Madison
-La señora Rodríguez confirmó su cabalgata a la atardecer junto con su esposo-. Le comenté a mi papá.
El asintió mientras seguía apuntando él la tableta las confirmaciones de los visitantes a la granja y realmente estaba sorprendida de que mucha gente estuviera de vacaciones ¿Como le hacían? Bueno sé que algunos lo hacían por luna de miel, Agh, como la señora Rodríguez que venía de Luna de miel con su esposo y por lo que entendía era una pareja eran jóvenes ¡Dulzura! Como todo al inicio del matrimonio era dulce y todo era perfecto pero ya se darían cuenta de que el matrimonio a veces podía ser una verdadera tortura. Cielos. Pero bueno, por suerte mi única forma de distraerme y dejar de pensar en mí fallido y tormentoso matrimonio comencé a trabajar con mi papá en la granja y la verdad es que me encantaba lo que consistía, prácticamente administraba algunas de las asistencias que venían a disfrutar y otra estaba en lo péquelos establos para cuidar a los caballos.
Y en estos días había estado teniendo una linda amistad con Julian y debo decir que era un hombre muy interesante, después de huir de su pareja en Puerto Rico vino hacer sus negociosos a México y quedó encantando aquí por ello no se fue, ama a los niños y me lo demostró cuando conoció a mis hijos quienes estaban con su abuelo cabalgando y cabalgó con Dakota, él feliz y se llevaron bien. Claro que para Julian la soltería era mejor que vivir con alguien que tarde o temprano la iba a dejar o se iban aburrir uno del otro así que por ello nunca se ha querido casar y amaba su negocios de los hoteles pero además de ser un soltero codiciado era un hombre interesante y que me escuchaba y me sentía por primera vez tranquila sin ningún tipo de interés a tener algo con él, me gustaba tener un amigo.
-Bien, anotado y por la noche el señor Sánchez vendrá a quedar a la cabaña número cuatro-. Me sonrió.
-Perfecto le dire a Lidia que prepare la habitación-. Le regrese la sonrisa.
Mi padre tomó asiento enfrente de mi mirándome con algo de curiosidad a lo que para mí se me hizo algo extraño que me viera de esa forma, mire a un lado y luego a otro a la espera de que me dijera algo pero sólo estaba ahí delante de mi viéndome co a una sonrisa hasta que acercó su mano fue hasta la mía.
-¿Que pasa contigo y Julian?-.
Su preguntó me agarro por completa sorpresa, solté una risita, negué con la cabeza pasando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Nada ¿Qué crees que podría estar pasando?-.
Se encogió de hombros sin darle según él mucha importancia a mi respuesta.
-No lo sé, estos días han estado no se...muy unidos y no sé solo quiero saber si hay algo entre ustedes y ya-.
-Papá, no tengo nada con Julian solo somos amigos y ya, ahora no deseo tener nada con nadie solo deseo enfocarme en mí y en mis hijos-.
El hombre delante de mi solo asintió con la cabeza sin dejar de mirarme como si no me creyera nada de lo que estaba diciendo, pero era la verdad, no deseaba tener nada con Julian ni con ningún otro hombre, solo los veía pero no me inspiraban nada más que molestia y más lo que se creían que eran los mil mujeres y solo son unos perros detrás de las faldas de las mujeres, además de que alguno que otro hombre que venía a la granja me sonreía y me invitaba a tomar algo pero yo claramente me negaba, de solo verlos como me miraban con deseo me daban asco, solo a veces, muy en mi interior deseaba que esas miradas me lo diera unos ojos azules, pero no, no debí caer ante mis deseos.
La mañana transcurrió de los más tranquila posible, Lupita había llegado a su hora para ponerse a trabajar junto con Guillermo, quien por cierto estaba feliz ya que cumplía de casado por lo que Carmen les estaba organizando algo lindo para en la noche, yo no deseaba asistir a un aniversario de bodas pero al final tendría que hacerlo ya que sería en la casa de mi papá todo el festejo por lo que decidí invitar a Julian quien aceptó gustoso la invitación.
Por la tarde estaba en el establo cepillando a Rutila, una yegua pura sangre de color negra, muy alta tan lindo la verdad, muy tierna conmigo ya que cuando me veía relinchaba y movía sus patas con alegría papá me dejó montarla y fue la mejor experiencia del mundo.
-Madison-.
Mis manos se detuvieron por completo cuando oí su voz, el cepillo cayó al suelo y mi corazón se paralizó por unos segundos, no, no puede ser debo estar soñando o tal vez me estaba volviendo loca ¡Si eso debe ser! Me estaba volviendo loca porque ya comenzaba a escuchar voces y más la voz de Max.
Me fui girando poco a poco hasta que mis ojos se toparon con los suyos, no puede ser ¿Qué estaba haciendo él aquí? Sus ojos y los míos no se despegaban ni un segundo, se fue acercando poco a poco con una sonrisa pintada en la cara y mi respeto debía ser un verdejo poema porque no podía definir la impresión que tenía ¡Que estaba haciendo el aquí!
-Madison, joder estaba tan preocupado por ti-. Soltó él como si en verdad estuviera preocupado.
Intento abrazarme pero mi primer instinto fue propinarle una bofetada y sin poder evitarlo mis lágrimas salieron y yo salí corriendo del establo, no, no él no puede estar aquí ¿Porque estaba aquí? ¡¿Que era lo que quería?!
-Madison, por favor-. Suplico.
Sentí como me tomaba de mi brazo pero me solté rápidamente de él.
-¡¿Que mierda haces aquí Max?!-.
Se me corta la respiración. No puedo apartar mis ojos de los suyos, mi respiración estaba errática u podía jurar que mi corazón se me saldría del pecho, estaba llorando de forma descontrolada, toda mi tranquilidad se había ido a la mierda por completo.
-Cariño, mi amor...-. Me dice en un casi un susurro todos esos apodos dulces.
En verdad no podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que él estuviera aquí en donde creía yo era mi lugar seguro pero veo que no era tan seguro ya que él estaba aquí.
-¡Lo hiciste de nuevo verdad Max! Rastreaste mi celular ¡Eres un idiota!-. Grite eufórica.
-No, mi amor no, yo...joder...solo puedo decirte que alguien me dijo que estabas aquí y yo necesitaba explicarte todo, poder hablar y poder arreglar nuestra situación, mi vida por favor hablemos-. Intento acercarse de nuevo a mi.
-¡No te acerques! ¡No lo hagas!-. Puse mis manos adelante de él sin llegar a tocarlo.
-Madison ¿Que pasa?-. Salió mi padre de su oficina.
Como niña pequeña salí corriendo a los brazos de mi padre para que me protegiera.
-¿Quien es usted?-. Pregunto Max.
-El padre de Madison y yo sé quién eres tú, Max, su ex esposo-.
Yo seguía llorando en el hombro de mi padre desconsoladamente y Lupita se acercó a mí para poder acariciar mi cabello consolándome por el llanto.
-Madi...-.
-Lupita llévate a Madison con Carmen por favor para que esté un poco más tranquila, mientras yo me encargo de este señor-. Dijo mi padre con seriedad.
La castaña solo asintió con la cabeza para después tomarme en sus manos para así salir de la recepción principal de la granja, pero no mire hacia atrás no tenía que hacerlo, no deseaba mirarlo porque si lo hacía me podría a llorar y no deseaba hacerlo.
Lupita me llevo a casa de Carmen, le agradecí por tomarse la molestia de hacerlo y subí corriendo a mi habitación para seguir llorando, era cuestión de tiempo para que él supiera en donde estaba y de seguro no iba a perder la oportunidad de buscarme, aunque debo decir que se tardo un poco solo un poco el encontrarme de seguro estuvo en la cama de alguna de sus amantes y por eso apenas y se tomó la molestia de buscarme, maldito patan.
Pero no crea que me tendrá tan fácilmente solo por decirme cosas bonitas o por decirme "amor" "mi vida" entre otras mierdas más ¡No señor! No me tendrá tan fácil u no la tendrá fácil para llevarme de aquí o tenerme a su Merced.
![](https://img.wattpad.com/cover/316788871-288-k549885.jpg)
ESTÁS LEYENDO
A MediaNoche |+18|
Romantizm-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...