Capítulo 22

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Madison

-¡No, no espera!-. No paraba de reír-. ¡Espera!-. 

-Entonces dilo, dilo eh-. 

Trate de quitar sus manos de mis costillas para que dejara de hacerme cosquillas, Nate se coloco sobre mi para así quedar arriba de mi rostro, su barba era tan perfecta, tan cuidada y tan no lo se, lo hacia verse tan guapo y sexy me gustaba más con barba que sin ella, hace un mes se la quito y no me gusto y se lo dije, parecía un maniquí a lo que le dio risa, tuve que soportarlo sin ella pero por suerte se la dejo otra vez, claro que además se estaba dejando su cabello ligeramente largo ¡Exquisito! así era Nate Brooks. Y el motivo de nuestra guerra de cosquillas era para saber quien era más hermoso ¡Que guerra tan tonta! pero no me estaba importando en lo más mínimo, me estaba divirtiendo, solo que no me gustaba el día, acción de gracias y Nate lo entendió y quiso distraerme porque la verdad me sentía triste, no me gustaba la fecha. 

-Ok, ok lo diré, tu eres hermoso y sexy...muy sexy-. 

Ambos sonreímos, se acerco a mi para besarme, un beso lindo y hermoso, soltamos un suspiro y él acaricio mi mejilla. Era la mejor mañana de mi vida, Nate se había quedado luego de la escuela, los niños estaban felices de que él estuviera con nosotros así que pedimos unas hamburguesas con papas para así ver algunas películas, pero sin sexo esta vez, si quisimos estar recostados en mi cama viendo televisión, pero en la madrugada me levante de la cama y entonces tome la computadora y comencé a escribir y escribir, me sentía tan inspirada que no entendía el ¿Por que? ¿Por que estaba inspirada? pero la razón creo que ya no me interesaba el punto era es que estaba escribiendo y que forma, dormí hasta las cinco de la mañana. 

-Y tu eres muy sexy y...-. Se levanto de mí, me gire y lo mire que salió de la habitación por unos segundos y volvió-. Un regalo de acción de gracias-. 

Me senté en la cama para tomar la linda bolsa de color rojo que estaba ahí, Nate tomo asiento a los pies de la cama mientras me miraba como abrí la bolsa, al hacerlo me quede completamente impresionada, era una ropa interior de encaje de color negro muy sensual, le sonreí pero además dentro de aquella bolsa había un lindo vestido de terciopelo de color verdeazulado con escote V y una abertura en la piernas del lado derecho y corto, mis piernas se verían largas y muy hermosos de eso estaba completamente segura. 

-Dios mio, Nate esto es hermoso-. 

-Cuando lo vi pensé en ti...y bueno, no sé quise darte algo, se que soy cursi, muy cursi y se que no se...mierda no sé que somos pero, carajo soy torpe-. 

Me acerque a Nate para poder tomar su rostro en mis manos para darle un beso tierno y lento, recargue en mi frente en la suya, nos quedamos los así por unos segundos. 

-Eres una amor de persona ¿Lo sabías?-. 

Sonrió marcando esos hoyuelos que se le hacían en las mejillas, joder eran tan hermosos, como yo me tomo de mi mejilla para acercarme para poder besarme. 

Por un momento en mi vida, luego del engaño de Max que jamás viviría nuevamente esto, jamás pensé que me volviera a sentir de esa forma, sentirme en paz y feliz de estar con alguien, había salido con hombres luego de mi divorcio pero ellos se iba y no volvían a llamar ni nada y eso me hacía dudar de mi, si era yo la del problema, si era porque era divorciada y con dos hijos o por X, Y o Z, no entendía, pero ahora estaba con un hombre bueno y cariñoso, además de un caballero, porque me trataba como debía ser tratada, amaba a mis hijos como si fueran los de él, también era un buen padre, salía con su hija y me mandaba videos de él con ella y la pasaban genial en los juegos o a donde fuera que salieran, una salida de padre e hija. Nate era un hombre de los que pocos existían y yo estaba con él. 

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora