Capítulo 59

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Madison

El final, solo necesitaba un final para mi novela. Estaba ves todo había cambiado por completo deje a un lado la novela de época para basarla en la época actual y no estaba quedando nada mal, él escribir me estaba ayudando para escaparle de mi maldita realidad, estaba baja de ánimos y me sentía decaída, pensaba que iba a disfrutar mi embarazo como lo hice con mis dos hijos, mis antojos no eran tantos, tenía poca hambre y eso no me gustaba porque sentía que no era bueno que no tuviera los clásicos síntomas de una mujer embarazada pero mi doctor me dijo que era completamente normal ya que muchas veces algunas mujeres si pueden tener nauseas o muchos antojos y otras no, pasan su embarazo de la manera más normal y yo bueno, creo que estaba pasándolo "normal".

Pero sinceramente me sentía sola, estaba Gabriela conmigo, mi padre no quería que estuviera así y me mandaba a una mujer que era de su plena confianza y  que podría ayudare en las labores domésticas, de cuidar a los niños y a mí, pero aún así me sentía sola. Cada noche lloraba porque no dejaba de pensar en él, no dejaba de recordar todo tanto de lo bueno como de lo malo y eso lo odiaba porque me hacía enojar y eso era malo para el bebé por ello me había dedicado a escribir a altas horas de la noche porque tenía mucho que pensar y era una catarsis para mí el escribir mi libro, me ayudaba y me hacia sentir bien, un poco, solo un poco.

Había decidido salir un momento de la casa para poder escribir un momento, el día estaba fresco, estaba completamente nublado con un poco de lluvia que relajaba por lo que yo decidí salir al patio trasero, una vela aromática de vainilla tomando una taza de café, estaba abrigada con un suéter de color café chocolate un poco holgado que me llegaba abajo de la rodilla y estaba vestida de los más cómodo. Los niños estaban en la escuela y Gabriela había salido para conocer un poco de Washington y yo no puse objeción en verdad ella necesitaba también un tiempo para disfrutar, se lo merecía era muy linda conmigo.

Pase una mano por mi cuello para poder destensarme un poco, estire mis brazos y luego mi espalda, acaricie mi barriga un poco ya que el bebé comenzaba a moverse de forma inquieta ¿Que le pasaba? Estaba inquieto, tal vez tenía hambre. Me levante de mi silla para ir dentro de la casa, en la cocina deje mi taza de café en la barra e ir a la nevera para ver qué me encontraba.

Tenía mucho antojo de algo frito, así que decidí llamar KFC y pedir pollo frito tanto para los niños como para mi, moría de hambre, al terminar de pedir mi pedido el timbre de la casa comenzó a sonar ¿Quien podría ser? No creo la comida sería un verdadero milagro que no se tardara, pero, si era Max, no, no deseaba verlo ni dirigirle la palabra y mas por la forma en cómo le grito a Derek, porque si, mi hijo me dijo que su padre le había gritado molesto porque le dijo que sabía que él y Madeline tenían una relación.

Yo no tenía ni idea de que mi hijo supiera de ello, eso sí que le había dejado sorprendida. Tendría más cuidado de lo que hablaba.

Al abrir la puerta me quedé ahí congelada al verla ahí parada. Me dedico una pequeña sonrisa melancólica y yo estaba por cerrar la puerta cuando su mano detuvo ese acto.

-Madi, por favor ¿Podemos hablar?-. Suplicó.

-Yo no tengo nada de que hablar contigo Maggie así que déjame sola-. Sentencie.

Pero nuevamente trate de cerrar la puerta pero ella me lo impidió, la mire molesta y comenzaba a sentirme así.

-Madi, por favor quiero arreglar las cosas contigo eres mi mejor amiga, por favor-.

-¿Mejor amiga? No me hagas reír, una mejor amiga no se acuesta con el esposo de su amiga ¡Y que además sabía lo que ella sufría por él! Pero eso te importo poco ¡Más bien no te importo nada!-. Grite molesta y al borde de las lágrimas.

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora