Capítulo 28

2.3K 138 4
                                    

Maratón 1/3

Madison

-¿Segura que no hay problema?-.

-Claro que no Madi, tu diviértete, mi esposa y yo los cuidaremos bien, además mereces una noche de Halloween de adultos-. Me guiño un ojo.

Asentí con la cabeza y mire a Derek quien se veía muy entretenido jugando con su amigo del colegio, Harry, era un niño muy lindo que siempre invitaba a mi hijo a sus fiestas y a noches de Halloween y confiaba plenamente en Danielle y Amber de que cuidarían bien a mis hijos, ellas era un lindo matrimonio tenían tres hijos, Harry el mayor, Donna y Tyler, los más pequeños, claro entre comillas ya que solo eran dos años mayores que Dakota.

-Bueno, pero si tienes algún problema mo dudes en llamarme por favor, si-. Sone preocupada y lo estaba.

Danielle tomó mi mano, con la única que tenía libre ya que tenía a mi hija en dud brazos, Danielle era una de mis compañeras del trabajo y realmente era una grsn profesora muchos chicos le tenían un gran aprecio además de que le tiraban la onda porque en verdad era muy hermosa, piel morena un poco clara, cabello castaño ligeramente rizo añgo alborotado, senos algo pequeños pero de acuerdo a su cuerpo y delgada, realmente era hermosa al igual que su esposa, Amber quien era una curadora de arte como dije es hermosa eran la pareja interracial se conocía en su vecindario y eso a muchas personas les molestaba eso n oqie fueran de diferentes "colores" "razas" no, claro que no, lo que les molestaba era que fueran esposas y con hijos, malditas gente homofobicas las odiaba por completo, gente tan cerrada y tan... No se ni como explicarlo, pero odiaba cuando ofendian a la gente por tener un gusto diferente o una orientación sexual "diferente" estúpida gente.

Me acerque a mi hija para darle un beso en su frente a lo que ella solo me sonrió, ya estaba mostrando sus primeros dientes, se veía tan linda no podía creer que ya tuviera dos años parecía apenas ayer que era un bebé recién nacida, diablos me voy a poner a llorar, joder. Mire a Danielle que solo asintió con la cabeza y al final le di un pequeño abrazo en forma de agradecimiento.

Debo decir que me emocionaba la noche de brujas que Maggie me había convencido para que la hiciera, sabía que ella y Thomas no durarían tanto como para hacer planes de hacer una fiesta de noche de brujas, así que ella decía que era momento de divertirme un poco más, creo yo tenía suficiente diversión pues con Nate era diversión por completo, pero diversión sexual y linda, pero mi amiga deseaba que viviera un poco más de lo que ya estaba viviendo así que algunos compañeros del trabajo vendrían a mi fiesta de noche de brunas, Nate se ofreció a llevar bebidas, música y algunas botanas, yo claro que también haría algo no me quedaría atrás como es una noche en donde puedes ser tú mismo quice hacer algunas bolsitas de dulces para los invitados para que tuvieran su dulce o truco, también hice unas gelatinas con vodka, idea de Maggie y bueno mi amiga también traería algo que no quiso decirme pero de seguro sería algo para que fuera todo una verdadera fiesta de halloween para adultos, lo sospechaba.

Nate se disfrazaria de sacerdote, que sacerdote debo decir de seguro se vería muy muy bien, exquisito más bien y yo bueno haría el contraste con él vistiendome de monja, como siempre mi amiga ayudándome a escoger el vestuario, no se que haría sin ella. Mi disfraz de monja era de monja sensual, unas medias negras con un ligero del mismo color, un vestido completamente pegado con un escote de corazón junto con mi velo de monja y un collar con una cruz, cuando me lo vi puesto me quedé completamente impresionada de como me veía ¡Diablos! solo espraba que a Nate le gustara como estaba mis disfraz.

Prepare todo en casa, tal vez no era la gran decoración de Halloween pero algo era algo, algunos adornos me los había regalado Maggie y mi madre, algunos los compre junto con Max y eran bastantes, la casa se vería genial esta noche.

Termine de pasar el labial rojo sobre mis labios y me enderece viendo como estaba el disfraz, carajo me quedaba perfectamente bien ¡Sensual! me coloque un poco de perfume y el timbre comenzó a sonar ¡Los invitados llegaron! salí de mi habitación para ir a la puerta principal al abrirla me encontre con Maggie que estaba disfrazada de una ratoncita.

-¡Que tal!-. Dijo mi amiga moviendo su vestido corto de una lado a otro.

-Muy bien, te vez sexy-.

Maggie se adentro a la casa jalando un carrito de compras donde traía todas las cosas que hacian falta para esta noche, se acerco a mi para darme un beso en la mejilla, ambas caminamos a la cocina donde la ayude a poner todas las cosas que trajo en la barra, trajo todo tipo de bebidas y botanas, esto si que se iba a descontrolar...ojalá que no fuera así porque tendría mucho que limpiar ¡¿En que me metí?! amaba hacer fiestas, bueno las unicas fiestas que he echo han sido las de mis hijos pero eran algo pequeñas y esta vez sería algo grande donde solo seriamos adultos y nada de niños. Maggie saco de su carrito saco un tazón blanco algo grande donde había brownies ¡Delicioso! iba a tomar uno cuando ella me dio un pequeño manotazo en el dorso de mi mano.

-¡Auch! oye ¿Porque me pegas?-. Hice un puchero.

-No, no querida esto es para cuando se media noche ¡Esto sera grandioso!-. Sonrió de oreja a oreja como si de una niña se tratara.

-Pero me pudes dar uno aunque sea Maggie-. Me cruce de brazos.

-No, no puedo porque estos son Brownies especiales, así que tendrás que esperar cuando todo estemos en ambiente y gozar de la noches de brujas-. Me guiño un ojo.

Yo deseaba realmente un brownie pero no me iba a poner a discutir con Maggie sobre los postres, si no me quería dar, bien que no me diera y yo tendría que esperar a que todos llegarás ¿Pero cual era el misterio de los postres?

A las diez de la noche los invitados ya habían llegado, muco traían cosas para la fiesta y la musica conenzo hacerse presente en toda la casa, eso me hacia recordar mis días en la universidad, si, así eran las fiestas en la escuela, algunas eran en la fraternidades o en los mismo dormitorios de las chicas si que eran divertidas esaa fiestas, era raro que yo fuera porque me dedicaba a estudiar para ser una buena maestra, practicamente casi estaba catalogada como una ñoña pero no al cien por ciento tampoco podía encerrarme en los libros. Y termine dedicandome a ellos, una parte.

-Buena fiesta madre superiora-.

Sonreí grande al escuchar la voz de Nate detrás de mí, me gire y al verlo me quede sin aire ¡Madre mía sin pecado consedido! que hombre tan sensual y sexy, tenia puesto un habito de sacerdote, tenia su largo cabello perinado hacia atrás y la barba como siempre perfectamente bien cuidada, me muero, con ese hombre si soy capaz de hacer pacado si en realidad fuera un sacerdote. Me acerque a él para darle un beso en sus labios a los que él me correspondio gustoso, me tomo de la cintura para pegarme más hacía él, nos alejamos por falta de aire y nos sonreimos mutuamente.

-Se ve muy bien padre-. Dije coqueta.

-Y usted no se queda atrás hermana-. Volvio a besarme los labios.

-¿Quieres una copa?-.

-Claro que si-.

Lo tomé de la mano para así guiarlo a la cocina y servile un poco de la mezcla que había echo Maggie, un ponche de frutas con un poco de ron la verdad es que le había quedado completamente exquisito, yo apenas llevaba dos bien servidas, de eso si me dejo toma la maldita descarada.

A MediaNoche |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora