07

327 32 0
                                    

(Pov Kairi)

Mi primera misión consta en buscar a un soldado de confianza de la Signora en un maldito bosque y con mi mano dañada. Suspiré por quinta vez desde que comenzó el día.

Arriesgue mi vida el día de ayer pensando que me daría una misión con más complejidad. Por la shogun, me quiero clavar yo misma el cuchillo.

— Llevo dando vueltas en este maldito bosque por horas y no encuentro al idiota.— Hablaba en mi cabeza.

Se estaba oscureciendo, tenía qué encontrarlo pronto si es que no quería pasar la noche en el frío invierno de esta región.
Escuché unas pisadas que venían hacía mi y saqué mi espada.

—Muestrate.— Miraba hacia los lados en busca del autor de las pisadas.

Escuche esa característica risa burlona. Suspiré por sexta vez.

— Pero si es la inútil que recogió Childe.— Rodé los ojos y guarde mi espada.

—Que mala suerte encontrarme con un idiota como tú, Scaramouche.— Me cruce de brazos molesta, en verdad no tolero a este tipo.

— No seas tan desagradable humana.— Se acercó un poco a mi.— Estaba rondando por el lugar y noté como una despistada mujer merodeaba en círculos en el bosque. Muy gracioso por cierto.— Que asquerosa sonrisa altanera.

—Que gracioso Scaramouche.— Rodé los ojos.

No tenía ni ganas ni tiempo para soportar a este imbécil pero es mi superior y no puedo ignorarlo deliberadamente. Suspiré por séptima vez.
Iba a preguntarle que hacía en este lugar pero el me agarró la mano y me puso de espaldas en un árbol.

— Por estar distraída no notaste los pasos de estos insectos.— En mi campo visual aparecieron una decena de tipos.—¿Te gusta tentar tu suerte, mortal?

—Deja de burlarte, estaba prestando atención a tu estúpido ser.— Al mirar hacia adelante me di cuenta que estabamos demasiado cerca.— Alejate un poco, matas mi espacio personal.

Scaramouche se rió despacio para que no nos descubrieran y me miró divertido.— Deberías cuidar tus palabras, acabo de salvar tu patética vida.— Se separó un poco de mi y saco una espada.— Ya que me has hecho pasar un momento agradable con tu estupidez, te ayudaré a matar a esos idiotas.

—¿Deberia agradecerle, sexto?— Scaramouche me miró irritado por mis palabras.

No me dijo nada el idiota pero en un santiamén asesinó a todos esos tipos sin ninguna pizca de remordimiento. Por algo dicen que es el heraldo más despiadado.

— Espero que no hayas matado al súbdito de la Signora.— Miré como limpiaba su espada como si no hubiera matado a esos hombres.—¿Como puedes estar tranquilo después de matar a tanta gente?

—Estoy acostumbrado a estas situaciones mortal, para mi es una pequeñez esto.—Guardó su espada y comenzó mirarme.—Busca al recluta.

De mi bolsillo saqué un retrato del chico y comencé a buscar su cara entre los cadáveres. Para mi suerte no estaba alli ¿Donde diablos puede estar?

Signora dijo que podía estar en el bosque pero ni siquiera ella estaba totalmente segura de ello. Suspiré por octava vez.

—No está aquí.— Miré el cielo y ya no quedaba rastro del sol.— Tendré que volver con las manos vacías.

— Inútil.—¿Cuál es el problema de este tipo?— Tu estúpido cuerpo no para de temblar.— Su voz detonaba irritación.—¿Cómo es posible que vayas vestida así en pleno invierno de Snezhnaya?

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora