Max
Tenía un maldito dolor de cabeza, carajo no debía haber bebido de esa forma pero la verdad es que necesitaba beber y dejar de pensar en toda la maldita mierda que estaba pasando en mi jodida vida ¡Pero todo es mi maldita culpa! pero yo seguía sin entender, no entendía estaba lleno de mierda, podía confirmarlo por completo al hacer la clase de estupideces que hice ante la borrachera que me arme la noche anterior. Cuando Madison me dijo que se iría de fin de semana a Seattle con el imbécil de Nate me moleste por completo porque,...porque estaba perdiendo poco a poco a la mujer a la que quería todo me cayo como un balde de agua fría cuando la escuche hablar con Maggie sobre lo mal que le hice y le estaba haciendo, me di cuenta tarde muy tarde que la quería, pero como dije estaba llenado de mierda y que cuando tenia la oportunidad la lastimaba una y otra vez.
Pase una mano por mi cara para después sentarme en la cama, mire la hora y eran justo las nueve de la mañana, nunca había llegado tarde al trabajo, lo detestaba pero esta vez si me estaba pasando de largo esa regla mía. Estire mi espalda logrando que esta tronara un poco para poder destensar mis músculos y mis huesos.
-¿A donde vas?-.
-Debo ir a trabajar-. Conteste cortante.
Me levante de la cama para comenzar a tomar mi ropa, Madeline se movió de la cama para poder cubrir su cuerpo desnudo. No estaba diciendo que era una mierda o más bien que estaba lleno de mierda y esta era una de las razones por las cuales estaba lleno de mierda, ella gateo por la cama hasta quedar a la orilla de esta, acaricio mi pecho con sus manos de arriba abajo medio soltaba un leve gemido que según ella creía que era sexy.
-Quédate conmigo, anda, podemos hacer lo que quieres-. Beso mi barbilla hasta mis labios-. Podemos si quieres repetir lo que hicimos anoche ¿Qué dices amor?-.
Volvió a besar mis labios pero yo tome sus muñecas para alejar sus manos de mí.
-Dije que debo ir a trabajar, deja de joder carajo-.
Dije completamente molesto y la lance a la cama, termine de vestirme y estaba dispuesto a irme cuando Madeline abrió la boca.
-¡Por no solo aceptas la puta realidad, eh!-. Grito y la mire-. Ella nunca volverá a confiar en ti por la mierda que eres Maximiliano, eres hombre de treinta y seis años que no sabe que mierda quiere de la vida ¡Necesita de la compañía femenina para sentirse bien, pero no quiere a nadie más que él y solo él! eso eres tu Max, no quieres a Madison, no me quieres a mi ni a Maggie-.
Entonces todo se detuvo por completo, sentía que todo estaba en cámara lenta, me gire y camine hacia ella molesto, estaba tratando de controlarme, nunca he golpeado a una mujer porque eso era completamente cobarde y sucio pero tal vez con Madeline podría hacer una maldita excepción, la iba a golpear porque me sacaba de mis putas casillas esta mocosa consentida de mierda, pero claro el hombre que soy no entiende que esta puta loca esta loca y mi puto pene no entiende que con ella no se debe de meter, pero soy imbécil.
-¿Qué dijiste?-. Necesitaba que me aclara lo que dijo.
Madeline sonrio con veneno.
-Tu no eres el único detective aquí cariño, no-. Se cruzo de brazos.
-¿De que carajos hablas? ¿Tú que sabes mocosa mal parida?-. Dije entre dientes
Ella tomo asiento en la silla del pequeño comedor de su departamento para cruzarse pierna y tomar un puto cigarrillo ¿Quién se creía? ¿Una mafiosa o que mierda? le dio una calada a la nicotina que tenia entre los dedos sin dejar esa maldita sonrisa que tenia ganas de quitársela de un golpe, pero debo controlarme.
-Sabía que no eras un hombre fiel desde el primer momento en que te conocí y la estúpida de Madison diciendo que eras el hombre más lindo y perfecto del mundo, pobre idiota-. Volvió a fumar-. Pero meterte con personas prohibidas, uff, que fuerte-.
-Ve al puto grano ¿Qué mierda sabes?-.
Suspiro expulsando el humo.
-Cuando fue el cumpleaños veinticinco de Madison te vi coqueteando con Maggie, pero pensé que era solo ideas mías, pero lo confirme todo cuando te vi salir de un hotel con ella y después el cerebro me exploto todo cuando llevaste a Maggie a una clínica de aborto ¿Por que Max? un pequeño Max o Maggie no deseabas que llegara ¿Eh?-.
Comenzó a reír como una puta villana de telenovela barata, esta mocosa estaba mal mentalmente, me acerque los pocos pasos que me faltaban y la tome del cuello dejándola un poco sorprendida por solo unos cuantos segundos cuando esa sonrisa volvió.
-Escúchame bien maldita loca, no paso nada entre ella y yo ¿Me oíste? ¡Nada!, investiga mejor estúpida niña-.
La solté con fuerza que casi ella caía de la silla, acomodé mi ropa un poco mirándola molesto y ella sobaba su cuello, di media vuelta no tenia que escuchar más de lo que ya había oído así que salí del departamento de Madeline a toda prisa, si no tenía ganas de trabajar ya me dieron ganas de ir a perseguir criminales y matar algo o alguien todo gracias a mi oficio que me daba la oportunidad, a veces, solo si era necesario.
Subí a mi camioneta y me quede ahí sentado por unos cuantos minutos pensando en esa vez, en aquella vez en la que estuve con Maggie, esa misma noche de su fiesta de cumpleaños de Madison me acosté con su mejor amiga y pasaron unas cuantas veces más hasta el día de mi boda con Maggie, claramente no me acosté con la morena en mi luna de miel ya que nosotros nos habíamos ido pero en cuento volvimos ella me dijo que no deseaba hacerle más daño del que le estaba haciendo ya a mi esposa y bueno creíamos que ahí iba a parar todo cuando nos vimos en una cafetería pero algo paso que no pudimos evitar que pasara y fuimos al hotel más cercano y follamos como unos putos dioses, Maggie se volvió a sentir mal por lo que hacíamos y fue en ese momento en que me dijo que no lo haría más y que no se me ocurriera volver a buscarla o dirigirle la palabra.
Madison estaba embarazada de Derek cuando Maggie me dijo que estaba embarazada de igual forma y estaba segura de que era mío ya que no había tenido relaciones con su novio de ese entonces, o sea le ponía los cuernos a su novio conmigo y se sentía mal por lo que le hacía a su mejor amiga, bueno, el punto era que yo no deseaba a ese bebé y al parecer Maggie tampoco y decidimos vernos un día para hacer la cita con el doctor que haría el procedimiento a los pocos días se hizo el procedimiento y solo eso fue la ultima vez que hablamos y dijimos que jamás hablaríamos del tema y que nuestros odio sería lo más natural del mundo.
Y llego el divorcio.
-¡Maldita mierda!-. Grite en el auto.
Mis manos comenzaron a golpear el volante una y otra vez por lo molesto que estaba, tenia que hacer algo, desquitarme con otra cosa que no se mi auto. Tomé un respiro por completo para sí arrancar el auto e irme a la estación de policías donde estaban pruebas de tiro, eso siempre me ayudaba era lo mejor que podía hacer en ese momento.
ESTÁS LEYENDO
A MediaNoche |+18|
Romans-¿Porqué haces esto? ¿Porqué no puedes dejarme en paz?-. Pregunté frustrada y sintiendo las lágrimas inundar mis ojos. -Porque sigues siendo mía y de nadie más-. Dijo en un tono sombrío que conocía perfectamente bien. Trague nerviosa de ver la forma...