Capítulo 48

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Madison

Miraba como el viento movía las cortinas de adelante hacia atrás de forma lenta haciendo que el poco aire fresco que entraba en la habitación ventilara un poco la habitación en la que me encontraba. Habían pasado ya algunos días desde que me fui de Washington y digo días porque desde que llegue a México no había hecho otra cosa más que estar en cama, no deseaba moverme ni siquiera respirar, no deseaba hacerlo lo único que quería era dormir y nada más, lo único que me preocupaba eran mis hijos, Derek estaba preocupado por mi y lo veía en sus ojos, era un niño inteligente y se daba cuenta de que algo malo me estaba pasando, no podía decirle a mi hijo que su padre era un hijo de puta que solo se había dedicado a lastimarme una y otra vez, pero yo no deseaba hacer nada, solo quería llorar mi desgracia y abrazarme a la almohada con fuerza como si esta pudiera protegerme de todo mal.

El sonido de la puerta siendo abierta llamó mi atención pero nada más ya que no hice nada por levantarme y mirar de quien se trataba, solo seguía con mi mirada fija en la ventana admirando la luz del sol a través de las cortinas que seguían en ese mismo movimiento de atrás adelante. A la altura de mis rodillas sentí como la cama se hundía.

-Cariño te traje un poco de fruta y jugo-.

Su voz se hizo presente en la habitación, lo mire y en sus manos estaba una charola de madera con los alimentos, no tenía apeteció, no deseaba comer nada ya que como dije deseaba sólo poder dormir y no despertar nunca más, así que desvíe la mirada para volver a posarla en donde estaba, solo escuché cuando soltó un soplido dejando la comida en el sofá que estaba a un lado de mi, se veía bien pero no tenía hambre.

-Te dejare la comida ahí por si tienes apetito-. Seguí sin responder-. Llevaré a los niños con los caballos por si te ánimas a ir, Carmen estará por si la necesitas-.

No tenía las fuerzas para poder formar alguna frase o conversación.

Mi padre solo acarició mi pierna con cariño para después levantarse de la cama y volver a dejarme sola.

Los días siguieron pasando y yo no me levantaba de mi cama para nada, de seguro daba asco, no tenía fuerzas ni para bañarme solo habían sido pocas las veces que había tocado el agua solo para poder refrescarme ya que él Cancún si hacía algo de calor pero solo para eso me levantaba de la cama solo ir al baño y nada más, mi padre me traía de comer pero no tocaba ni un solo bocado, solo tenía algunas pequeñas visitas de mi hijo pero no podía hablar, sentía que si lo hacía me rompería en llanto y que no podría controlarme, solo había algunas noches en las que el dolor era más fuerte que yo y terminaba dejando la almohada por mis lágrimas y mi cabeza no me dejaba en paz jugándome una mala pasada porque todo volvía a mi memoria aquella noche en donde supe la traición de Max y en lo duro que había sido, no se cansaba de joderme y de hacerme daño poco a poco hasta acabar conmigo y mis esperanzas de que él podía cambiar ¡Realmente me lo creí! Si, me lo había creído por completo ¿Como pude ser tan tonta? Como pude dejarme llevar por la pasión y por lo que creía de él, me mintió una y otra vez solo se dedicó hacerme daño sin pensar en lo que me estaba haciendo ¿A caso eso le importaba? No, claro que no porque si le importara como me haría daño todo eso no lo hubiera hecho, maldito mentiroso.

Me senté en la cama mirando hacia la ventana que daba al jardín de la casa y una vista fantástica de la playa, podía ver el azul del agua que estaba muy clara, la arena con un color muy lindo y el cantar de las gaviotas se hizo presente. Me levante de la cama para caminar al balcón y ahí sentir por primera vez el sol tocar mi rostro, respiro hondo y profundo sintiendo el aroma de la playa en mi nariz, unas risitas se oyeron levemente u al mirar de donde provenían vi que en la playa estaba mi papá con Derek y Dakota jugando en la orilla, se veían tan felices y sonrientes que por primera vez luego de mucho sonreí, poco pero lo hice.

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora