52. Queda decir gracias.

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La mañana comenzaba de forma tétrica, el cuerpo del omega estaba configurado a automático, no pensaba ni actuaba porque quisiera, era porque no quería enfrentarlo, no podía conjuntar palabras o tener ganas de socializar, tenía sus brazos cruzados mientras caminaba con dos guardias detrás de su espalda, caminaba con cuidado con su cabeza baja, como si fuera un criminal. Con delicadeza se sentó sobre esa silla sostenida de una pequeña mesa que conectaba con la madera de la de la jueza a su lado -Quackity Wembley, ¿cierto?

Quackity asintió, por primera vez levantó la cabeza y sus ojos griseasos, no había brillo en ellos y la corte lo sabía -¿Puede decirnos la primera vez que usted y rubius tuvieron sexo?- pregunta el abogado incluso si eso fastidiaba a los padres de aquel chico.

-Rubius y yo discutimos por un asunto, le prepare la cena para disculparme; el plan era quedarnos viendo stranger things al beber un poco de vino pero al primer sorbo me sentí enfermo cayendo débil al suelo, no recuerdo bien lo que pasó en sí- su voz sonaba átona y gélida, su mirada se notaba cansada y su cabeza se fijaba en sus pies tratando de no entrar en la desesperación.

-¿Puede ser más específico? ¿Por qué cree que él lo violó esa noche si es que su celo estaba presente?- tomó una bocanada de aire frunciendo la mandíbula -Porque, mi celo tiene un horario, tiene fechas y tiene entre ellas un tipo de manera para controlarlo sin un alfa presente, la única razón posible de que yo cayera medio desmayado ante un depredador era por droga.

-Pero dentro de ese horario, es posible que usted haya entrado en etapa mucho más rápido, ¿no?- el abogado no esperó respuesta ni pareció interesado en el omega, aquel viejo mostró a la corte un par de papeles que parecieron confundir la escena hasta ser explicada.

-Existe más de 10% de posibilidades de que los omegas entren en esta etapa mucho más rápido de lo esperado incluso si éstos tienen fechas y horarios que posponen, usted no tiene todo bajo control en la ley de nuestra naturaleza, pudo haber entrado en celo mucho más rápido a ese momento y mi cliente se ofreció a ayudarlo- quackity alzó una de sus manos arrugando hasta quedar señalada en un puño, alguna que otra gota de sudor cubría su rostro, levantó la mirada; aquella fría y sólida, con odio exclamaba poco a poco.

-¡El celo no se siente así!

-El celo tiene distintos momentos, diferentes sentimientos, si usted no recuerda nada tal vez es porque está mintiendo- no, no, no quería sentir la mirada penosa de todos como si fuera un mentiroso, como si fuera capaz de mentir de tal manera. Su garganta se sentía pesada, quería golpearse tan fuerte, quería que el dolor detuviera.

-Objeción, lo está presionando- acude staxx, quackity estaba pálido, se sentía enfermo y un color rojizo se mostraba en su frente, se sentía borroso y anémico, rubius toció en respuesta, ¿por qué estaba tan sensible, por qué se sentía igual de enojado cuando llamaban mentiroso a quackity? ¿Por qué estaba delirando?

-Lo retiro, señoría, pero como último argumento, tengo la prueba final que define a quackity Wembley como alguien mentiroso, que disfrutó el tacto y quiso arruinarlo- la pantalla prendió, quackity atónito, cubrió sus oídos con presión, rasguñando su piel, quiso cerrar los ojos pero algo no se le permitía.

«Rubius» la cadera del alfa seguía constrastando la pequeña cintura del azabache quien gemía desesperadamente uniendo palabras que no significaban nada a la vez, su rostro lleno de lágrimas y sus piernas temblantes, estaba medio desnudo bajo el suelo «lo recibes perfectamente»

El video terminó, sin mostrar más, sin captar el hecho de las súplicas por detención, o rubius insultando, estaba trucado. Rubius no escuchaba nada, se levantó de la silla como si estuviera viviendo en cámara lenta, en desesperación trató de trotar hasta la dirección de quackity -¡Quacks!- los abogados desesperados, al igual que el público, los padres de Wembley o los guardias interfiriendo no eran lo suficientemente rápidos para evitar que quackity cayera sobre los brazos del alfa.

Ese olor a menta realmente lo confundía -Quackity, perdón, perdoname por favor, perdón- aunque correspondió al abrazo, quackity trató de empujarlo usando una de sus piernas si no hubiera sido por staxx quien trataba de sujetarlo -¡Si tanto lo sientes, diles lo que me hiciste, diles como te pedía que pararas, ¡o como hiciste que nuestro hijo muriera de tanto violarme!

-suficiente- el pequeño martillo resonó la habitación, rubius lloraba al igual que quackity, esa marca, esa mordida se estaba perdiendo pero a la vez se hacía fuerte, se podía entrelazar -Perdón.

Luzu trató de pasar por toda la gente antes de que el omega cayera recto, los dos pertenecientes al grupo; rubius y quackity cayeron desmayados al suelo al mismo tiempo, rubius sobre los guardias y quackity sobre los brazos de staxx. No supo cuanto pasó o qué pasó, era confuso, se sentía frío, entumecido, un balde de agua fría cayó sobre su piel pálida, enfermo, el ambiente era enfermo.

(...)

Quackity no recordaba, no sabía cuando fue la primera vez que lo hospitalirazon, ya estaba cansado de aquello, de escuchar su respiración o pulso cardíaco tras los cables que conectaban a sus venas, ojeras se expresaban entre sus pupilas, tocaba la cicatriz que suplantaba la piel sana de su ojo sin vista -...estúpido, soy idiota.

Golpeó la punta de la mesa que estaba sobre sus piernas, mostrando el rompecabezas que se estaba formando, había avanzado poco a poco, pero aún no podía verlo, colores y colores pero ni siquiera una forma, algunas lágrimas cayeron a la punta de estas figuras pequeñitas -Yo no diría eso- extrañamente lolito, un alfa más estaba presente en la habitación sin haberlo notado.

-¿Lolito? ¿Qué...?- giró la cabeza -Sé que ese medio extraño, pero no te preocupes! Yo también pienso que eres extraño.

-Da igual, Mangel dijo que podíamos entendernos bien, luzu está ocupado al igual que vegetta, así que traje una lista de cosas por hablar mientras estas hospitalizado!- sacó de sus bolsillo una revista, o eso parecía, una de muy mal cuidado y que parecía sacada de un basurero, la hojeó.

-Lo último que necesito es hablar de revistas contigo, perdón- afirmó el menor sosteniendo una de las piezas, su cabello parecía liso cubriendo casi más de su rostro que el que era visible, lolito pensó acercándose -¿Te gustaría pretender que soy luzu? Así podrias hablar con él.

-...no sé sí- lolito cubrió uno de sus ojos con mechones de su propio fleco anaranjado, frunció el ceño cubriendo su cola de caballo detrás del suéter que tenía puesto -Listo.

Una pequeña risita salió de los labios de quackity, costó unos minutos en hablar pero lo hizo -¿estas decepcionado de mi?

-¿por qué estarlo?- preguntó forzando la voz a una que sonaba mucho más melosa -Sé que todos lo están, permití que me tocarán durante meses, me embaracé, ensucíe mi cuerpo y el apellido de mi familia, soy horrible, en efecto; yo de verdad deseo no haber nacido, tal vez estarías tan feliz si no...agh, perdón lolito.

Cubrió su rostro sollozante con la voz rota, lolito nunca fue bueno con la gente o la comunicación, suspiró quitando el "disfraz" y en lugar de aquello sacó un cuaderno de dentro de su mochila a un lado de las sillas de la habitación. Escribió y escribió, más bien, boceteó jugando con el lápiz de tinta azul, dibujó a luzu poniendo su cuaderno cubrir su rostro -pues yo creo que eres muy valiente.

Levantó la mirada encontrándose con el pequeño dibujo del alfa allí siendo controlado y hablado por lolito -no cualquiera puede sobrevivir a eso, y yo creo que eres admirable, lindo y sobre todo, jóven, eres solo...un niño que fue deformado, quackity, y aún así, tuviste que enfrentar cosas horribles, tú no deberias tener traumas, tenías que preocuparte sobre si vertías primero la leche o el cereal, te quiero mucho, ¡no llores!

Quitó la hoja de su rostro, lolito estaba sonrojado de la vergüenza -Nunca, nunca fui bueno para esto pero quiero que sepas que no estas solo, pedir ayuda no te hace débil, te hace fuerte porque pudiste hablarlo, cuando gritaste al abogado, cuando te enojaste, es prueba de lo mucho que creciste, de que ahora puedes patear a tu abusador, estoy agradecido de haberte conocido porque yo no pude hacer eso- quackity sonrió limpiando las lágrimas saladas de su rostro.

«Gracias, lolito y luzu»

Ghost boy -Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora