Capítulo 31

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Madison 

Seattle, estaba en Seattle con mis hijos y Nate. 

Realmente el viaje lo estaba esperando con ansias, pensé que Nate estaría molesto conmigo por lo ocurrido con Max pero al parecer no lo estaba luego de que ambos me ayudaran con la limpieza de la casa ninguno de los tres comentamos nada y eso lo agradecía mucho, claro que Max intento hablar conmigo en una par de ocasiones mientras limpiábamos la sala pero yo no deseaba hablar de nada con él, me sentía entre mal y al mismo tiempo me sentía rara porque ambos los quería no estaba al cien por ciento segura de que era lo que deseaba, era darle vueltas a lo mismo una y otra vez y lo que menos que deseaba era volverme loca, lo más seguro es que terminaría loca. Pero entonces cuando Nate se fue de casa o más antes de que se fuera de casa me dijo que estuviera lista para la fiesta de Ivana y yo solo pude sonreirle y decirle que estaba feliz de que me invitara. 

Los niños también se emocionaron cuando les dije que Nate nos llevaría a la fiesta de cumpleaños de su hija, hasta Derek quiso comprarle algo lindo a Ivana y eso hizo que me diera mucha ternura, no sabíamos que era lo que le gustaba a la pequeña pero creíamos que algo de niña. 

Mire a Nate que me dedico una sonrisa a través del retrovisor del auto, ya que estaba en el asiento de atrás porque Dakota se había despertado y me fui con ella para poder darle su biberón. Volví la mirada a mi hija que también me miraba con sueño, Derek estaba dormido a lo largo del asiento trasero, lo abrigue un poco más ya que se sentía algo de frio y no deseaba que se enfermara, gire mi rostro para mirar por la ventanilla el camino que nos rodeaba, en la carretera había mucha cantidad de pinos hasta que algunas casa comenzaron hacerse presente, cuando de pronto las casa dejaron de ser solo una por unos dos kilómetros estas aumentaron entrando a un suburbio. 

-Hemos llegado-. Comentó Nate con tono tierno. 

Nate codujo unas cuantas casa hasta que se detuvo en una casa que estaba a lo alto de la calle, tenia unas escaleras que subían a la casa, pero esta era de tres piso de ladrillos rojos con ventanas blancas, con muchas platas y flores, joder era una casa muy linda. El auto se detuvo y de esté bajo el ojiazul rodeando el auto para ayudarme a bajar ya que tenia a mi hija en brazos, le di un beso en su mejilla en forma de agradecimiento a lo que él me sonrio y volvió a rodear el auto para bajar a mi hijo que tomo en sus brazos. 

-¿Ya llegamos?-. Preguntó mi hijo medio adormilado. 

-Si campeón-.

Por alguna razón comencé a sentir una sensación algo extraña en mi estómago, estaba nerviosa, conocería a la que era la ex esposa de Nate y que claramente era la madre de la hija de el hombre con él que estaba saliendo, mierda, creo que tenía ganas de vomitar. Si, eso iba a pasar pero tenía que contenerme porque sino iba hacer un desastre con mi hija. 

-Nate...¿No sé si esto es correcto?-. 

El ojiazul se me miro abrazándome por los hombros, me dedico una sonrisa para darme nuevamente un beso en mi mejilla.  

-Nena, no tienes que preocuparte creo que te llevaras bien con ella, Susan es una linda chica y creo que su prometido te caerá a un mejor, solo espero no te enamores de él-. 

Fruncí un poco el ceño ante el comentario de Nate ¿Por que me enamoraría de el prometido de Susan? ¿Era guapo? ¿Carismático? podría ser pero seguía sin entender el porque me enamoraría de él. Nate no dijo nada más para así tomarme de la cintura para así guiarme por la escaleras que subían a la casa, pude notar que tenia algunas flores silvestres y algunas platas comunes pero muy bien cuidadas, al llegar al pórtico de la casa quede aún más impresionada porque estaba muy grande, madera negra que rechinaba cuando pisábamos, macetas colgando del techo, faroles en la pared de color negro, una silla colgante con un buen tamaño que cambian dos personas perfectamente y entonces llegamos a las puertas principales a lo que Nate toco el timbre. 

Y los nervios comenzaron hacerse cada vez más presentes en mi, joder, quiero salir corriendo de ahí hasta que la puerta se abrió dejando ver a una chica muy linda, cabello castaño amarrado en un moño medio alto con un flequillo, cara delgada, ojos verdes y en verdad si que era muy linda. 

-Nate que gusto que hayas llegado-. Dijo Susan acercándose a Nate para darle un pequeño abrazo. 

-Gracias por invitarme, Su, te presento a Madison, Derek y la pequeña Dakota-. Presentó. 

Susan se acerco a mi para poder darme un beso en la mejilla y saludar a mi hija e hijo. 

-Es un gusto conocerlos, pero por favor pasen esta haciendo frio eso no es bueno para los niños-. 

La castaña se adentro a la casa para que así los cuatro pudiéramos pasar y al hacerlo el calor del hogar con olor a canela me invadió por completo, había unas pequeñas escaleras que daban a la estancia, las subimos y del lado derecho estaban las escalera que supongo yo que daban a las habitaciones, enfrente de nosotros se podía observar lo que era el gran comedor y del lado derecho estaba la sala  y del izquierdo era otra sala pero un poco más familiar donde estaban un librero una mesa de café con algunos juguetes y una gran televisión. Nate y Susan nos guiaron a la segunda sala familiar para tomar asiento. 

-¿Ivana donde esta?-.Preguntó Nate. 

-Salió con Justin a comprar algo que nos faltaba para el pastel-. Sonrió la chica-. ¿Qué tal el viaje? ¿Ya habían venido a Seattle?-. 

-No, es mi primer viaje aquí y la verdad es que es muy lindo, debo decir que tu casa es muy linda, el estilo que tiene es muy hermoso-. 

-Muchas gracias Madison-. Sonrió tiernamente-. Bueno en lo que llega Justin los llevare a la habitación para que se pongan cómodos-. 

Los dos asentimos con la cabeza volviendo ponernos de pie de los sofás para ser guiados por Susan escaleras arriba, solo esperaba que este viaje o que en la fiesta de Ivana todo saliera bien, joder estaba muy nerviosa ahora de conocer a la hija. 

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora