hermosa.

Quackity tragó en seco, algunas lágrimas brotaron de sus ojos al plantearse esa historia -Dices cosas raras, luzu.

Fue lo último que dijo antes de quedarse dormido en brazos de su nuevo amigo y conocido, quien había estado viendo la película hasta tarde.

"en realidad, desearía que estuvieras aquí, mamá" dijo en su cabeza.

Ghost boy -Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora