17. lagrimas de perdón.

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Alexby caminaba por los pasillos soleados de la universidad, ya habían pasado dos clases de la mañana y tenía que ir a almorzar, llevaba su lonchera detrás de la espalda teniendo en cuenta su patineta rodar por el suelo.

-Lolitoo!- dijo antes de saltar de las ruedas, hacía los brazos del pelinaranja quien correspondió al azabache -¡Alexby!

-Te extrañe, ¿cómo les fue en sus vacaciones?

-Excelente, me encantaron- entre pequeñas risitas dejaron de abrazarse -¿Cómo está fargan? Hace mucho que no lo veo por aquí.

-Está doble de ocupado por ser policía, pero la última vez nos tomamos una malteada en la plaza, así que aún pueden verse de vez en cuando- lolito alzó una ceja.

-Luzu, lo ví deprimido la última vez y ahora ni siquiera se aparece al almuerzo- alexby sintió como una especie de luz translúcida entre su ser, como sí algo hubiera roto y a la vez algo nuevo se había abierto.

-Yo hablare con él, tranquilo- lolito asintió yéndose una vez ser llamado a lo lejos por Mangel.

Se sentía como un pasillo lleno de telarañas oscuras pero que las arañas estaban escondidas en pequeños rincones, veía como puertas se abrían y como aún no podía abrir aquella con candado de oro al final del pasillo.

Suspiró antes de agarrar su muñeca viendo su reloj marcar la hora, apretó su puño yendo en la patineta eufórico -luzu, luzu, luzu.

Decía para sí mismo, miraba a la gente conversar, pasar, caminar, correr, hablar, gritar, comer hasta que llegó a una esquina solitaria que casi llevaba a la puerta de emergencia del edificio, allí yacía un chico de cabellos café apoyados en la puerta.

-Luzu!- se acercó dejando a un lado la patineta, el mayor se asustó dando un sentón unos centímetros atrás -Ah, alexby.

Quizás fue muy rápido al limpiar sus lágrimas pero el chico ya lo había notado, pusó sus manos en aquellos hombros gruesos acercándose a él -¿por qué lloras, luzu?

-Eh, algunas cosas pasaron pero estoy estable- soltó el agarre y finalmente alexby no insistió, se sentó a su lado apoyando su cabeza en sus rodillas mirando a la dirección de luzu -puedes contarme.

-No, estoy bien, necesito espacio ahora mismo- Alejó su cuerpo una vez más, con una especie de tick desde sus manos, aunque no quisiera demostrarlo; él realmente estaba mal.

-Luzu, caminemos.

No se negó, la patineta fue dejada en los brazos livianos de alexby, luzu limpiaba sus lágrimas poco a poco; su capucha torcía tratando de esconder su poco rostro.

El alfa no lloraba a menudo en años, se sentía débil, aislado, lo suficientemente dolido -Parece que me van a separar de Lucía.

-¿Cómo?

-Escuche que mi "madre" adoptiva me va a tener que dejar por el hecho del poco dinero que tenemos, me ve como una especie de obstáculo, Lucía me negó todo pero ví las cartas y están haciendo trámites.

Su cabeza llegó hasta el hombro pequeño que tenía alexby, se sostuvo de su cuerpo sollozando en aquel como si fuera un niño pequeño, todo le recordaba a su mamá, incluso el árbol de cerezos que tenía el club de jardín en su Universidad.

-¿Cómo haré para vivir sin una familia? No tengo dinero, no tengo trabajo, mis notas están abajo, no viviría solo- alexby estaba allí, conteniendo las ganas de soltar lágrimas. Estaba abrazado a él sintiendo los toques de luzu, escuchaba su nariz.

-Me tienes a mí, nos tienes a nosotros, te ayudaré- susurró.

-Ah, y creo que me enamoré.

Alexby agitó su hombro casi sorprendiendo al alfa, el mayor sonrió por segundos al verlo allí tan confundido, estaba emocionado, sorprendido, ido -¿¡quien?!

Ghost boy -Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora