Max
-¡Maldito! ¡Hijo de perra! Debería matarte-. Grite lleno de rabia.
-Te lo dije, te lo advertí imbecil que ella no se quedaría contigo-. Escupió con rabia.
Trate de sacarme del agarre de Barry para poder golpear a ese idiota que tenía delante de mi, pero entre mi hermana y su esposo me tenían agarrado de los brazos, mi madre y Maggie tenían agarrado a Nate para evitar que ambos nos volviéramos a golpear, porque si, en cuanto Madi salió huyendo de mí salí corriendo al restaurante donde fui directamente hacia ese maldito idiota para romperle la cara sobre la mesa y él no dudó en defenderse ante mi ataque, muchas gente salió corriendo del lugar debido al disturbio que estábamos ocasionando hasta que llegó el gerente del lugar y no saco antes de que llamara a la policía pero una vez a fuera seguimos golpeándonos hasta que llegaron a separarnos. Estaba lleno de rabia y de enojo por todo lo que estaba pasando, las cosas estaban bien ¡Iban bien! Pero tenía que llegar este maldito resentido a echarlo a las erres todo.
-¡Y tampoco contigo! No se quedó con ninguno ¡Estúpido!-.
Ante mi reclamo pareció caerle como un balde de agua fría y con mucho hielo. Solté un suspiro al igual que él, quienes nos tenían agarrados nos soltaron con mucha preocupación en caso de que alguno de los dos se volviera a lanzar al otro, pero la verdad es que ya estaba jodidamente casando de toda la mierda que estaba pasando y que yo mismo había generado, pase una mano por mí cabello ya que literal parecía un loco con mi cabello todo desordenado.
Saque mi teléfono de mi pantalón para así llamar a Madison, necesitaba oírla y poder explicarle todo.
Hola soy Madison en este momento no puedo atender pero déjame tu mensaje y yo le comunicaré contigo.
Su teléfono le mandaba directamente al buzón, volví la mirada a todos, mi madre estaba completamente desconcertada ante todo lo ocurrido al igual que Judith, ambas no tardaron en recriminarme lo que se habían enterado, mi madre estaba muy molesta conmigo tanto que no le miraba, Maggie seguía inconsolable por las duras palabras de Madison y la traición de Nate, había sido un jugo sucio e incluso para mí fue sucio lo que hizo con tal de demostrarle Madison que yo era una porquería de persona, pero como dije, tenía que buscarla y darle una explicación de todo y poder solucionar esto lo antes posible.
-Madi no contesta el teléfono...iré a casa a hablar con ella-. Le anuncié a todos.
Mi madre me miro con lágrimas en los ojos, cruzada de brazos se fue acercando a mi, jamás la había visto así, con esa mirada de enojo y tristeza, habían sido pocas las veces que la había visto llorar por mí culpa o por algo que le había ocurrido, pero creo que esta vez ella me odiaría para toda la vida, porque sabía perfectamente que yo era el mismo vivo retrato de mi padre en cuanto a las actitudes.
-¿Porque no la dejas en paz?...mira Max...trate de ayudarte, trate de que hicieras lo correcto ¡Por una vez en tu vida! Pero esta vez es todo diferente, hazle un favor a Madi y déjala en paz-. Hablo con rabia mi madre.
Iba decirle que no podía perderla una vez más que ella era lo más importante de mi vida y que no me cansaría de intentar, no me iba a dar por vencido. Pero me mi madre solo dio media vuelta dejándome ahí parado ya que mi hermana tampoco le dijo nada solo siguió el camino de mi madre mirándome con desprecio y sobre todo decepción. Mire a Nate que limpiaba su labio con su brazo, Maggie solo nos miró a los dos y también se fue, yo no podía perder más tiempo y menos estar a un lado de ese idiota.
Salí corriendo a mi auto, lo arranqué y salí directamente a casa lo más seguro es que fue por los niños y estén en casa.
Al llegar a ella las luces estaban todas apagadas, me adentré a la casa mirando en la sala y en la cocina pero no había nada.
-¡Madison!-. Grite ante su respuesta.
Subí las escaleras a mi velocidad ya que aún tenía dolor en la pierna. Fui directamente a nuestra habitación pero ella no estaba ahí ¿En donde estaba? Fruncí ligeramente el ceño y salí de ahí para ir a la habitación de los niños pero ni ellos estaban. Sentí como mi corazón latía con mucha fuerza en pecho.
Baje nuevamente las escaleras para así salir de casa y subir auto, ella debe estar en casa de Danielle, la vecina ¡Si ahí deben de estar!
No dejaba de pensar en el mal que le había hecho a Madi, en cuanto sufrimiento la había echo pasar y me hacía darme cuenta lo hijo de puta que había sido, ella no se merecía todo lo que le ocurría, habían sido los pocos momentos los que lograba disfrutar, como cuando nació Derek jamás le había visto ese brillo que tenía en la mirada y claro que también con nuestra hija, con nuestros hijos su sonrisa brilla como una estrella. Cada recuerdo venía a mí de golpe coló un puto balde de agua fría.
El solo recuerdo de cuando la conocí, me hacía estremecer, aquella fiesta de halloween había sido las más especial y hermosa de mi vida, ella lucia tan hermosa con su traje de Madonna, la cantante, bailaba y cantaba mirándose tan viva y tan feliz...hasta que llegue yo a su vida, creo que todo hubiera sido distinto en nuestras vidas si yo no hubiera llegado a la suya, pero como dicen, él hubiera no existe ¡Yo no hubiera existido!
Comencé a golpear el volante con mucha fuerza desquitando todo mi enojo y mi furia.
-¡¡Ah!!-. Grite con todas mis fuerzas y sacando todo mi dolor.
Toque el timbre con desesperación de la casa de Danielle, las luces igual estaban apagadas lo que quería decir que ya estaban dormidos en la familia pero eso para mí no era un impedimento lo único que quería era ver a mis hijos y a Madi, sobre todo a ella. Las luces de la estancia se encendieron y a los pocos segundos apareció una chica de color ¿Danielle o Amber? No lo sé, pero él punto era que ya me había abierto.
-Max ¿Que haces aquí?-. Preguntó la chica de rizos mirándome con el ceño somnoliento.
-Perdona las molestias pero quiero hablar con Madi por favor-. Soné desesperado y lo estaba.
La morena movió sus rizos hacia arriba para poder alejarlos de su rostro, estaba vestida con su bata de pijama, Amber frunció el ceño levemente y se cruzó de brazos para evitar que su bata se abriera.
-Max, Madison se llevó a los niños hace como una hora-.
Sentí que en ese momento todo se había detenido por completo y que el aire en mis pulmones se había cortado por completo ¡Hace una hora!
-¡¿Que?!-. Me exalte al instante.
-Si, Madison llegó muy alterada y le dijo a Danielle que se llevaría a los niños ¿Que pasó?-. Preguntó preocupada la morena.
No lo podía creer, no podía creer lo que estaba pasando en ese momento, no podía creer lo que me acaba de decir Amber, Madison se había ido con los niños ¡Se fue!
Pase un poco de saliva y negando la cabeza como si tratara de ordenar todas mis ideas, no podía creer lo que estaba pasando, él se había ido sin decirle nada y con mis hijos.
-Si, tuvimos una pelea, tal vez esté en casa...Gracias-.
Di rápidamente media vuelta para ir a mi auto y una vez ahí dentro nuevamente tomé mi teléfono para marcar el número de Madison.
Hola soy Madison, en este momento no puedo atenderte pero déjame tu mensaje y yo me comunicó contigo.
Solté un bufido al oír la maldita contestadora ¿Dónde podría estar?
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A MediaNoche |+18|
Romansa-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...