Madison
Sabía que tarde o temprano él me buscaría, sabía que Max vendría hacia a mí pero pensé que sería cuando yo volviera a Washington o no sé, pero de tan solo verlo sentí que mi corazón tuvo una revolución por completo, mis sentimientos se vieron revueltos todo se me alteró tanto que la respiración se me acortaba. Por un momento deseaba abrazarlo y sentir su cuerpo junto al mío decirle que lo quería que al mismo tiempo lo odiaba y que deseaba que me llevara a casa con los niños, pero la otra parte me decía que lo golpearé que le gritara y que le dijera que es un idiota por haberme lastimado una y otra vez con todas las mujeres del mundo o al menos las mujeres que yo conocía ¡Falta que se haya metido también como mi mamá! ¡No! Eso ya sería realmente el colmo con Max.
-Ten Madi-.
Lupita me extendió un vaso con té helado el cual tomé con un poco nervios, ella había sido muy linda conmigo en no hacerme preguntas sobre lo que había ocurrido en la granja y estaba realmente agradecida con ella de que respetara mi privacidad pero yo tenía la necesidad de contarle, necesitaba sacar todo lo que sentía dentro de mi. Todo este tiempo que he estado en casa de mi padre no había noche en la que llorara en silencio por todo, recordaba cada momento que había tenido con Max.
Recordaba aquella fiesta en la que nos conocimos, como con su sola mirada me hacía temblar de nervios y cuando nos dimos nuestro primer beso creí tocar el cielo con las manos.
-Hola soy Max Walker-. Sonrió aquel chico de ojos azules.
Sentí que algo que recorría mi cuerpo de arriba abajo, sonreí levemente por los nervios que sentía de solo tenerlo delante de mi, era muy guapo, su cabello rizado un poco largo pero nada exagerado, él no venía disfrazado como todos en la fiesta, solo usaba una sudadera de color café chocolate con una chaqueta de cuero y una playera blanca y unos jeans.
-Soy Madi, Madison Bernanke...pero todos les dicen Madi, tú puedes decirme Madi, digo solo si quieres, cielos-. Dije completamente nerviosa, sentía vergüenza.
El chico de ojos azules soltó una pequeña risita ante mi nerviosismo, pero a pesar de mi vergüenza fue muy lindo diciendo que debería estar tranquila ya que según él no mordía, eso sí que me sorprendió un poco pero fue una forma de romper el hielo.
Y de ahí nuestra vida comenzó a ser una aventura, pasábamos el tiempo juntos riendo, platicando siendo nosotros mismo, cuando me pidió matrimonio sentí que nuevamente que volvía tocar el cielo con las manos, habíamos sido novios por casi cinco años ¡Cinco años! Y en ese tiempo no iba a negar que teníamos problemas porque ¿Que pareja no tiene? Pero trabamos de solucionarlos porque eso era lo que tenía que hacerse. A veces dudaba de su amor, por muchas cosas que hacía y decían ¿Hacía algo mal?
Una lágrima recorrió mi mejilla la cual impide rápidamente de solo recordar todo, más cuando nació Derek.
Su cabello negro, su nariz y sus ojos eran completamente idénticos a los de su padre, su linda boquita sin ningún diente, obviamente, era tan linda y más cuando pasaba mi dedo meñique por ellos. No podía creer lo que habíamos echo Max y yo, un lindo bebé fuerte y hermoso luego de la pérdida que tuvimos pensé que jamás lo lograría nadie sabía de mi perdida porque me hacía sentir mal y decepcionada de mi, pero aquí estaba, aquí estaba mi pequeño bebé, Derek Walker Bernanke. Sería un rompe corazones cuando fuera mayor de eso estaba segura pero haría sufrir a sus novias, nadie me quitaría a mi bebé tan fácilmente.
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A MediaNoche |+18|
Romance-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...