Odiaba lo mucho que necesitaba su tacto, cómo lo tocaba y sus insinuaciones, odiaba su olor o cómo forzaba a besarlo cuando estaban solos, odiaba que lo amará cada vez que le daba regalos o decía lo mucho que lo quería, odiaba que le gustaran sus ce...
Como se a narrado antes, quackity tenía una lista de colores para definir cada día distinto, y decisivamente ese era el día más azul de su vida, hasta Dios lo sabía.
Hacer la maleta era su parte menos favorita del viaje, pero aún así una vez prepararla finalmente dejó sus cosas bajo la madera del cobertizo -¿Preparaste todo, ducky?
Luzu se sentó detrás de él dejando un camino de besitos abruptos detrás de su oreja y bajo su cuello, quackity yacía incado de rodillas viendo sus tristes mangas de su suéter de lana oscura -Sí, tengo todo aquí, ¿seguro que lo guardaras?
-Necesitas ropa para el regreso- respondió sereno haciendo una colita detrás de sus cabellos rebeldes.
-Williams, necesito ser claro contigo.
Levantó la voz. Y a la par sus piernas deshaciendo la cola invisible de su cabello, se dio la vuelta viéndolo a los ojos con una rudeza interna -Sabes que no soy tu novio, ni siquiera tu omega, en realidad sólo soy un amigo, ¿verdad?
Luzu asintió de forma deprimente.
-No fui virgen cuando nos acostamos por primera vez e hice que metieran a tu mejor amigo a la cárcel porque fui abusado por él.
-Y manipulé muchas cosas con la intención de que nunca supieras que tu ex está en la ciudad, estuve celoso de tus amigos y mandé a uno de ellos al hospital dejando solo a su pareja.
Luzu finalmente se levantó frente a él.
-Quackity...- lágrimas salieron de la garganta del omega que retrocedió algunos pasos.
-¡Dejame terminar!- jadeó.
-No sé, no sé muy bien cómo funcionan las relaciones románticas porque la primera que tuve terminó en suicidio, me embaracé de un alfa y...
-¡Quackity!- sujetó sus manos -...lo sé.
-Luzu, tú sabes que yo no soy perfecto, ¿por qué seguir aquí sabiendo que iré a un internado?- sollozó.
-Porque eres tú.
-Tú eres aquel que me abrazó tan sólo conocerme, tú eres el que huele a fresas con una mezcla inexplicable de dulce suave y tu cabello es esponjoso, eres el único que podría hacerme reír con la palabra más aburrida del momento y eres aquel que tomó mi primera vez en un sucio baño público, eres solo tú y saber que me dejaste ser participe de tu vida es suficiente para seguir luchando.
Acarició sus cabellos negros acomodandolos detrás de sus orejas mientras que quackity de puntillas alcanzaba a frotar sus frentes con cariño -No importa cuantas lunas tenga que esperar sí eso supone tenerte a mi lado y sí significa sanar las heridas me parece perfecto.
-Tu humanidad me parece perfecta, y nadie ni nada puede detener la forma en la que te veo- con sus nudillos jugueteó con la silueta de sus mejillas cariñosas -Así que dejame permanecer a tu lado siendo tu amigo, vecino, compañero, novio, marido, como se te ocurra.
-Prometo que cuando regrese, me casare contigo y formaremos una casita con pajaritos- susurró entre lágrimas el pequeño a su lado quien se aferró a un abrazo cariñoso.
-Más vale que lo cumplas, Wembley- finalizó con un beso en sus labios pomposos.
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