-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos.
-Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien.
Trague nerviosa de ver la forma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nate
Había cometido un error muy grande al haber expuesto a Maggie de esas manera, había sido un completo hijo de puta con ella porque en verdad no se merecía nada de lo que yo hice solo por la obsesión, me sentía obsesionado por primera vez en mi vida por no tener lo que yo quería, a veces podía ser alguien que trataba de resignarse cuando las cosas no salían como yo quería, pero con Madison fue todo tan diferente y tan lindo, ella era una mujer especial para mí porque sentía que podía ser yo mismo, que podíamos hablar de cualquier cosa, reíamos y no sé diga del sexo me hizo tocar las estrellas.
Aquella noche de su cumpleaños y que Maggie me dijo que estaría con ella yo no iba a ir, pero sospechaba que estaría con él y que las cosas con ellos estaban yendo de la mejor manera y eso me hizo molestar y mucho, yo la quería conmigo. Cuando me acosté con Maggie lo hice con venganza para joder a Madison, pero esa noche no solo fue la primera ni la ultima con la morena, no, muchas veces nos veíamos para tener sexo hasta esa noche.
Cuando entendí mi error supe que estaba jodido, había perdido del todo a Madison y a Maggie. Las dos se había ido así que yo decidí también irme dé Washington para irme a Seattle con Susan e Ivana, me quedé un tiempo muy largo con mi ex esposa y mi hija viviendo en su casa, mi pequeña feliz de que yo estuviera ahí, ella creía que yo y su madre habíamos vuelto, pero no, Susan y yo teníamos en claro que solo éramos buenos amigos. Comencé a trabajar en una ferretería que era del negocio del padre de mi ex, decidí alejarme de los salones de clase y dedicarme a otras cosas.
Luego de unos meses decidí volver a Washington para buscar a Maggie, deseaba volver a verla, no dejaba de pensar en ella desde que me había ido, además de mi sentido de culpa por lo que le había hecho, no dejaba de pensar en otro ámbito que no fuera la cama, quería a Maggie, deseaba verla y pedirle perdón por todo.
Había visto a Madison en la televisión promocionando sus libro A Media Noche, claro que no dude en comprarle el libro y comenzar a leerlo, quede conmovido al leerlo, la forma en cómo hablaba de mí me hacía sonreír, estaba realmente orgulloso de lo que ella estaba haciendo y que el éxito le estuviera sonriendo, era un libro fantástico en donde entendía muchas cosas que ella no decía y le daban pena contar porque de seguro no era fácil decir que tu pareja se había metido con tu hermana y con tu mejor amiga entre otras mierdas más.
El tiempo pasaba y no se detenía, la vida y las personas cambian.
Solté un suspiro mientras miraba el cielo, estaba algo nublado el día pero era agradable y acompañado de un rico café el momento se hacía más agradable. Tomé de mi vaso de café bebiendo de este mientras seguía mirando al cielo y luego a la gente que estaba pasando al mi alrededor, pero entonces la vi, ahí estaba Maggie caminando por el parque con una taza de café en su mano y en la otra tenía el teléfono.
Me levante de mi lugar para caminar hacia ella y así fue cuando ambos chocamos.
-Lo siento...-. Sus ojos encontraron con los míos.
