Madison
Estaba molesta, muy molesta.
Lo mataría y de eso estaba completamente segura de que lo mataría ¡Y me importa poco me lleven a la cárcel! lo único que me preocupaba eran mis hijos, no podía dejar a mis hijos en servicios sociales solo porque quise matar a mi esposo, no, no podía hacerle esos a mis hijos pero al menos ¡Lo iba a castrar! si eso si que lo iba hacer, le iba a cortar los huevos ¡Los testiculos1 a Max, maldito idiota, me iba a escuchar por completo.
¿Cuál era mi motivo de mi furia? fácil, el maldito hijo de puta que tenia por marido no llego a dormir la noche anterior y eso me molesto, lo espere por mucho tiempo porque supuestamente teníamos una cita para pasar un tiempo a solas, Gabriela se había quedado con los niños mientras que yo había pedido un cuarto de hotel para estar los dos solitos pasando un tiempo como pareja ya que no habíamos tenido mucho tiempo libre puesto que tener tres hijos no era nada fácil, porque no lo era. Derek ya tenia siete años, Dakota tenia cuatro y Audrey dos ¡Niños pequeños en casa! todos pedían un poco de atención por parte de nosotros, querían estar a toda hora con nosotros y no me molestaba ¡Poor supuesto que no! amaba pasar tiempo con mis hijos, eran lo mejor de mi vida, pero también creía que Max y yo necesitábamos tiempo para tener un poco de intimidad.
Si teníamos nuestros encuentros tenia que ser muy de noche ¡Y eso! si teníamos suerte de que ninguno de los tres se levantara, pero había sido pocas las veces en las que teníamos un poco de sexo y ambos estuvimos de acuerdo en tener una cita solo para nosotros.
El plan era así: Tendríamos una cena romántica en un lindo y hermoso restaurante en Manhatthan, luego iríamos a nuestro cuarto de hotel que era una suite imperial ¡Una fortuna lo que gaste! no adentraríamos al jacuzzi con sale de baño, un espuma, velas y una copa de vino blanco mientras hacíamos el amor dentro de este para luego pasar a la habitación que estaba decorada con rosas, velas y unas sabanas blancas que pedirían a gritos que ambos hiciéramos el amor salvajemente mientras teníamos una vista hermosa de casi todo Nueva York ¡Pero no! el idiota no llego y eso me enfureció, le mande mensajes y le llame pero nada y comencé a ponerme paranoica por completo, pensando en el pasado y se que no debería de hacerlo pero era lo mismo que Max me hacia cada que no volvía a casa y no respondía, comenzaba asustarme por volver a los mismo.
Me dijo que eso no volvería pasar por que había cambiado, pero me asustaba la sola idea de volver a lo mismo.
El tiempo que llevamos casado, nuevamente, nos estaba yendo muy bien.
A Max le habían ofrecido un buen puesto de detective de homicidios en el departamento de policía de la ciudad, eso me sorprendió de que le ofreciera ese puesto, le había dicho a Max que me gustaba la ciudad y que seria lindo vivir ahí, pero jampas pensé que aceptaría hacerlo, a los pocos meses de que nació nuestra bebé tomamos nuestras cosas y nos mudamos a un lindo suburbio de Nueva York, era un lindo lugar para poder criar y vivir, los niños estaban felices y yo también. Yo seguía dedicándome a mis libros tanto de historia como de romance.
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A MediaNoche |+18|
Romance-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...