Madison
Miraba la pantalla de la computadora con mucha concentración, estaba casi al final de mi libro y deseaba que fuera un final tanto un poco candente como romántico, pero sentía que no estaba avanzando del todo y que no tenía la suficiente inspiración para hacer este final. Amaba la historia, era una de las materias de instituto que más amaba por ello me dedique a ser profesora de historia además de ser escritora de libros de historia, llegué a tener una gran crisis cuando mis libros no se vendían, esto había pasado cuando estaba casada con Max. Él me había dicho que tenía que dejar lo libros de historia y solo dedicarme a mis clases, pero yo era alguien que siempre quería más mucho más de lo que tenía.
Entonces cuando estaba casi en medio de mi crisis matrimonial, como deseaba más de mi y sabia que era capaz de hacer más y demostrarle a Max que no me iba a impedir hacer lo que yo deseaba, una noche con una copa de vino y casa sola vestida con un traje sensual de encaje negro y bajo la luz de la habitación tome mi computadora para así comenzar a escribir, lo que había comenzando como un hobby se volvió mi obsesión. Combinaba las dos cosas que más me gustaban, la historia y la escritura.
Baje la computadora de mis piernas para así bajarme de la cama y caminar hacia el balcón de mi habitación necesitaba respirar un poco de aire fresco, me abrace a mi misma mientras recargaba mis codos en el barandal del balcón. La luz de la alberca me iluminaba un poco, el sonido del movimiento del agua y la ligera brisa era lo único que se podía oír en casa, extrañaba la compañía de mis hijos, su compañía era lo mejor de mi día después de la universidad a veces odiaba que se fueran con su padre porque si, me sentía sola, muy sola cuando ellos no estaban.
Y estando sola me ponía a pensar en mi vida ¿Qué estaba haciendo con ella? Tenía treinta y dos años de edad y me había dedicado a trabajar, estudiar, Max, mis hijos y los libros ¿Dónde quedaba yo? No tenía idea, Max estaba haciendo su vida, salía con mujeres, eso estaba segura de que eso era lo que hacía y era lo que pedía de limosna, idiota, la verdad es que no entendía que fue lo que hice mal ¿Cómo y cuando terminó el amor? No lo sabía, creía que Max y yo estaríamos juntos por mucho, mucho tiempo hasta estar llenos de canas y arrugas con nuestros nietos corriendo por toda la casa, ver realizar a nuestros hijos en todo lo que ellos se propusieran, pero no fue así, las cosas no siempre son como uno quiere y eso me dolía, me dolía el que Max no se esforzará más por salvar nuestro matrimonio, creía que con la llegada de Dakota nuestras vidas serían mejores, pero no fue así, el amor que creíamos tener se acabó, en los primeros meses de nacida nuestra hija él era un verdadero amor conmigo que me cuidaba y me consentia en todo lo que yo quería, pero los enojos y pelas comenzaron de nuevo hasta que me cansé, ya no podía más con eso así que tomé la decisión de decir: ya no más.
Así que ¿Qué estaba haciendo con mi vida? Tal vez no era una jovencia de veinte años, era guapa, linda, atractiva y divorciada ¿Entonces? ¿Qué estaba pasando conmigo? No tenía idea pero tenía una vida por vivir y si, tal vez en las sitas que habia tenido no habían salido bien ya que muchos salían corriendo cuando oían que era divorciada y con hijos, o cuando creía que las cosas iban bien con ellos desaparecian ¿A caso hacia algo mal? No lo sabía, pero en las últimas veces que había salido con alguien no me volvía a buscar.
Negué con ma cabeza y regrese a la habitación, tenía que despegar mi mente por un momento. Cerre la puerta corrediza que daba al balcón, me mire en el espejo de mi tocador. Realmente no estaba nada mal, no, no lo estaba para haber tenido dos hijos estaba muy bien de cuerpo, mordí mi labio inferior debatiendome si debía hacerlo o no, digo nunca había tenido que recurrir a tomarlo desde hace un año, no sentía la necesidad pero... ¿Porque no?
Abrí la cajón donde estaban mis braga y en una funda negra de terciopelo la tomé para sacar de ahí un dildo, si, un dildo que había sido un regalo de Maggie de mi cumpleaños ¿Me veré muy desesperada? No, no lo creo ¿O si? Bueno no tenía nada que perder sino todo lo contrario tendría un poco de placer, al diablo porque no hacerlo total ¿Quien lo sabría? Nadie, solo yo.
Con una sonrisa en mi rostro deje el dildo color carne sobre mi cama para así ir al baño y tomar mi velas aromáticas para que al menos el momento sea placentero, las encendí y Sonreí más cuando mi habitación comenzó a oler a vainilla, perfecto. Me recoste en la cama, tomé el bote de lubricante que estaba en mi cajón de mi mesita de noche, joder sentía como mi corazón comenzaba a latir rápidamente y la excitación comenzaba a crecer en todo mi cuerpo, jamás había deseado algo con tantas ganas pero este maldito juguete me decía que me divirtiera un poco, a la mierda con todo lo hare.
Doble mis piernas e hice a un lado mis bragas pasando por mis labios vaginales aquel juguete en forma de pene, un gemido salió de mis labios al sentir la punta de este sobre mi clitoris, carajo, iba de arriba abajo y viceversa. Mi respiración cada vez estaba más y más agitada, baje la copa de mi sujetador tocando con mi dedo índice y el del medio mi pezon del pecho izquierdo, carajo.
Alinee el pene en mi entrada.
-Ah-. Solté levemente cuando el pene entró.
Así como entró comencé a moverlo primero iba lento, sintiendo el placer que se sentía placentero mientras mis dedos hacían su trabajo en mis pezones, pero las autopenetraciones que me estaba dando eran exquisitas, fui subiendo la intensidad de los movimientos, joder, si tan solo fuera un hombre de carne y hueso y no plástico sería perfecto ¡Delicioso! Pero el momento que estaba viviendo esta siendo bueno, apretaba mis pechos, mojaba mi dedo índice para pasarlo por mis pezones para ponerlos duros y así pellizcarlos después.
Saque el juguete de mi interior para colocarlo en la cama, pase la lengua por mi mano para mojarla y pasarla al pene de plástico, lo alinee en mi entrada y poco a poco fui bajando sintiendo nuevamente placer. Comencé a dar saltos encima de ella, lleve mis manos a mis pechos disfrutando del placer que sentía, si, si me gusta lo que siento. Mi pecho comenzó a sudar, sentía un calor que había dejado de experimentar y me gustaba, claro que estaría mejor si estuviera con un hombre abajo de mi estaría perfecto, que digo perfecto mas bien ¡Excelente!
-Dios...oh...mierda, mierda... -.
Mis saltos comenzaron a ser más fuertes, me tomé de mis almohadas con fuerza para que mis sentones no me tiraran de la cama, si, diablos,... Que placer, que placer.
Y el cosquilleo en mi vientre se hizo presente en mi, un gemido acompañado de un pequeño grito avisaron que había llegado al orgasmo. El pene de plástico salió de mi y caí yo rendida en la cama con la respiración agitada, mierda, me gusto lo que sentí. Logre ponerme de pie de mi cama para comenzar apagar las velas, dejar el dildo en su lugar y así ponerme mi pijama, descansaria un poco y dormiría relajada.
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A MediaNoche |+18|
Romance-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...