Madison
Habían pasado ya unos días desde el accidente de Max, en esos días me había encargado de decirle a Derek que su padre había tenido un accidente y que estaba en el hospital, mi hijo se puso muy triste porque su papá estaba herido, yo había intentado de que el doctor que atendía a Max me dejara pasar junto con mi hijo para que viera su padre y por suerte el doctor fue muy amable conmigo dejándome pasar con Derek, pero en ese momento en que él estuvo en la habitación y vio como estaba Max se puso a llorar de forma desconsolada diciendo que su papá iba a morir, joder eso si que me había roto el corazón pero me encargue de decirle que no era así, su padre no iba a morir solo estaba herido pero nada grave y que todo estaría bien, Derek se recostó a lado de Max mientras le decía que lo quería y que esperaba que despertara, fue tierno ese gesto de mi hijo el estar recostado con su papá mientras le daba un beso en la mejilla y se recargaba en el hombro de este.
Le había realizado la cirugía a Max para poder componer su nariz, al principio yo seguía un poco asustada ya que habían pasado dos días que no despertaba y eso me estaba preocupando pero el doctor me dijo que lo habían sedado para que el dolor de las costillas no fueran tan intensas por lo que él dormía pero que podía oírnos, yo no me despegue de él en ningún momento, claro que Nate se entero de lo que había pasado y vino solo un día al hospital para traerme algo de comer y ver como estaba, no Max, yo, deseaba saber como estaba y obviamente me dijo que no era mi obligación estar con Max en el hospital ya que no era mi obligación, eso me molesto por completo porque aún que Max y yo ya n estuviéramos juntos quiere decir que iba hacer una hija de puta con él, a pesar de todo lo que me a echo yo no era así, deseaba ayudarle y ayudar a Olga, siempre ha sido bueno conmigo, pero no estaba sola en el hospital cuidando a Max también estaba su amiga, Andy quien estaba muy preocupada.
-¡No! ¡Suéltenme! no soy un puto discapacitado-.
La voz fuerte de Max se hizo presente por el pasillo que daba a su habitación, quite mi bufanda ya que el invierno estaba cerca y el frio comenzaba ya hacerse presente, mire por la puerta en donde estaba el padre de mis hijos, quien estaba sentado en la cama de hospital negándose a que lo ayudaran para pasarse a la silla de ruedas, como hombre y con ego se iba a negar claramente a que lo ayudaran y es que el doctor nos dijo a mí y a Olga que Max no podía por el momento estar solo ya que sus heridas aún eran graves por lo que necesitaría de ayuda para poder moverse, por supuesto que no iba a dejar a mi ex suegra con el paquete pesado que era su hijo, ella no podía cuidar de él, más bien ella casi estaba para que la cuidaran no quedaba de otea más que yo hacerme cargo de él. Los enfermeros que estaban enfrente de Max intentaban hacerlo entrar en razón para que se dejara ayudar, pero era obvio que eso jamás iba a pasar.
Solté un bufido, eso era lo que me iba a esperar en casa y el tiempo en el que él estuviera en su maldita recuperación ya que tendría fisioterapia y me encargue de que no fuera mujer quien lo ayudara hacer ejercicios, no, no iba a darle caramelos al niño para su disfrute.
-Max ¿Qué pasa?-. Pregunté entrando ya a la habitación.
Él me miro con molestia, lo conocía perfectamente bien, odiaba sentirse inútil que la gente lo ayudara hacer cosas que él podía hacer sin problema, pero esta vez no era la excepción, suspiro con exasperación pasando una mano por su cabello y azotando sus manos en la cama.
-Sabes que detesto la ayuda y no quiero que nadie me ayude Madison así que déjame solo-. Miro a otro lado menos a mi.
Rodé los ojos, este tipo realmente era increíble, deje mi bufanda en el pequeño sofá de la habitación para caminar hacia él, le hice una señal a los enfermeros para que nos dieran un momento a solas a lo que ellos asintieron con la cabeza dejándonos completamente solo lo único que nos acompañaba era el ligero ruido que había en el piso, me cruce de brazos y solo me dedique a mirar a Max que tenia la vista puesto a lo que creo que era la pared de la cabecera de la cama.
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A MediaNoche |+18|
Romance-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...