Capítulo 32

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Madison

El día estaba tan tranquilo, la ligera brisa que daba por el balcón de la habitación era realmente exquisita, estaba algo nublado suponía que iba a llover un poco, abajo del balcón de mi habitación estaba el gran jardín trasero de la casa había una gran carpa de color beige ahí sería la fiesta de Ivana, por lo que había visto sería una fiesta medio grande. Suspiré y me abrace a mi misma, desearía poder vivir en un lugar así como este ya que a unos cuantos kilómetros estaban los grandes pinos pero además había un gran lago, deseaba vivir en un lugar así tan tranquilo y hermosos, viví en un pequeño suburbio de Washington, si, pero me quedaba lejos la universidad y de solo estar en ese balcón escuchando el aire, algunos pajaritos cantando y el frío me encantó.

Sería algo lindo para los niños, vivir en un pequeño suburbio como este, a Derek le encantaría explorar todo este bosque, si, le encantaría a mi me encantaría estar frente al lago con una manta en el piso con una copa de vino mientras escribía mi novela con toda la paz del mundo ¡Ha! ¿Qué era la Paz? En en los últimos meses no se que ha pasado con mi vida, me sentía tan afligida y tan rara, no dejaba de pensar en aquella noche en la que estuve con Nate y Max, me sentía extraña porque me gustó lo que hice con ellos, me encantó lo que hice porque lo disfrute como nunca antes pero había una parte de mí que me decía que había echo algo malo, si, hice algo malo ¡¿Porque lo hice?! No lo sé, no sé porque lo hice podría echarle la culpa a la marihuana y el alcohol pero eso sería volverme como Max y yo no deseaba volverme como él.

De pronto sentí los brazos de Nate rodearme el cuerpo, recargue mi cabeza en su barbilla, sentí sus labios en mi sien y yo solo volví a suspirar pero con un poco de tranquilidad. 

-Es muy lindo aquí-. Comente acariciando el brazo de Nate. 

Sus labios volvieron a mi sien para ir bajando poco a poco hasta mi cuello haciendo que me diera un poco de cosquillas, me gire para poder tenerlo de frente, tenia unos ojos tan profundos y tan lindos, no sé como podría describir los ojos de Nate pero cuando lo veía eran tan hipnóticos y no sé tan sinceros, para mí eso representaba la mirada de aquel hombre que me tenía ante mí, pase mis manos por su rostro, su barba color castaña con algunas canas y su largo cabello lo hacían ver a un más atractivo e incluso que podría decir que se veía un poco más joven así con ese estilo ya que cuando se quito la barba se veía un poco más grande pero guapo. Él no me merecía y yo no lo merecía ¿Qué estaba haciendo? no lo sé, no sé que estaba haciendo ahora con mi vida. 

-Nate...-. Suspire-. Nate perdóname, por favor perdóname-. 

Lo abrace, necesitaba que me abrazara con todas sus fuerzas, mis lagrimas no tardaron en hacerse presente en mí, me sentía mal, era una mala persona jamás pensé que esto me pasaría a mí que yo estaría metida en una situación como en la que estaba con ellos dos. Ni ellos ni yo nos merecíamos. 

-¿Porque debo perdonarte?-. Preguntó él sobre mi frente. 

Yo no paraba de llorar ni de sentirme mal, pero Nate me tomo de mis hombros para poder separarme un poco de él y mirarme, limpio mis lagrimas con sus pulgares sin lastimarme. 

-Nate yo...me siento mal por lo que paso con Max y yo...no te merezco, no merezco nada de esto ni si quiera tu cariño...soy una zorra...soy una no sé como describirme, Nate-. Comencé a llorar con más fuerza. 

Él no dijo nada por unos minutos mientras yo seguía llorando y sacando todo el dolor y la frustración que sentía, pero él como siempre se dedico a consolarme y dejarme desahogarme por lo que me pasaba para después sentarme en una de las sillas que estaba en el balcón, Nate tomaba mis manos dándoles pequeñas caricias en el dorso de esta. 

-No eres una zorra Madison, jamás te digas ni te llames así, no lo eres-. Me sonrio un poco-. Lo que paso con Max fue un juego, placer, erotismo y sensualidad, no es mi primer trío-. 

Mis ojos se abrieron por completo cuando escuche que no había sido su primer trío, este hombre estaba lleno de sorpresas y una risa escapo de sus labios supongo que al ver mi cara de que no entendía lo que me estaba diciendo o más bien si pero que no lo podía creer. 

-¿Tú y...?-. Apunte con mi dedo índice hacia el suelo indicando claramente a la parte de abajo en donde estaba Susan. 

-No, fue con una novia que tuve luego de divorciarme, ella era muy abierta en muchas cosas y digamos que tenia una amiga y yo antes era un poco cerrado ante esas cosas, pero una vez que lo probé me gusto, tampoco es que lo hiciéramos diario así pero...cuando paso con lo de Max eso si que no lo esperaba pero fue divertido nena, así que no te sientas mal ni te insultes ¿Ok?-. Beso el dorso de mi mano. 

Negue con la cabeza varias veces, pero eso no me hacía sentir bien sino que aún tenia un cargo de conciencia ¿Era mi conciencia? no sé si realmente era mi conciencia la que se sentía mal, tal vez era mi corazón que no sabía que hacer tenia mis sentimientos encontrados y los quería a los dos, si los quería y se que ya lo había pensado pero era la verdad. Me levante de mi silla para caminar de un lado a otro en el pequeño balcón pasando una mano por mi cabello, deje mi manos en mis labios y me recargue sobre la barda de ladrillos, mire a Nate que solo me seguía mirando. 

-Nate, esto es jodidamente difícil de decir o ni si quiera se que decir-. Limpie mis ojos porque nuevamente las lagrimas volvieron hacerse presente. 

Él se puso de pie para tomarme de mis brazos. 

-¿Sigues enamorada de Max?-. 

Su pregunta me dejo completamente congelada ¿Qué debería de decir?

-No, no...-. 

-Mira tengo una idea, le pediré una favor a Susan y tu yo saldremos esta noche ¿Qué dices?-. Me sonrió un poco. 

-¿Qué le vas a pedir a Susan?-. Le pregunté un poco angustiada. 

-Tu tranquila, déjamelo a mi ¿Si?, mejor vayamos abajo-. 

No quería hacer más preguntas de lo que era el favor de lo que le iba a pedir a Susan, de por si me sentía un poco...no estaba incomoda ni nada eso pero era algo raro estar en la casa de la ex esposa de Nate, ahora más o menos sabía lo que sentía Nate cuando estaba cerca de mi ex marido, joder estaba en los zapatos de mi amante. 

Ambos bajamos a la estancia donde el sonido de las voces se hizo presente en la sala de estar, Nate me tomo de la mano para hacerme sentir un poco más segura ante la situación en la que estaba, la verdad en los pocos minutos o más bien horas en la que estuvo Susan con nosotros se veía que realmente era una chica muy linda y dedicada a su familia y que tenía una buena relación con su ex esposo. Tome un poco de aire para armarme de valor al ver de nuevo a la castaña y cuando entramos a la sala ella estaba colocando unas tazas de chocolate caliente en la mesa de café y en la chimenea estaba un hombre hincado acomodando la madera que se estaba quemando y cuando este se levanto y se giro, abrí mis ojos sin poder creer que el prometido de la ex esposa de mi amante fuera Justin, el mundo si que era un jodido pañuelo. 

-Madison, que gusto volver a verte-. Se acerco Justin a mí. 

Yo sonreí del gusto de volver a verlo, al menos este viaje y la fiesta no serian tan incomodas teniendo a un viejo amigo, me saludo con un beso en la mejilla y un pequeño abrazo. 

-¿Ella es la Madison que me contaste?-. 

La pregunta de Susan me sorprendió por completo ¿Ella ya sabía de mí?. 

Justin me soltó para así acercarse a su prometida aún con la sonrisa pinta en su rosto. 

-Si cariño, es ella, si que el mundo es un pañuelo, que bueno que pudiste venir a la fiesta de Ivana-. Beso la mejilla de Susan-. Pero por favor póngase cómodos y bebamos un poco de chocolate caliente-.  

Justin y Susan fueron al sofá para tomar asiento pero antes de que Nate diera un paso lo detuve. 

-¿Tú lo sabías?-. Pregunté intrigada pero al mismo tiempo feliz de volver a ver a Justin. 

-Lo supe hace unos días cuando fue por Ivana al departamento, no quise decirte nada porque deseaba darte una sorpresa-. Beso mi mejilla. 

-Gracias-. 

Lo tome de la mano para luego irnos a tomar asiento en el sofá. 

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora