Capítulo 19

3.5K 210 12
                                    

Madison 

Estaba tan nerviosa y al mismo tiempo estaba tan feliz de que sería mi primera firma de libros que haría, simplemente no me la creía ¡Carajo! es que de solo pensar que estaría sentada delante de tal vez muchas mujeres y hombres que esperaban que les hablara sobre el libro hacia que mis pelos se volvieran de punta, estaba tan feliz y además estaba feliz porque Nate fue muy lindo y considerado conmigo por acompañarme a un evento tan importante y claro que no iba sola, mis hijos irían conmigo y eso era mucho mejor. Pensé por un momento que Nate se enojaría conmigo por haberlo dejado con la cena solo por irme a cuidar a Max, pero no fue así, Nate fue a mi casa con mi café favorito en las manos y yo solo no me lo creía ¿Era realidad o mentira? de que existieran hombres como Nate, pero no deseaba hacerme ninguna idea por el momento con él porque no deseaba tropezar con la misma piedra nuevamente, no, no lo deseaba. 

Lo que había echo la noche anterior con Max fue un error, pero por alguna razón muy enferma y que no lograba entender me gusto lo que me hizo, me excito de una forma que no creía fuera posible y me puse a pensar que tampoco era le consolador ¡No lo era! era mi ex marido el que me estaba proporcionando placer y no era un juguete de plástico y es que con Nate y Max se sentía bien el sexo, sentí tanto placer con los dos que me quede impresionada de mi misma, tuve sexo con dos hombres completamente diferentes en un solo día y horas diferentes, eso jamás se me hubiera ocurrido ni cuando era joven, que mierda ¿Por qué lo hacia ahora? digo, no me considero ninguna vieja ni nada, estoy en pleno apogeo de mis treinta pero cuando era una adolescente o al menos una adulta en sus veinte hice algo así. Tuve un novio antes de Max pero jamás hice ese tipo de cosas que hice con Max, cuando me case con él, el sexo era completamente loco y sensual, teníamos nuestros juegos y los disfrutábamos como debía ser y anoche me quede impresionada de la violencia, si puedo decirlo de esa forma, fue tan...cielos tan sensual que lo volvería hacer. Con ambos me gusto el sexo y si tal vez parezca una loca, pero, volvería a repetir eso una y otra vez. 

Pero volviendo a la realidad, estaba detrás de una pequeña cortina que estaba en la librería, una joven chica me estaba dando un leve maquillada para verme bien en las fotos y en la entrevista que me harían, deseaban saber cual era la fuente de mi inspiración para hacer la novela y entre otros temas y estaba lista para responder sus preguntas y firmar mucho, porque si había mucha gente esperando mi llegada y yo seguía sin poder creerlo. 

-Listo, quedo perfecta señorita Madison-. Sonrió la joven maquillista. 

Me mire en el mediano espejo que estaba delante de mi y solo pude sonreírme, cielos no puedo creer que este pasando este momento, no lo podía creer. 

Tomé una bocada de aire para así ponerme de pie de la silla en la que estaba para alisar un poco mi falda que me quedaba perfectamente pegada a mis caderas y mi trasero, que claramente llamo la atención de Nate ya que no tardo en halagarme y decirme que le gustaba como se veía mi vestido, podría jurar que era el trasero más hermosos que pudo haber visto, eso me excito, si, claro que si que lo hizo ¡Que hombre! ¡Y que calor! 

Salí de bambalinas y al instante muchas personas comenzaron aplaudir, mire a Nate que tenía Dakota en sus piernas y a Derek a un lado sentado de él, mi hijo sonreía mientras aplaudía emocionado de ver a su mamá arriba del escenario y yo sentía mariposas en el estómago. Tome asiento en una silla de color blanco muy linda, decorada con algunas flores de color moradas, las lilas, eran mi flores favoritas y que no dude en poner en mi libro. 

-Bienvenidos a la presentación del libro Lilas de Grecia de la autora Madison Bernanke, podemos comenzar con las preguntas-. Anuncio la dueñas y presentadora de la librería. 

Las preguntas comenzaron a caer de poco a poco, siempre amable y con una sonrisa respondía cada una de ellas, algunas me preguntaban quien era la fuente de mi inspiración, pero contestaba que los libros de historia o alguna que otra experiencia que había vivido. 

-¿Cuando sacaras una nueva novela?-. Preguntó una joven que abrazaba su libro como si su vida dependiera de ello. 

Pase un mechón de mi cabello detrás de mi oreja mientras sonreía. 

-Próximamente, creo tener...una gran inspiración en este momento-. 

En instante mire a Nate que solo me guiño un ojo y asintió con la cabeza. 

Luego de la ¿Conferencia? no podría llamarlo así pero digamos que luego de firmar muchos libros y que mi mano doliera por completo Nate y yo junto con los niños salimos de la librería dispuestos a comer un rico y delicioso helado, era justo y necesario. Cuando los niños ya estaban arriba en el auto mi sexy acompañante me tomo de la cintura para hacerme verle a la cara, joder esto ya era tan intimo y me gustaba. 

-¿Quieres ver una película conmigo?-. Pregunto. 

-Sería lindo, pero no tengo ganas de salir de casa además de que quiero estar con los niños-. 

Nate sonrío de una forma coqueta que sentí que algo de mi se humedeció. 

-Podríamos verla en mi casa, preparamos algo rico para los niños, las vemos en la sala y cuando ellos duerman podemos hacer algo más...no se...intimo, como beber una copa de vino con unos pasabocas deliciosos que tengo casualmente preparados y listos para comer y dormir ¿Qué dices?-. 

¡Dios mio! esto no es una novela, esto no es una novela ¡Este hombre es una jodida mentira! que alguien me pellizque y que me despierte por favor ¡Por favor!

-No suena mal, me agrada la idea-. 

Nate se acerco a mi para darme un beso en mis labios, joder que deliciosa sensación estaba sintiendo en ese momento, nos alejamos luego de ese delicado beso y cuando mire por su hombro me di cuenta de que una persona nos estaba mirando y no era cualquier persona, no, no lo era, era mi hermana Madeline. Me aleje un poco de Nate y este miro hacía donde yo lo hacia para volver a mi. 

-¿Todo bien Madi?-. 

-No, pero ahora vuelvo-. 

Me solté del agarre de Nate para ir hacia mi hermana quien estaba cruzada de brazos sobre su pecho, camine de forma firme y sin preámbulo, no deseaba verla, de solo verla me revolvía las tripas y de solo recordarla gozando de mi cama y de mi maldito esposo me ponía enferma y me hacía odiarla más que nada en el mundo. 

-¿Qué carajos haces aquí Madeline?-. Pregunté molesta. 

-Madi, por favor, tenemos que hablar, si, no podemos seguir así somos hermanas nos tenemos que querer y yo te quiero y quiero que hablar contigo por favor-. 

-Que maldita cínica eres Madeline, luego de que te revuelcas con mi ex esposo y que gritas a los cuatro vientos que te enamoraste de él y dejando en claro que te revolcaste con él, me pides que te disculpe, jodete Madeline, a ti nunca te perdonare lo que hiciste-. 

Estaba dispuesta a darme la vuelta cuando sus palabras me detuvieron por completo. 

-A mi no me perdonas pero a él si-. Me gire a verla y ella estaba completamente sería-. Te vi llegar a su apartamento ayer en la noche ¿Te acostaste con él?-. 

-No, no me acosté con él y si lo hiciera no es de tu maldita incumbencia mocosa mal parida-. Respondí con todo el veneno posible. 

-Me dices cínica a mi, cuando tu eres la peor de la cínicas, te acuestas con tu ex esposo cuando tienes novio, y la zorra me dice zorra-. 

Me acerque a Madeline y le propine una bofetada, me estaba volviendo experta en ellas por lo visto. 

-No te metas en mis malditos asuntos, no soy una zorra, tú si y no quiero volver a verte Madeline ¡Muérete!-. 

Mi día se había echado a perder por completo por culpa de Madeline, mi humor estaba perfecto y ella tuvo que joderlo todo como siempre.  


A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora