Madison
Estaba disfrutando la noche, me sentía tan bien bailando y bebiendo me sentía tan feliz de poder vivir algo que había hecho a un lado y estaba gozando el momento que estaba pasando con mi mejor amiga y Nate, era un gran bailarín y claro que sobre todo un caballero tal vez no fue por mi a mi casa pero me había contado que tuvo un inconveniente con el trabajo y lo entendía perfectamente bien a mi también se me atoraban algunas cosas por que muchos de los alumnos hacían las cosas mal y uno tenía que revisar aquellos errores así que Maggie había ido por mi a casa, lo bueno es que Max si había llegado por los niños y si, le había cambiado la cerradura de la puerta ya que estaba harta de que entera a mi casa como si fuera la suya, ya no más lo era, él se había ido, él me había engañado y no iba a tolerar más que siguiera sintiéndose el dueño de mi casa, no más.
Durante la semana me había dedicado arreglar la cerradura, estuve platicando con Nate que conforme pasaba el tiempo con él lo conocía más y más, también me había mostrado alguno de sus tatuajes ¡Tenía tatuajes! Eso me encantó y me había quedado completamente impresionada y que tenía un perrito que había rescatado de un refugio, tal vez debería adoptar un perrito sería algo muy lindo para mis hijos además que ya estaba cerca el cumpleaños de mi pequeña Dakota, si, sería algo lindo para ellos.
Maggie y yo habíamos llegado al club y rápidamente nos instalamos en la barra para pedir unos cócteles, primero quería algo ligero ya que no deseaba embriagarme queria llegar bien a casa sin que los vecinos me vieran llegar y no pudiera ponerme de pie por mi propia cuenta, quería recordar la noche en la que había dejado de ser yo misma para ser alguien más y ser feliz disfrutando la noche, así que empezamos con los cócteles y comenzamos hablar un poco hasta que llego Nate con un amigo, Thomas, un hombre que al parecer era de la misma edad que mi colega así que nos presentamos y comenzamos a platicar además de entre risas y anécdotas ya que Thomas era profesor de artes escénica en una escuela pequeña pero que amaba enseñarle algo de cine a los que parecían ser la nueva generación de actores de Hollywood.
Después de las platicas salimos todos a bailar, era raro que yo bailará casi al lado de jóvenes un poco menores que yo, algunos chicos me miraban y me guiñaban un ojo y yo solo podía sonreír ¡No lo podía creer! Y si que no lo podía creer que yo aun levantará suspiros y no era por nada pero había elegido bien mi ropa hacia resaltar mi busto y tenía bastante nada exagerado pero había tenido dos hijos y me habían ayudado a tener más busto que ahora podía lucir.
No sé en que canción ibamos pero no me sentía cansada, me sentía con mucha energía y viva, cuando mire a Maggie ya la vi un poco o más bien muy entretenida en los labios de Thomas y él no se quedaba atrás ya que estaba miy metido tocandole el trasero a mi mejor amiga, cielos ella si que no perdía el tiempo.
-¡Debo ir al servicio!-.
Le hable a Nate en el oído.
-Claro ¿Quieres que te acompañe?-.
Se ofreció como un caballero, pero negué por completo estaba segura que no podría perderme... O al menos eso esperaba y no era por el alcohol en mi sistema, no, sino que la liz tenue que había en el lugar no me permitía ver muy bien que digamos, así que empujando un poco algunas personas que estaban en mi camino recibiendo algunas groserías de su parte llegue a lo que daba al pasillo de los baño y si que estaba oscuro pero sino fuera por una liz negra que iluminaba unas letras pintadas en la pared me hubiera metido al baño de hombres.
Camine hacia el baño de mujeres, agradecí por un momento que no hubiera fila sino tendría un accidente en mis bragas y eso si que me daría mucha vergüenza.
Al salir del cubículo del baño moje un poco mi cuello ya que lo sentía caliente y eso me pasaba cuando bebía alcohol y no entendía el porqué comenzaba a sentirme caliente del cuello por eso no bebía mucho para evitar la sensación, arregle mi cabello que estaba algo desordenado y también el escote de mi vestido alzandolo un poco para que se vieran mejor mis pechos. Salí de ahí por el mismo camino, pero sin darme cuenta choque con un hombre.
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A MediaNoche |+18|
Romansa-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...