Capítulo 50

1.6K 95 8
                                    

Max

Días, habían transcurridos días desde que no sabía nada de Madison ni de mis hijos, la llame muchas veces pero su celular primero aparecía como apagado y luego su teléfono ya no era existente y eso me volvió completamente loco, me sentía desquiciado por no saber de ellos u más de ella ¿Dónde estaba? ¿A donde fue? No tenía idea de donde estaba y estaba molesto conmigo mismo y no iba a llorar como una Magdalena diciendo que el destino o la vida era cruel conmigo por alejarme de la mujer que amaba, no, no iba a decir nada de eso porque sabía perfectamente que yo era el culpable de todos los males de ella y de su vida, fui un idiota y un maldito patan por haberle hecho daño una y otra vez, no valore nada de lo que ella hacía o decía solo para verme bien y para verme mejor, siempre dedicaba tiempo para mi y nuestros hijos, no lo había entendido hasta la segunda oportunidad que tuve con ella para poder conocerla y entenderla, jamás la había admirando como lo hice hasta hace un tiempo.

La forma en cómo se concentraba para poder seguir escribiendo en la computadora, como a veces usaba lentes para que la luz no le lastimara sus ojos, la manera en cómo mordía su uña del dedo índice mientras seguía concentrada y la atención que le causaba ponía a nuestros hijos y a mi, fui un verdadero idiota al haberla dejado ir una vez y hacerle daño, no había valorado nada de ella y eso me hacía ser el mayor idiota y cretino del mundo, daría lo que fuera para cambiar todo lo que hice.

-¿Estas listo?-. Preguntó Andy dándome una palmada en mi espalda.

Asentí con la cabeza, ella solo sonrió débilmente, como siempre Andu preocupada por mi y todas las mierdas que hacía.

Ambos miramos hacia la casa que teníamos rodeada, había logrado encontrar el paradero de Prince Rogers, era mío completamente mío y era mi momento de matar a ese maldito hijo de perra por todos los delitos que hacía como vender a niñas a hombres asquerosos que solo la usaban para sus negociosos sucios o para sus bajo deseos, cerdos, tras mi tristeza y enojo conmigo mismo como siempre me dediqué a un moviente por ciento a enfocarme en mi maldito trabajo para poder tomarme el tiempo de buscar a Madison y mis hijos, así que tras varios días sin poder dormir por fin lo había logrado, uno de mis compañeros de había infiltrado a una reunión en donde estaría Prince y trataría de hacer negocios con él a lo que funcionó pues mordió el anzuelo y era mío. Mire a los oficiales que estaban rodeando la casa listos para poder entrar, Andy me miro en la espera de que diera una indicación y cuando los vi que estaban en posiciones di la verdad orden de que entrarán y a los pocos segundos comenzó a ver más movimiento.

Miraba todo con atención para asegurarme de que todo saliera perfectamente correcto al plan.

De pronto comenzaron a oírse muchos disparos, mire Andy a lo que ambos supimos que era nuestro momento de entrar y salimos corriendo detrás del auto para ir a la casa, quite el seguro de mi arma tomando la pose de guardia para poder entrar a la casa y cuando abrí la puerta un disparo me recibió pero rápidamente le hice a un lado para que el impacto fuera directamente a la pared, mi respiración se agitó por lo cerca que estaba de que le diera.

-¡Por fin nos veremos las caras detective Walker!-. Grito Prince.

Andy puso cara de sorprendida al oír la voz de Prince y de que sabía quien era yo.

-¡Por que no sales de tu escondite como la rata que eres Prince!-. Grite de regreso.

-¡Lo haré! ¡Oiga! ¡¿Y su esposa sigue con usted o definitivamente ya lo dejo?!-.

Entonces todo se nubló por completo en mi razón, mi pareja me negó con la cabeza para que no cayera ante la provocación que estaba haciendo pero la verdad es que mi razón ya estaba bloquea ya que me adentré a la casa disparando a diestra y siniestra. Y le cubrí en la pared de la sala, oía pisadas que iban bajando de las escaleras y por un pequeño reflujo que estaba por la mesa de café pude ver que era Prince que quien como yo tenia un arma apuntando.

-Es una pena que su esposa lo haya dejando todo por acostarse con la mujer equivocada-. Cerré mis ojos por unos segundos tratando de controlar mi enojo-. Si, yo sé todo de usted como usted de mi Walker-.

-¿Y que sabes?-. Respondí.

-¡Ah! Bueno puedo decirle que tiene dos hijos un nene y una nena ¡Y déjame decirte que esa niña cuando crezca la cazare y será una buena puta! La hija zorrita de un detective ¡Darán mucho por ella!-.

Su risa diabólica hizo eco en mi cabeza de solo pensar lo que podría hacerle a mi pequeña Dakota así que armándome de valor y de furia salí de mi escondite para así encontrarme cara a cara con él, era la primera vez que nos veíamos las caras luego de que estuviera investigándolo por mucho tiempo. Su sonrisa santurrona era lo que le iluminaba el rostro el cual estaba dispuesto a destrozar con un tiro en la cara.

-Vaya, vaya-. Pasó su asquerosa lengua por sus labios-. Por fin nos vemos Maximiliano ¿Como está la linda esposa que tienes?-.

-¡Deja de hablar de mi esposa y mis hijos!-. Grite fúrico y al borde de la euforia.

Su risa diabólica se hizo presente en la estancia.

-Es una pena que vuelvas a verlos, pero ni modo así es la vida-.

Con una sola mano sostenía el arma y mi ojos fueron hacia atrás de él donde estaba Andy apuntándolo sin hacer el mínimo ruido para llegarle por atrás.

-Algo que deseas decir antes de morir Max-. Enarcó una ceja.

Suspiré y baje mi arma alzando mis manos en forma de rendición.

-Te veo en presión imbecil ¡Ahora!-.

Entonces cuando Prince se giró dispuesto a disparar a Andy ella fue lista activando el gatillo dándole primero en la pierna y luego en un hombro para que el arma cayera de sus brazos y para rematar uno en el pecho, Prince cayó al suelo donde su cuerpo comenzó a soltar la sangre por sus heridas, me acerqué a él para poder mirarlo e hincarme ante él cromando su barbilla con fuerza.

-Esto es por las vidas que arrebataste hijo de perra-. Y lo solté con fuerza.

Cuando Prince iba a decir algo de su boca salió sangre manchando un poco mi rostro, pero poco a poco se fue desvaneciendo hasta que en su mirada se fue perdiendo. Me puse de pie y sentía que todo había acabado, él había recibido su merecido y yo había acabado con todo, la mano de Andy fue a mi hombro.

-¿Estas bien?-. Preguntó preocupada.

-Si, si lo estoy...dile a Ella que se encargue de hacer reporte de todo-.

Mi celular vibro y vi que era un mensaje de Jack y otro de Nate.

Jack: Max las chicas están a salvo, llegamos a tiempo y tenemos detenidos.

-Es Jack, tienen a las chicas hay que llamar a su familia-. Comente nuevamente.

-Si, no te preocupes ya está todo listo-.

Asentí nuevamente con la cabeza, mire al cuerpo de Prince y di media vuelta para irme de ahí y al instante llegaron los forenses para comenzar hacer su trabajo. Caminé hasta mi camioneta y una vez que cerré la puerta tomé mi celular para mirar el mensaje de Nate.

Idiota (Nate): ¿Sabes algo de Madison??

Negué y rodé los ojos ante su maldita pregunta que llevaba días haciéndome.

Max: No, no sé nada ella borro número y no tengo forma de comunicarme con ella y cuando lo haga ¡Te avisaré! Entiendes.

Idiota (Nate): Pues perdona que esté preocupado por ella pero ya que fuiste el que dijo que haría lo imposible para buscarla ¡Pues no veo resultados!

Este jodido idiota me sacaba canas verdes ¡En verdad que si!

Lancé mi teléfono al otro asiento con molestia, de verdad deseaba golpearlo y romperle la cara nuevamente, recargue mi codo en la ventana del auto y recargando mi barbilla en mi mano ¿Dónde estaría Madi? Joder no podía saberlo ya que el teléfono lo tenía desaparecido y no podía hacer nada, no mucho y Madeline no sabía en donde podía estar, porque si, había llamado a Madeline para saber si ella tenía alguna información de su hermana pero me dijo que no ya que desde la ultima vez que se vieron no volvieron hablar ¿Quien podría saber dónde estaba? No creo que Maggie supiera ¿O si? No, no lo creo.

Joder, Madi ¿Dónde estás?

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora